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Miércoles, 14 de octubre de 2015

RAFAEL CADENAS, PREMIO INTERNACIONAL DE POESíA FEDERICO GARCíA LORCA

“En cada desengaño hay una apertura a lo nuevo”

 Por Silvina Friera

“Que cada palabra lleve lo que dice. Que sea como un temblor que la sostiene. Que se mantenga como un latido”. Estos versos del poema “Ars poética” pertenecen al libro Intemperie (1977) del poeta venezolano Rafael Cadenas, Premio Internacional de Poesía Federico García Lorca –que reconoce el valor literario del conjunto de la obra de un autor vivo y su aportación a las letras hispanas–, considerado uno de los grandes creadores de la poesía en español de las últimas seis décadas, período en que su obra ha sido “siempre lúcida, deliberadamente marginal y muy callada”, según el veredicto del jurado. Cadenas, de 85 años, es un poeta de personalidad “callada y tranquila” que ha construido una obra “intelectualmente muy arriesgada y muy incómoda con cualquier manifestación totalitaria con el poder”, dijo ayer el poeta Carlos Pardo, representante de la Fundación Federico García Lorca en Granada, donde se anunció el ganador de la duodécima edición de un premio que ya recibieron, entre otros, la cubana Fina García Marruz (2011), el español José Manuel Caballero Bonald (2009), la peruana Blanca Varela (2006) y el mexicano José Emilio Pacheco (2005).

Cadenas nació el 8 de abril de 1930 en Barquisimeto (Lara). A los 16 años, en 1946, publicó su primer poemario, Cantos iniciales, con prólogo de Salvador Garmendia. Desde muy joven militó en el partido comunista de Venezuela. Padeció la cárcel y el exilio durante la dictadura de Marcos Pérez Jiménez y se refugió en la isla de Trinidad hasta 1957. Durante la década del sesenta formó parte del grupo político y literario “Tabla Redonda”, donde se reunieron algunos de los principales escritores y artistas de su generación, como Manuel Caballero (1931-2010), Jacobo Borges y Jesús Sanoja Hernández (1930-2007), entre otros. El poeta venezolano ha publicado clásicos como Los cuadernos del destierro (1960), Falsas maniobras (1966) –libro que incluye el poema “Derrota”, un texto que “se pasaba de copia en copia por toda América latina como una de las grandes claves de ese momento”, según recordó Pardo–, Intemperie (1977), Memorial (1977) y Amante (1983), entre otros títulos. También es autor de varios libros de ensayos: Literatura y vida (1973), Realidad y literatura (1979), La barbarie civilizada (1981) y En torno del lenguaje (1984). Recibió el premio Nacional de Literatura de Venezuela en 1985, la Beca Guggenheim en 1986 y el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances en 2009.

“A partir de mi alejamiento del comunismo sentí un gran desengaño. Y creo que fue muy importante para mí. Me refiero al desengaño, porque detrás de cada desengaño hay una apertura a lo nuevo, a lo insólito”, planteó el poeta venezolano el año pasado en una entrevista con el diario El Mundo de España. “Cuanto he tomado por victoria es sólo humo”: este es el primer verso de “Fracaso”, poema leído unívocamente en clave política, lectura que excluyó una interpretación más existencial. Del espíritu combativo del grupo Tabla Redonda dijo que perdura el sentido de la amistad. “Fue el último período en que creímos en la posibilidad de la Revolución Cubana. El gran escollo del marxismo sigue siendo la libertad. Es inconcebible un régimen democrático de cuño marxista”, reflexionó Cadenas. “La poesía debe agitar. En un poema mío muy breve, titulado ‘Despertar’, digo: ‘Tal vez sólo para hacerte sitio/ me tiene en pie la vida’. Ese despertar al que me refiero ha sido mal entendido por algunos porque creen que tiene que ver con un estado de iluminación excepcional. Pero en verdad tiene que ver con la vida corriente, con la valoración de la vida corriente y del presente, que es lo único que hay.”

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