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Martes, 17 de marzo de 2015

MUSICA › MURUMBA PRESENTARá LA TIERRA LLAMA MAñANA EN EL TORCUATO TASSO

Una “mescolanza” con origen en Cuba

El sonido del grupo tiene un fuerte anclaje centroamericano, pero aborda la mixtura de géneros. Su fundador es Juan José Velasquez, quien toca bajo, guitarra, guiro y charango. “Descubrimos que las mismas canciones nos iban llevando a un lugar particular”, afirma.

 Por Karina Micheletto

La música de Murumba tiene un fuerte anclaje centroamericano, en especial cubano, pero también suenan en los temas que hacen algo de rock, pop, rap; un sonido urbano y también más local que hasta se permite aires de folklore argentino. De esta particular mixtura hizo sello propio la banda que surgió de la inquietud de Juan José Velasquez, nacido en Comodoro Rivadavia y “adoptado” cubano durante tres años de perfeccionamiento musical. Mañana a las 21.30, Murumba se presentará en el Centro Cultural Torcuato Ta-sso (Defensa 1575), con algunos invitados que también suenan como tales en el disco La tierra llama: la coplera salteña Mariana Carrizo, Luciano Larroca, de La Bomba de Tiempo, y Daniel “Piti” Fernández, de La Franela.

Junto a Velasquez en bajo, coros, guitarra, guiro y charango (la sumatoria de instrumentos es, ya de por sí, original) forman en Murumba Cristian Canatelli en batería y timbal, Fernando Adamoli en tres cubano y coros, Gabriel Gustavo Díaz tocando congas, chekere, quinto e iya (un tipo de tambor cubano), Leandro Brignone en flauta, quena, sikus y coros y Rubén Cejas en voz y coros. Fue una canción en particular, “La herradura”, la que disparó esa sonoridad, que comenzaba a alejarse de la música cubana más tradicional, y dio origen a una serie de canciones que marcaron otro rumbo o, mejor dicho, rumbos que se cruzan en este original sonido. “Ahí descubrimos que las mismas canciones nos iban llevando a un lugar particular, donde había espacio para la percusión cubana, una saya boliviana, un tinku y algo de soul mezclado con un rap... No fue fácil que suene orgánico, pero es lo que más nos prepresentaba”, cuenta Velasquez en diálogo con Página/12.

–¿Y por qué empezaron por Cuba como punto de partida?

–En los tres años que pasé estudiando allá terminé de amar la música cubana y a los músicos cubanos, pero recién hace unos años pude volcar ese amor. Llegué en 2000 y durante muchos años estuve tocando folklore. Grabé los bajos en el último disco de Mariana Carrizo, por ejemplo, por eso ahora ella es nuestra invitada. Desde esa inquietud, la de recuperar un poco todo aquel aprendizaje, nació Murumba. Que empezó siendo otra cosa: la primera intención fue simplemente la de recrear la música cubana que nos gustaba.

–¿Y cómo apareció este nuevo sonido?

–Fue un proceso de cambios, que se dio medio sin pensarlo, hasta llegar a la propuesta sonora que tenemos ahora. Es que tampoco está bueno hacer música cubana desde acá. Lo que surgió naturalmente, tocando, fue decir “bueno, esta música nos gusta, pero, ¿qué tenemos para decir nosotros sobre esta música, desde acá?” Simplemente, hicimos nuestra mescolanza a partir de los ritmos que manejamos. Bueno, fue complejo de realizar, lo simple fue llegar a esa conclusión (risas).

–¿Y qué es lo que admiraban, originalmente, de esa música?

–En las buenas orquestas cubanas es sorprendente el nivel de interpretación, de arreglos, de contundencia sonora que tienen. Las bandas cubanas siempre marcaron diferencia. Un poco por eso elegí Cuba para seguir estudiando música, y también porque es muy sabido que la escuela de música es una de las más importantes del mundo. A mí me marcó mucho.

–¿Por qué?

–Sobre todo, por el compromiso de trabajo de cada profesor que me tocó. Fue un compromiso que iba más allá de lo técnico, pero que terminaba redundando en lo técnico. Cada uno me recibió en su casa como a un hijo, se hacían responsables de mi crecimiento. Y yo los veía hacer mucho esfuerzo para explicarme, para formarme. Me encantó cómo te inculcan el compromiso con lo que hacés, la idea de que hay que trabajar para llegar adonde deseás. Tienen un compromiso muy alto con lo que hacen, por algo después se destacan tanto. Rescato también el cariño con que me trataron todos los profesores y la calidez humana, que es el capital más grande que tiene Cuba.

–¿Y recibió devoluciones de esos profesores que lo formaron?

–Jopel Cuesta, que tocaba las tumbadoras en el grupo, ahora se fue para Cuba y el actual tumbador de Los Bam Bam, además de un gran amigo. Mandamos discos con él. Así que estoy esperando la opinión de los profes.

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La canción “La herradura” disparó la particular sonoridad que aborda Murumba.
 
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