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Sábado, 4 de febrero de 2006

MUSICA › A 35 AÑOS DE SU LANZAMIENTO, UNA REEDICION TOTAL DE “LA BIBLIA SEGUN VOX DEI”

Cómo grabar un clásico inoxidable

La reedición de la obra conceptual del trío viene con varios bonus, incluyendo versiones diferentes que quedaron afuera del original: un mapa sonoro de una obra central del rock argentino.

 Por Cristian Vitale

¿Cómo negarlo? A esta altura del rock, La Biblia según Vox Dei es una especie de correlato a escala criolla del Dark Side of the Moon de Pink Floyd, Tommy de The Who o Thick as a Brick de Jethro Tull. No sólo por maravillosa, íntegra e inoxidable, sino por una característica que la ubica en el mismo sitial de aquéllas: superó en sí misma a sus compositores. Es como si hubiese tomado un camino autónomo, superador del tiempo. Basta con echarle un vistazo al derrotero del trío sureño después de su presentación en febrero de 1971 para corroborar que, más allá de haber editado discos de buena factura –Jeremías pies de plomo, Es una nube, no hay duda o Ciego de siglos–, jamás pudo recuperar la popularidad de principios de los ’70. Por ese imperativo de la historia, entonces, cualquier novedad que aparezca sobre ella –más allá del vaivén coyuntural de sus creadores– es una joya para melómanos. En este caso, al cumplirse 35 años de su edición original, la gente del sello D&D (Diapason y Disc Jockey) recuperó las cintas originales, que habían sido descartadas del trabajo primigenio, y las entregó para que una nueva edición contemplara cíclicamente cómo fue el comienzo. Un hecho inédito en la historia del rock argentino.

La reedición de La Biblia –que no es la primera, pero sí la más completa– mantiene el mismo diseño de la tapa (un fondo rústico color ladrillo con el nombre del grupo y el disco en letras azules) y agrega un librillo con fotos, letras de canciones y referencias históricas del periodista Marcelo Fernández Bitar, Willy Quiroga y Ricardo Soulé, inspirador de la obra. Hay también una réplica del hombre árbol –icono clave del rock argento de los ’70– dibujado por Willy; folletos anunciando su estreno en vivo y los contratos de grabación firmados entre el grupo y el sello Mandioca. En suma, un cúmulo de rescates que sustentan la novedad: 13 multitracks que quedaron fuera de la “primera” Biblia. “Las cintas formaban parte de todo el material original de Disc Jockey, que estaba conservado en sus depósitos. En su momento, Daniel Casartelli compró esa compañía y la anexó a su catálogo Diapason, para formar la empresa D&D. Al ocurrir la compra, simplemente nos encontramos con ellas. Las cajas no tenían ninguna identificación por fuera. Al abrir una al azar y ver la ficha con su contenido, no lo podía creer. Con Daniel nos quedamos muy serios sin saber muy bien qué decir”, recuerda Daniel Fernández, socio de D&D.

No era para menos: las cajas contenían perlitas de la época grabadas en máquinas de cuatro canales. Entre ellas, cuatro versiones de Cristo (nacimiento) sin flauta ni banda de rock, sólo con orquesta de cuerdas; una bastante heterodoxa del Génesis; dos de Cristo (muerte y resurrección) –Prédica y Despedida–, y otras inéditas: Mandamientos y Base. “Me encantan estas cosas. Disfruté del Anthology de The Beatles, por ejemplo”, refiere Soulé en el librillo. “Escuchar estas cintas fue revivir toda aquella experiencia, con temas buenísimos que uno no tenía más en cuenta. Me resultó muy grato escuchar lo que por poco quedó afuera y la versión con la voz distinta del Génesis.” Soulé, Basoalto y Quiroga no sabían de la existencia de las cintas. El primero en enterarse fue el baterista, después Quiroga y por último Soulé. “Yo temblaba al decírselos, pero ellos lo tomaron con naturalidad”, cuenta Fernández.

Las cintas, tal como se escuchan en el disco, se conservaban en perfecto estado. Según Fernández, un milagro provocó que nadie las regrabara. Es habitual que, en todo proceso de grabación, las tomas se desechen por otras “mejores”. “Con el paso del tiempo adquieren una importancia impensada. Aparece el elemento histórico y todo se ve de otra manera”, testimonia. Los encargados del sello, luego de descubrir el tesoro, bajaron el material y lo grabaron en varios CD’s. Luego llamaron a los músicos para finalizar el trabajo. Y la autorización fue inmediata. “A mí me encantaba escuchar todo eso, pero sentía que estaba metiendo las manos en un asunto muy serio. De hacerlo mal, era casi una profanación. Entonces, una vez que se tuvo todo el material en condición de ser escuchado, hicimos las primeras sesiones de selección. El primero que vino fue Soulé. Fue un trabajo muy divertido. Ricardo escuchaba y recordaba con precisión detalles de cada tema. Después vino Quiroga. Charlamos sobre el origen de La Biblia, las técnicas de grabación de la época y la ida de Juan Carlos Godoy.”

Las anécdotas que Soulé vuelca en el librito, en efecto, refieren a pormenores de la grabación. Dice el guitarrista-violinista-compositor: “En Profecías, yo marco la entrada 1, 2, 3, porque el que toca la guitarra en esa toma no soy yo sino Godoy, que tenía una particular manera de armar algunos acordes usando también el dedo pulgar. Para mí, que venía de una formación clásica, eso era una herejía. Pero él lo hacía muy bien”. Ninguna de las 13 cintas rescatadas fue mezclada ni ecualizada. Los “descubridores” pensaron desde un principio mantener el sonido original y crudo de las mismas. “Agregar algún efecto nuevo 35 años después no tenía ninguna razón de ser”, reflexiona Fernández. “La decisión fue poner los cuatro canales originales en el mismo nivel y no usar en absoluto la ecualización. Salvo un fragmento de un solo de guitarra que nos quedaba muy alto con respecto al resto, no tocamos un solo botón de la consola. Tampoco se agregó nada nuevo en la masterización digital. Así sonó Vox Dei mientras grababa La Biblia. ¿Quién querría cambiar algo?”

En el otro CD están los temas que fueron publicados originalmente (Génesis, Moisés, Las Guerras, Libros Sapienciales, Profecías, Cristo Nacimiento, Cristo Muerte y Resurrección y Apocalipsis) con dos agregados: la letra de Apocalipsis, que no figuró en la primera edición, y un bonus con la versión de Génesis que Vox Dei grabó para uno de los primeros discos en vivo de la historia del rock nacional: La nave infernal.

La Biblia según Vox Dei, como La balsa, el pogo de Ji Ji Ji, el concierto despedida de Sui Generis o la muerte de Pappo, marcaron un antes y un después en la historia del rock argentino. Por ende, su atemporalidad no reconoce generaciones ni tendencias. Al contrario: reafirma el carácter circular del movimiento.

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