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Viernes, 19 de diciembre de 2008

LA PENSION DEL ESCRITOR TAMPOCO FUE TRATADA EN LA SESION DEL LUNES

La Legislatura se pasea en calesita

El escándalo de los diputruchos canceló nuevamente la discusión del Régimen de Reconocimiento a la Actividad Literaria. El próximo lunes sólo se trataría el Presupuesto, pero los escritores presionarán “para que los diputados no se distraigan”.

 Por Silvina Friera

Los escritores están concentrados y en vigilia desde el lunes pasado. Justo el día en que se iba a tratar el Régimen de Reconocimiento a la Actividad Literaria, la llamada pensión del escritor, subsidio mensual que permitirá que las escritoras y escritores de más de 60 años puedan seguir escribiendo y completando su obra en condiciones dignas, el escándalo por los votos truchos en la Legislatura porteña dejó en suspenso un proyecto que no admite más dilaciones. Diana Bellessi, Pacho O’ Donnell, Noé Jitrik, María Rosa Lojo, Elsa Osorio, Alberto Laiseca, Hebe Solves, Vicente Zito Lema y Ricardo Horvath, por mencionar a algunos de los más de cien autores que se reunieron frente a la Legislatura porteña, observaron indignados cómo, en medio de duros cruces políticos, los legisladores manoteaban estrategias para blanquear su imagen pública después de las denuncias por las irregularidades en la votación de dos leyes, cuando los macristas Oscar Moscariello, jefe del bloque Pro, y Silvia Majdalani presionaron los botones de las bancas de sus colegas Cristian Ritondo y Daniel Amoroso. El próximo lunes se realizará la última sesión extraordinaria del año, destinada únicamente a aprobar la Ley de Presupuesto. “Nosotros venimos impulsando el proyecto desde el inicio, a pesar de la oposición del macrismo. Estoy pidiendo que se incluya en el temario del próximo lunes la pensión del escritor, pero para eso se necesita la anuencia de los demás bloques”, dice Diego Kravetz, presidente del bloque del Frente para la Victoria, a Página/12.

Graciela Aráoz, presidenta de la Sociedad de Escritoras y Escritores de la Argentina (SEA), recuerda que Moscariello pidió que el proyecto no fuera tratado en la sesión ordinaria del jueves de la semana pasada porque esperaba reunir el consenso necesario para que el bloque de PRO lo acompañara este lunes pasado. “Nosotros accedimos, ya que siempre es mejor una ley votada por amplia mayoría que una ley que se consigue por poca diferencia de votos. Pero vino el escándalo de los nuevos diputruchos y aquí estamos, todavía sin conseguir que se incluya en el temario de extraordinarias.” Horacio López, tesorero de la SEA, plantea que todo lo que se logró avanzar con el proyecto originalmente presentado por Elvio Vitali fue por la movilización y lucha de los escritores. “Si alguna diputada o diputado cambió de parecer en el camino, fue por nuestra lucha y nuestra presión constantes. Así que si queremos la ley tendremos que estar aquí, en la Legislatura, en los pasillos y despachos, presionando a los legisladores para que no se distraigan.”

“La iniciativa de lograr una pensión para escritores mayores que no tengan recursos para vivir dignamente es, por un lado, un acto de reparación y, por otro, el reconocimiento social de lo que significa la tarea del escritor en la construcción de una cultura. Vivir de esa tarea ha sido y es siempre aleatorio: hay quienes lo logran y otros no; hay quienes, conscientes de ese azar, lo prevén y entregan parte de su vida a asegurar su futuro, su salud, su bienestar, más allá de lo que materialmente puede venir de su obra, y eso parece resolver o anular un aspecto de la vida creativa”, señala Noé Jitrik a Página/12. “Esta iniciativa protege a muchos que se han entregado a esa tarea y les tiende un cable para que sigan produciendo sin la amenaza de la pobreza o en algunos casos de la miseria. Es un acto de justicia que puede dar lugar a otros actos de justicia, pues una situación semejante no se da sólo en el ámbito de la literatura. De alguna manera, es una recompensa: Macedonio Fernández habría podido ser un beneficiario. Y un reconocimiento que atenúa un poco la avaricia que parece propia de nuestra vida cultural.”

María Rosa Lojo advierte que la pensión para los escritores representa literalmente la salida de la indigencia para aquellos que, en la vejez, han llegado a esa situación, y representa simbólicamente el reconocimiento de la dignidad y el valor de la literatura como un trabajo y un servicio a la sociedad. “En la Argentina son escasísimos los que pueden vivir sólo de sus derechos de autor. La mayoría de los autores y autoras ejercemos a lo largo de nuestra vida otros trabajos y profesiones, como periodistas, editores, profesores, investigadores o incluso tareas no relacionadas con la literatura. Dentro del grupo, siempre hay quien no ha desempeñado sus actividades en un marco regular de aportes, de modo que, o bien lo que se llega a recibir de jubilación es irrisorio, o bien directamente no se cuenta con nada. Para esas pocas personas está destinado este beneficio, al que no puede acceder cualquier ‘vivo’, como se ha dicho por ahí”, aclara la escritora, crítica y docente. “La pensión tiene muchas limitaciones: la actividad literaria tiene que haber sido constante y fehaciente y la persona beneficiada no debe poseer otros ingresos, como el Premio Literario Municipal o una jubilación más cuantiosa. Sólo si se trata de un jubilado cuya remuneración sea inferior a la suma básica que concede este proyecto se le pagaría la diferencia.”

Lojo subraya que la aprobación de la pensión del escritor permitiría “desterrar por fin de la realidad esa figura del escritor bohemio que ha dedicado su existencia a la literatura pero que termina sus días en una condición miserable”. “Nuestra sociedad profesa la idolatría del éxito: en una vocación de alto riesgo, como es la artística, pocos lo tienen. La pensión pondría en valor esta entrega que no ha sido menos efectiva, aunque no haya rendido beneficios materiales.” Oscar Taffetani, de la SEA, masculla su rabia por las demoras que viene padeciendo el proyecto. “El viernes pasado estuve con un funcionario de Cultura de la administración Macri, al que no voy a nombrar para no perjudicarlo. Me dijo que uno de los temas prioritarios es el programa ‘Una vuelta más’, donde te invitan a andar en la calesita del barrio con tus hijos. Creo que es una metáfora de esta administración, que da vueltas en calesita mientras las salas se cierran, los talleres culturales se desactivan y los escritores y artistas, algunos ya mayores, mendigan changas o becas o algún contratito oficial para sobrevivir.”

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“Es el reconocimiento social de la tarea del escritor en la construcción de una cultura”, dice Noé Jitrik.
Imagen: Rafael Yohai
 
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