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Jueves, 12 de mayo de 2016

MUSICA › JUAN “POLLO” RAFFO ADELANTA LOS TEMAS DE SU DISCO BRINDIS EN VIRASORO BAR

Un abordaje de los sonidos del otoño

El tecladista, pianista, compositor y arreglista comenzó con la idea de ponerles música a las estaciones del año en 2006 y ya tiene listo el álbum que cierra la saga, que publicará mediante una campaña de financiamiento colectivo.

 Por Cristian Vitale

Tuvieron que pasar dos años y medio para que Juan “Pollo” Raffo le pusiera una música a la estación que faltaba: el otoño. Brindis, el disco que la contiene, es entonces el broche temporal de la saga Música de Flores que el pianista, tecladista, arreglador y compositor nacido en tal barriada del oeste porteño comenzó allá por 2006, con Guarda que viene el tren. “El disco viene a cerrar un primer ciclo relacionado con las estaciones del año, y es como una continuidad de la idea y el concepto de los cuatro discos. Lo que se nota, sí, es el afianzamiento del cuarteto, y un sonido más maduro, más relacionado con el otoño. Una continuación con matices, digamos”, define él, que está adelantando las diez composiciones del material todo los jueves de mayo a partir de las 21.30 en el Virasoro Bar (Guatemala 4328). “Estamos tocando todo el material del disco nuevo, que ya está grabado… Sólo faltan algunos detalles para publicarlo en soporte físico”, agrega Raffo, cuyo grupo forma con Martín Rur, en saxo soprano, clarinete y claron; Tomás Pagano, en bajo y Rodrigo Genni en batería. “Ya escribo bastante pensando en cada uno de ellos, por eso hablo de afianzamiento”, aclara el ex Trigémino, El Güevo y Monos con Navajas.

El sonido global del trabajo no se aleja mucho de la gran Raffo, que es una marca registrada a esta altura de la música popular argentina: una alquimia conceptual e instrumental de ritmos autóctonos, rock progresivo, música ciudadana y vuelos rasantes con el jazz. De una manera de hacer música libre, al cabo, tal como la conciben sus influencias (Joe Zawinul, Hugo Fattoruso, Keith Emerson, Hermeto Pascoal o Jan Hammer, entre ellas), pero a la criolla. “En lo musical, no se diferencia mucho del disco anterior, principalmente porque se trata de la misma formación y su sonoridad en vivo. De hecho, el disco fue grabado ‘de una’ en el estudio, sin correcciones ni sobregrabaciones. Un detalle diferente, tal vez, es que sólo toco el piano acústico. No hay teclados eléctricos, pero no por algo en particular, sino porque lo tomé como una regla de juego, una convención para este trabajo puntual”, explica Raffo. Otro rasgo distintivo del disco radica en que casi todas las piezas –instrumentales, como manda el universo Raffo– tienen nombres de una sola palabra. El se los acuerda de memoria y los larga, casi sin respirar: “Contrafrente”, “Borboleta”, “Yerbal”, “Rorschach”, , “La Leyenda del Grumete Genovés que Desertó Frente a las Costas de Quilmes” (ésta es la que justifica el ‘casi’), “Calesita”, “Yaguareté”, “Terminal”, “Filigrana” y “Brindis”. “Lo que me interesó de la elección de los títulos es que sea una palabra que sonara fonéticamente bien y después sí, ver posibles significados directos o indirectos que sugiriera la música”, explica.

–Excepto el tema del medio, que tiene trece palabras y suena a una historia parecida a la de los indios Quilmes, pero con un genovés como protagonista…

–Es la historia de mi abuelo, que justamente desertó de un barco que iba a Brasil, creo. Se tiró al agua, nadó hasta las costas de Quilmes y después fue hasta La Boca. Me quedaba claro que este tema iba a estar en el medio de la lista, de manera que sobresalga en medio de todos temas de una sola palabra.

–La última pieza replica el nombre del disco. ¿Por qué “Brindis”?

–En principio, digo que todos los volúmenes de Música de Flores cierran con un tema a piano solo, y lo de “Brindis” tiene que ver una celebración cuyo sonido, paradójicamente, es el de un vals medio tristón. Pensé en un brindis como despedida, o de alguien que está solo y brinda consigo mismo, o la asociación con el consumo de alcohol. Para la tapa del disco, encontré una foto que está muy disimulada, muy metida en el medio del collage, que muestra un brindis con mi viejo, hace casi cincuenta años.

–Su trago no era con alcohol, seguro… ¿Naranjín o leche chocolatada?

–(Risas) Ni me acuerdo, porque el contenido del vaso no se ve, pero sería jugo, sí. Hay quien me dijo que le puse así por Brindisi, porque soy de Boca, pero no (risas). Otro tema particular es “Contrafrente”, que puede connotar la parte de atrás de un edificio o un cambio de frente en un partido de fútbol, pero me gustó la idea del lado B, de lo otro, de lo que no está a la vista, o de la música de los otros, dicho esto como una ironía de la clase media porteña.

–¿Por qué la ironía?

–Porque es una cumbia. Ya había grabado una para el primer disco (“Sin móvil aparente”), pero la de ahora es una mezcla con huyano, más cercana a la cumbia colombiana, tal vez.

Otra arista del disco es la aplicación sin anestesia del cada vez más difundido crowdfunding, la campaña de financiamiento colectivo que permite, desde cualquier lugar del Globo, la compra anticipada del disco para facilitar su edición, a cambio de una serie de beneficios como entradas, discos anteriores, partituras, clases magistrales o shows privados. “Diría que la campaña es lo más novedoso, esta vez”, arriesga el Pollo, alucinado con esta nueva forma de vérselas con el vertiginoso y cambiante negocio de la música. “El disco tiene una descarga en MP3, que sería lo más accesible, acompañada por un PDF con el arte de tapa y una ficha digital; después está el disco en sí, el merchandising de la remera con la tapa, las partituras... Es algo fantástico. No pasaron dos semanas y estamos llegando al treinta por ciento del costo total. Más allá de lo obvio, que es recaudar el dinero que me falta para la mezcla, la masterización y la replicación de los CDs, lo interesante es el contacto directo con la gente y la participación, porque se sabe que se complica hacer llegar la música que hacemos a lugares de difusión masiva. Estoy muy entusiasmado. Sigo sumando emociones a pesar de la edad”, (se) sorprende Raffo, que ya pasó las cinco décadas y media de existencia en la vida, y no muchas menos en la música.

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Juan “Pollo” Raffo fue parte de Trigémino, El Güevo y Monos con Navaja.
Imagen: Gentileza Josefina Chevallier
 
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