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Sábado, 17 de abril de 2010

MUSICA › PEZ PRESENTA HOY SU NUEVO DISCO EN LA TRASTIENDA

“Me gusta eso de traicionarnos”

Ariel Minimal, fundador y único miembro original de la banda, destaca el espíritu que anima al flamante CD, marcado por el power pop y con algo de new wave, pero bien “cancionero”. “Creo en la búsqueda, por el placer de buscar”, señala.

 Por Santiago Rial Ungaro

Si, tal como reconoce Ariel Minimal, fundador y único miembro original de Pez, el nombre de su grupo tiene connotaciones cristianas (durante los primeros años del cristianismo el pez funcionaba como una contraseña con la que se distinguían entre sí los perseguidos adeptos a la nueva fe), Pez también funciona hoy en día como una suerte de contraseña: el sólo hecho de que alguien escuche Pez lo confirma como un auténtico melómano. Fluctuante pero a la vez precisa, complicada pero generosa en buenas canciones, enroscada a veces y muy simple cada tanto, la música de Pez no es para “dedicados seguidores de la moda”. Desde 1993, esta banda se anima no sólo a no parecerse a nadie sino también a no parecerse ni siquiera a sí misma. En ese sentido, su décimo tercer disco confirma que Pez sigue cambiando. En su casa de Boedo, Minimal comenta que el disco, que presentará esta noche en La Trastienda, no tiene nombre (el tercer disco tampoco lo tenía) y que está en la línea de El Porvenir (2009), “que muchos fans de Pez odiaron porque es un disco de canciones”.

Pero probablemente haya un nuevo público que piense que éste es el mejor álbum de la banda. Rápido y furioso, con los siempre sorprendentes arreglos del grupo y con las letras de Minimal, expresivas y a la vez reflexivas, es un disco de power pop, con algo new wave. Y si estos temas tuvieran un par de videos en rotación y difusión dando vueltas (algo que, por otra parte, Pez nunca tuvo) su sonido aguerrido y sus estribillos pegadizos estarían en boca de todos. Pero la realidad es que para algunos seguidores de la banda, simpatizantes del rock progresivo o sinfónico, escuchar esta versión más “cancionera” quizá sea considerado como una traición. Ariel, ahora en plan “Judas Priest”, piensa lo mismo... sólo que lo ve de otro modo. “A mí me gusta eso de traicionarnos. Creo que de algún modo es crecer.” Minimal comenta que eso de “traicionarse” ya les pasó, estilísticamente, con el disco Hoy (2006).

“Lo que siempre me gustó de ese disco fue traicionarnos. Veníamos de estar tocando con dos tecladistas, cosas muy progresivas. Nos faltaba la capa y éramos Yes. Y salimos con un disco folk, muy prolijito que no tiene solos. Creo que en realidad buscamos sorprendernos a nosotros mismos, no es algo para los demás.” Pero aunque algunos solos de Minimal estén entre los más vibrantes del rock nacional de los últimos años, lo que hace que la banda suene cada día más potente es esa “convivencia sagrada” que tienen Minimal y sus secuaces: Fósforo y Franco, en bajo y batería, vienen tocando juntos desde 1997, y el excelente tecladista Pepo Limeres (que se luce especialmente en este disco) está en la banda desde hace siete años. Es por esa razón que Pez tiene un sonido único, fruto de una cierta telepatía que sus integrantes han desarrollado después de horas, días, años enteros de trabajo en la sala de ensayo. Mientras la mayoría de las bandas sacan un repertorio y se dedican después a mantenerlo tocando en vivo, Pez sigue encontrando en la sala de ensayo (ese agujero negro que chupa tanta energía) un fuego sagrado: “Nosotros seguimos ensayando tres veces por semana. La sala de ensayo es un lugar que necesitamos, es como nuestro hogar. La sala es un lugar en el que nos juntamos con los muchachos a hablar cosas de varones. Si Cacho Castaña tenía el Bar La Humedad, nosotros tenemos la sala”.

Los Pez son una familia, y esa calidez familiera y artesanal también le da a la banda algo que no abunda: credibilidad, tanto hacia adentro como hacia afuera: “Somos una familia, con todo lo que eso implica. Hemos pasado por todas las glorias y las miserias que tiene una familia: te amo, te odio, dame más. Pero hay una dinámica que funciona. Somos amigos: después de estar todo el año tocando, capaz que después nos vamos juntos de vacaciones”. Y si, como decía el filósofo, lo que no mata fortalece, Pez, el gran ausente de tantos festivales de “rock” durante años, se viene animando desde hace tiempo a hacer sus propios Festi Pez: “Nosotros queremos hacer un show que tenga un plus. Es algo interesado de nuestra parte: queremos darle algo más al público de Pez. Y después también está bueno que las bandas puedan tocar en un escenario más copado que los que suelen tocar”. Con todas sus mañas, con su carácter escurridizo, Pez se las ingenia así para generar una movida y darles lugar a bandas con las que, más que una estética, comparten una búsqueda. Dice Ariel, curador de sus festivales de rock: “A mí me gusta Fútbol, un trío que en el último disco tuvo una cosa que para mí es genial, que es que el disco (Papá se va a Japón) dura 18 minutos. La obra es ésa, no hacía falta estirarla. Después también invitamos a Honduras, unos ‘freerockeros’, copados de la movida de Henry Cow, muy interesantes. O los Poseidótica, Compañero Asma, Florencia Rui o Flopa: casi toda gente amiga”.

Minimal también nombra un par de bandas nuevas que le gustaron, que aún no tocaron en el Festi Pez, como La Perla Irregular o La Patrulla Espacial. Todas bandas con cierto carácter, con personalidad: “auténticas”. “No es algo que yo busque, creo que es un valor que te golpea de prepo, como una cachetada. Hay músicos que vos ya los ves y te das cuenta de que te están tratando de vender humo. A mí, si no me emociona no me interesa. Siempre salen bandas buenas, aunque quizá no sean las que te pasen por la radio todo el tiempo. Ya estamos acostumbrados: los discos de Dead Kennedys yo me los mandaba a grabar en una disquería en un cassette de mierda. Está bueno en sí mismo el hecho de buscar. Vos sentís que estás poniendo algo, no es sólo esa cosa de que estás tirado en una camilla y los medios por vía intravenosa te van inyectando hits. Creo en la búsqueda, por el placer de buscar.” Quizá sea ése el secreto de Pez: el que busca encuentra.

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Pez, una banda para melómanos que ya tiene trece álbumes editados.
 
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