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Jueves, 26 de diciembre de 2013

LITO VITALE Y MúSICA DE LA PATRIA GRANDE CON PIANISTAS ARGENTINOS

Música con todas las teclas

La excusa de probar un piano único en el país derivó en un encuentro de 16 instrumentistas que realizarán versiones libres de varias páginas del cancionero latinoamericano, antes de una grand finale todos juntos. La cita será hoy a las 21 en el Margarita Xirgu.

 Por Cristian Vitale

La excusa es un piano. La firma Yamaha trajo uno nuevo al país y le encargó a su sparring argentino, Lito Vitale, que armara algo para presentarlo. A su juego lo llamaron, claro: el tecladista convocó a 16 pianistas entre 40 o 50 posibles y organizó un concierto con todos que, bajo la pátina nac & pop de Igualdad Cultural mediante, dio en llamar Música de la Patria Grande con pianistas argentinos. La cita será hoy a las 21 en el teatro Margarita Xirgu (Chacabuco 875) y la dinámica, un derrotero de 16 músicas de casi todos los países de América latina, a cargo de la misma cantidad de pianistas. “La idea fue hacer algo que englobe Latinoamérica, con base en Argentina, a través de pianistas de varios estilos: jazz, tango, folklore, fusión, en fin”, dice Vitale a Página/12, sobre una selección que incluye a Juan Carlos “Mono” Fontana, que recreará al Uruguay mediante “Sortilegios”, de Hugo Fattoruso; a Manolo Juárez, que irá con la propia “Presencia del diablo”; a Leo Sujatovich, que pensó en México para componer “La picosita”; a Juan Pollo Raffo con “La gata golosa” (Colombia) y a Carlos “Negro” Aguirre, que fantaseará con Chile, a través de “Run run se fue pa’l norte”, de Violeta Parra. “Le dije a cada uno de los músicos que tenía la libertad de destrozar los temas como quisiera”, se ríe el creador de MIA. “Que tomen la línea melódica o el ritmo de cada pieza para volar lo más posible.”

La otra parte de los convocados incluye, entre otros, a Hernán Jacinto y una versión de la panameña “Cosa linda”, de Danilo Pérez; a Nicolás Ledesma, que mostrará tango y milonga argenta a través de “Buenavida” y “Milonga sentimental”; al pianista de Aca Seca, Andrés Beeuwsaert, que pintará Venezuela a través de “Tonada de luna llena” (Simón Díaz); a Diego Schissi y el “Puente de los suspiros” de aquella Perú antropomórfica con rostro de mujer llamada Chabuca Granda; y a Jorge Navarro, recreando “Meditación”, de Antonio Jobim. “Por supuesto que hay un montón que no están, pero por una sola razón: el concierto tenía que durar dos horas”, explica Vitale, que abrirá el concierto con una versión libre de “Llorando se fue”, el tema de Los Kjarkas de Bolivia, que después mutó en la famosa lambada. “No lo voy a hacer en el ritmo original, que es una especie de huayno extraño, sino en clave muy melódica”, señala, sobre el principio de un concierto que ya fue presentado en Mendoza, en el marco del Americanto, y que concluirá con una versión de “Chacarera sin segunda”, de Manolo Juárez, a cargo de todos los pianistas. “Es como un chiste, sí, una improvisación final en la que vamos a ir todos a cuatro manos y sin solución de continuidad... formando un montón de duetos.”

El principal convocante –el piano– es un gran cola de dos metros setenta que, según Vitale, es el único de tal categoría que existe en el país. “Hay otro en el Teatro Colón, pero es muy viejo y no suena como éste, que es un piano único, pensado para alto rendimiento técnico: no tiene ruidos, no se desafina, no tiene humedad... en fin, un lujo”, asegura el catador sobre el chiche nuevo. Un instrumento que de hecho ya fue estrenado por Adrián Iaies en el festival de jazz, que tuvo su segundo agite en el Americanto y que irá por su tercera velada en un concierto –según remarca Lito– ideal para sentarse a escuchar. “La verdad es que todo el mundo, de la boca para afuera, dice que es necesario escuchar a los grandes pianistas tocar sus músicas en piano solo. Pero después, cuando llega el momento, hay que bancársela, porque el universo del piano, con un instrumento que te responda, genera tanta inspiración para el músico que éste, naturalmente, se empieza a colgar. Y la gente a veces se engancha y a veces no, porque estamos muy acostumbrados a la inmediatez del resultado. Cuando la cosa no pega de entrada, sentimos que algo está mal, ¿no?... bueno, este concierto es todo lo contrario: busca que el artista entre en un diálogo profundo con el instrumento”, determina Vitale, que además de hacer volar los dedos sobre las teclas como acostumbra tomará el rol oficial de maestro de ceremonia.

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“Este concierto busca que el artista entre en un diálogo profundo con el instrumento”, dice Vitale.
Imagen: Guadalupe Lombardo
 
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