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Jueves, 12 de septiembre de 2013

MUSICA › EL VIOLONCELLISTA ANSSI KARTTUNEN SE PRESENTA EN BUENOS AIRES POR PARTIDA DOBLE

Técnica formidable y enorme versatilidad

Desde hoy y hasta el sábado actuará en el CETC con Dos Coyotes, el dúo que integra con el compositor y pianista Magnus Lindberg; el domingo, en la Usina del Arte, estrenará Cifra 2, una obra escénico-musical con coreografía y dirección de Diana Theocharidis.

 Por Santiago Giordano

Anssi Karttunen es uno de los violoncellistas más complejos e interesantes de la actualidad. Su técnica formidable y su versatilidad le permiten abordar con igual pericia e intensidad repertorios de distintas épocas y lenguajes, y acaso por esto se ha convertido en uno de los instrumentistas preferidos de los compositores más importantes de este tiempo. Estableció numerosas colaboraciones creativas, que lo llevaron a ser el responsable de más de 135 estrenos mundiales, entre ellos 23 para violoncello y orquesta, de obras de Oliver Knussen, Magnus Lindberg, Kaija Saariaho, Rolf Wallin, Tan Dun y Pablo Ortiz, entre muchos otros. Recientemente fue distinguido con el Premio Gramophone, por su grabación del Concierto de Henri Dutillieux. Karttunen protagonizará dos momentos importantes por estos días en Buenos Aires. Desde hoy y hasta el sábado, a las 20.30, se presentará en el Centro de Experimentación del Teatro Colón con Dos Coyotes, el dúo que integra con otra personalidad importante: el compositor y pianista Magnus Lindberg –con obras del mismo Lindberg e Igor Stravinsky–, y el domingo, a las 18, en la Sala de Cámara de la Usina del Arte (Caffarena y Pedro de Mendoza, con entrada gratuita), estrenará Cifra 2, una obra escénico-musical con coreografía y dirección de Diana Theocharidis.

En conversación con Página/12, el violoncellista explica que Dos Coyotes es un proyecto que lleva varios años y distintas versiones y que en el nombre no se cifra sino una casualidad. “Una de las piezas de este programa es un arreglo que hicimos con Lindberg de una obra para ensamble que se llama Coyot club, pero cuando hicimos este arreglo no sabíamos qué nombre ponerle”, explica. “Estuvimos casi un año tocando esta obra sin saber cómo llamarla, hasta que un día en Los Angeles al salir de un ensayo vimos un restaurante que se llamaba Los Coyotes... ¡Ahí estaba el nombre!, dije, sin sospechar que desde ese momento cada vez que tocáramos juntos con Magnus nos llamarían Coyotes. Esto fue en 2000 y ahora ya no hay nada que hacer: cada vez que tocamos juntos nos llaman Dos Coyotes.”

–¿De qué se trata esta versión de Dos Coyotes que presentarán en el CETC?

–Como siempre, dosificaremos música de Stravinsky y de Magnus. El no pretende ser un pianista que toca todo; es un compositor que habitualmente toca su música, pero Stravinsky es importante para él y lo aborda desde ese lugar. Además, Stravinsky mantuvo un dúo con su amigo violinista Samuel Dushkin y entendimos que puede haber un paralelo entre Dos Coyotes y aquel dúo. El mismo Stravinsky adaptó algunas partes de su ballet Pulcinella para piano y violín y nosotros decidimos arreglar para piano y violoncello los movimientos que en su momento no transcribió. Conseguimos el permiso de los herederos y eso es parte de lo que tocaremos con Dos Coyotes.

El programa se completará con obras de Lindberg como Stroke, para violoncello solo (1984); Santa Fe Project, para violoncello y piano (2006), y Dos Coyotes, para violoncello y piano (1991/2002), además de momentos de improvisación conjunta. El domingo, Karttunen completará su presencia en Buenos Aires con Cifra 2, una obra en varias dimensiones, con la coreografía y dirección de Diana Theocharidis y un video del realizador francés Jean-Baptiste Barriére, en la que interpretará en escena músicas de Edmund Campion, Denis Cohen, Giuseppe Colombi, Gualtiero Dazzi, Tan Dun, Pascal Dusapin, Ivan Fedele, Luca Francesconi, Vinko Globokar, Magnus Lindberg, Colin Matthews, Marc Neikrug, Pablo Ortiz, Kaija Saariaho, Miroslav Srnka, Tapio Tuomela y Rolf Wallin. Participarán además los bailarines Pablo Burset, Silvina Damia, Matías González Gava, Aníbal Jiménez, Damián Malvasio y Alina Marinelli. La escenografía es de Emilio Basaldúa, la iluminación de Gonzalo Córdova y los vestuarios de Julián Garcés.

“Gran parte de Cifra 2 deriva del espectáculo que hicimos hace dos años en el Centro de Experimentación y Creación del Teatro Argentino de La Plata”, explica Karttunen, que junto a Theocharidis trabajó en dos versiones de la obra Transcripción, la última estrenada en París en 2010. “Fue idea de Diana estudiar el número dos –continúa– y preguntarnos si podemos hacer la misma cosa una segunda vez. Por qué no pensar en una segunda parte, en el número dos, pero hacerlo diferente, plantear un diálogo entre el presente y el pasado. Decidimos estudiar todo lo que produce una persona con otra persona: un músico con un bailarín, un músico con un coreógrafo, consigo mismo, frente a un espejo o ante un recuerdo. Pero también una obra con otras obras. Cifra 2 es nuestro segundo espectáculo y para hacerlo tomamos un poco de material de Transcripción, como un espejo de nuestro trabajo para lograr algo nuevo. Es muy interesante que el trabajo con Diana sea, otra vez, un trabajo en el tiempo. Nos conocemos hace casi quince años y de cada espectáculo hicimos varias versiones, yendo cada vez un poco más lejos en este conocimiento. Como instrumentista pude hacer muchos conciertos con coreografía, pero con Diana es la única con la que he podido crecer como persona y como artista. Ella me ha abierto una ventana a todo este mundo, que no conocía.

–¿Cambia la actitud del intérprete de la situación de concierto a la performance?

–Puede cambiar, pero eso depende completamente de la relación con el coreógrafo y de su relación con tu música. Diana es también música y ella trabaja desde ese lugar con los bailarines. Hay coreógrafas de ballet clásico en las que siempre hay que tocar en el mismo tiempo, en las que no se puede cambiar nada. Con Diana todo es fluido, sus bailarines conocen mis piezas casi mejor que yo. Basta que toque una nota y ellos saben dónde estoy. Eso no es usual y es maravilloso.

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Anssi Karttunen es uno de los violoncellistas más complejos e interesantes de la actualidad.
 
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