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Viernes, 23 de octubre de 2009

MUSICA › CHARLY GARCIA CELEBRA SUS 58 CON UN MULTITUDINARIO CONCIERTO DE REGRESO

Emoción por el cumpleaños más feliz

Tras su internación, el legendario rockero vuelve a los escenarios porteños de la mejor manera: 40 mil personas lo verán esta noche en Vélez, donde repasará una larga lista de clásicos de su historia.

 Por Roque Casciero

En los últimos años, a Charly García se le había hecho costumbre festejar sus cumpleaños dando conciertos. En 2008 no pudo ser porque estaba internado intentando recuperarse, así que los que cantaron –como en tantos shows caóticos en los que él se quedaba callado– fueron los fans. Pero el cumpleaños número 58 de este verdadero titán del rock argentino no sólo lo mostrará nuevamente encima de un escenario, sino que será en un marco impensable hace un tiempo: Charly tocará esta noche en Vélez, ante 40 mil personas que lo esperan con ansiedad y los dedos cruzados. Según adelantó el músico, se tratará de un show con mucho de teatral: habrá proyecciones, fuegos artificiales y personas que vuelan (con el sello de Pichón Baldinú, ex De La Guarda, encargado de la puesta). La lista de temas, que el “nuevo” Charly repasó con un perfeccionismo que remite a otras épocas, tiene tantos clásicos que es imposible consignarlos todos aquí. Baste con decir que, si mantiene los parámetros de los conciertos que ya dio en Perú y Chile, tocará “Llorando en el espejo”, “Canción de 2X3”, “Promesas sobre el bidet”, “No soy un extraño”, “Cerca de la revolución”, “No te animás a despegar”, “Rezo por vos”, “Inconsciente colectivo”, “Rap del exilio”, “Los dinosaurios” y “Yendo de la cama al living”. Mejor festejo que ese, imposible. Mejor regreso, tampoco.

El mismo García ha reconocido que todavía no está bien del todo, que el proceso de recuperación no terminó. En lo físico, se lo ve mucho más saludable que en la época previa a la internación, aunque sin su movilidad natural, seguramente debido a las medicaciones que toma. Su primer regreso, un miniconcierto en Luján a fines de marzo, había sembrado incertidumbre acerca de su estado, pero las crónicas de las dos actuaciones posteriores fueron más que laudatorias. En Chile, el diario El Mercurio lo describió como “revitalizado, buscando nuevos caminos para seguir la música”, mientras que La Tercera publicó que “Charly García resucitó en Santiago y ofreció su mejor show en años”. En los conciertos que dio en el Monumental de Lima (el 23 de septiembre, ante 12 mil personas) y en La Arena de Santiago (ante 9 mil), García se quedó casi todo el tiempo tras los teclados. Esa concentración en tocar y cantar es algo que él resaltó en varias entrevistas como una notoria diferencia con el pasado reciente.

La promoción de la gira arrancó desmesurada: “Vuelve el más grande”, decían los afiches que anunciaban una “cadena nacional de rock” para la difusión de una nueva canción, “Deberías saber por qué”. Ese mismo día el Obelisco tuvo un brazalete de Say No More, que no es precisamente el símbolo del mejor Charly, en otro gesto ampuloso armado a su alrededor. García está en recuperación, pero se le tiró la exagerada responsabilidad de ser otra vez “el más grande”. Sin embargo, hasta ahora parece haber respondido bien, según las crónicas de los conciertos. El de hoy, por supuesto, estará cargado de muchos más ingredientes especiales. Para el compromiso, a los costados y detrás tendrá a fieles laderos: el Negro García López, Hilda Lizarazu y el Zorrito Von Quintiero, más los músicos chilenos Toño Silva Peña, Carlos González y Kiuge Hayashida. “Una sinfónica de rock”, fue como los definió García durante la floja (por decir poco) entrevista que le hizo un deslumbrado Luis Majul en La cornisa el domingo pasado.

En esa misma ocasión dijo que el concierto era para “darle una patada en el culo a la gente para que se sienta bien”. No hace falta: los 40 mil que dentro de un rato abarrotarán Vélez tendrán esa misma sensación sin necesidad de patadas, sólo con volver a ver un show con un Charly en mejor estado, manejando los hilos de su banda sin los espasmos de titiritero loco de la era Say No More. Incluso sin estar del todo recuperado, canciones le sobran, talento también y, ahora que tiene el foco puesto en tocar y cantar, es probable que ofrezca un concierto histórico (al menos para su propia historia, para la íntima). Pero hay algo que sí es seguro: la emoción va a ser parte del “cumpleaños feliz”.

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Imagen: Carlos Marano
 
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