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Viernes, 27 de marzo de 2009

CINE › LA SELECCION OFICIAL INTERNACIONAL ARRANCO CON BUENA ESTRELLA

Treintañeros en situación de crisis

La película indonesa Blind Pig Who Wants to Fly y la alemana Alle Anderen, ambas en competencia, mostraron sus virtudes, pero fue la argentina Excursiones, opus 3 de Ezequiel Acuña, fuera de concurso, la que se lució con brillo propio.

 Por Horacio Bernades

Con buen impulso arrancó la Selección Oficial Internacional del 11º Bafici, presentando, en competencia, la película indonesa Blind Pig Who Wants to Fly y la alemana Alle Anderen y, fuera de competencia, la argentina Excursiones, opus 3 del treintañero Ezequiel Acuña. Tras un semirretiro, forzado por el fracaso de público de Como un avión estrellado, Excursiones confirma que cada película de Acuña es mejor que la anterior.

Treintañero es también Edwin, realizador de Babi buta yang ingin terbang (Blind Pig Who Wants to Fly, en lengua internacional), que bien podría llamarse Indonesia en pedacitos. Armada en fragmentos, cada uno con su título y protagonista, en un primer momento éstos parecen flotar como islas a la deriva, pero de a poco se percibe su vinculación. Esos fragmentos están protagonizados por un dentista, su esposa jugadora de badminton, su hija (que deglute petardos encendidos, como si fueran panchos), un amigo de ésta, la secretaria del dentista y un productor de televisión y su amante, fornido vigilancia del canal. Estos últimos no parecen tener relación con los demás, hasta que irrumpen de un modo que no habrá espectador que pueda olvidar fácilmente.

El tono ligero y casual, eventualmente caprichoso y despreocupado, termina resultando, en más de una ocasión, engañoso. Instigados por el odontólogo, todos cantan obsesivamente I Just Call to Say I Love You. Tan obsesivamente, que hasta el espectador habituado a tararear para sí el tema de Stevie Wonder (el caso del cronista), saldrá de la sala con la decisión de no hacerlo nunca más. Pero no hay tema romántico que detenga una violencia que brota a intervalos irregulares, a través de fragmentos de noticieros o representada por la persecución étnica a la que es sometida una chica de origen chino. Para no hablar de una tan absurda como intolerable violación a dúo, que el realizador pone en escena con morosa revulsividad.

La realizadora alemana Maren Ade había participado, cuatro años atrás, de la competencia internacional del Bafici, con su perturbadora ópera prima, The Forest for the Trees. Si allí una maestra demasiado ilusa terminaba pagando con su salud mental la disfuncionalidad del sistema escolar, en Alle Anderen (Everyone Else) la entropía corroe, de modo larvado e implacable, la vida de una pareja. Una vez más la realizadora parece observar la situación desde todos los puntos de vista posibles, iniciando la película en un estado como de perfecta felicidad amorosa, para ir introduciendo –muy de a poco, de modo casi imperceptible– zonas de quiebre. Quiebre del protagonista masculino (un arquitecto a quien le han encargado una remoledación, en una villa de Cerdeña) y de su novia, una de esas mujeres que aman demasiado, a hombres que aman demasiado poco. Como Gena Rowlands en alguna película de Cassavetes, la arrebatada, impulsiva, repentinamente recóndita Birgit Minichmayr es el eje gravitacional de Alle Anderen, su motor casi único. Es por eso que, cuando la chica comienza a perder el rumbo, el espectador siente que lo pierde con ella, yendo a parar a una zona difusa, de la que no hay rescate. Un viraje sutil, que lleva la película de lo cómico a lo incómodo, signa también Excursiones, donde Ezequiel Acuña retoma, con producción de Matanza Cine, a los protagonistas de sus primeros cortos, que allí eran amigos del cole y aquí ya andan, como el propio realizador, en los treinta. Filmada en 16 mm y blanco y negro, hay un tono indoblegablemente humorístico en el opus 3 del realizador de Nadar solo, dado por la simpática torpeza y titubeos de sus protagonistas.

Tras diez años distanciados, Marcos y Martín se reúnen, a instancias del primero, que escribió una obrita de teatro y quiere que su amigo –dramaturgo y guionista de televisión– le dé una mano. Como ambos se comportan como una suerte de Clouseaus de la vida cotidiana, sus encuentros –que Acuña registra en largas y fluidas escenas de diálogo– andan siempre bordeando el absurdo. De a poco comienza a advertirse, sin embargo, que los tipos, que parecían tan simpáticos, se comportan en verdad como unos chicos neuras y recelosos, además de como amantes reprochones. Lo ligero se va tornando denso, lo gracioso en perverso y lo despreocupado en preocupante. A la larga, sin perder jamás su infecciosa comunicatividad, de lo que habla Excursiones es de una suerte de adolescencia pegajosa e interminable, filmada por un ex adolescente, cada día más maduro y elegante.

* Blind Pig Who Wants to Fly, hoy a las 15.30 en el Hoyts 10 y mañana a las 17.15 en el Atlas Santa Fe 1.

* Everyone Else, hoy a las 17.15 en el Hoyts 11 y mañana a las 19.30 en el Atlas Santa Fe 1.

* Excursiones, hoy a las 20 en el Hoyts 8 y el domingo a las 17.45 en el Atlas Santa Fe 1.

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Filmada en 16 mm blanco y negro, hay un tono indoblegablemente humorístico en Excursiones, de Ezequiel Acuña.
 
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