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Jueves, 7 de diciembre de 2006

CINE › “HAPPY FEET, EL PINGÜINO”, SOLO DOBLADA AL CASTELLANO

Tap Dance de los palmípedos

 Por Horacio Bernades

Parece que es tiempo de pingüinos, nomás. Y no sólo en la política nacional. Véase si no lo que viene sucediendo en el mundo del cine: luego del adelantado Danny de Vito, a quien su condición atormentaba en Batman vuelve, vino el comando-pingüino de Madagascar (claramente lo mejor de esa película) y más tarde sus primos familieros de La marcha de los pingüinos. Ahora llegan, más antropomórficos que ninguno, los emperadores de Happy Feet, el pingüino, que en Estados Unidos lograron reinar por sobre el mismísimo Bond, James Bond. Y que, da la sensación, heredan un poco de cada uno de sus predecesores.

Del documental La marcha de los pingüinos, los creadores de Happy Feet parecen haber tomado no sólo algún dato científico (que las hembras migren y los machos se queden a empollar los huevos), sino sobre todo esa obsesiva identificación entre la organización social de los plumíferos y la de los humanos. “¡Ahí vuelven nuestras esposas!”, exclama en un momento uno de sus maridos, dando la sensación de que en cualquier momento les preguntan si fueron de shopping. Como el Pingüino de Batman vuelve, Mumble, pequeño protagonista de Happy Feet, es, si no un mutante, sí un distinto. Culpa del padre, a quien en ausencia de la madre se le resbaló el huevo (el que tiene cáscara) y entonces el chiquito salió de adentro haciendo pasitos de tap dance. Sucede que el bailar es una actividad absolutamente desconocida entre sus pares. Y por lo tanto, mal vista. Sobre todo por los mayores, una manga de viejos reaccionarios (en tren de antropomorfizar, antropomorficemos a lo bestia, nomás) que adoran al dios de los pingüinos y no quieren que nada cambie en ese retrógrado paraíso polar.

La fábula políticamente correcta pegará sobre el final una vuelta de timón para el lado del ecologismo (Mumble se consagra como héroe clásico, cuando recupera los peces que los humanos le robaron a la pingüinera) y después otra vuelta más bruta aún. Esta termina encaminando la película a una ridícula resolución new age, con los humanos súbitamente buenificados, gracias a las virtudes canoras de los palmípedos. Porque estos pingüinos cantan, y cómo. De hecho y más allá de algunas interrupciones dialogadas, Happy Feet es básicamente una comedia musical, con Elijah Wood, Brittany Murphy, Robin Williams, Hugh Jackman y Nicole Kidman entonando una verdadera antología de grandes éxitos del pop que va de Elvis y los Beatles a Prince, pasando por Stevie Wonder, Patti La Belle y Earth, Wind & Fire. Como puede notarse –y más allá de que uno de los más espectaculares números de masas sea un mambo–, predomina aquí la música negra. Valga aclarar que ninguna de las voces nombradas puede apreciarse en la Argentina, ya que la distribuidora decidió estrenar sólo versiones dobladas, empobreciendo así enormemente la oferta.

Con un trabajo de digitalización en el que se utilizó a destajo la técnica conocida como motion capture (dedicada a copiar movimientos reales) y energéticas coreografías a cargo del premiado Savion Glover (que se especializa en tap y funk), Happy Feet levanta vuelo cuando deja de preocuparse por los mensajes de buena conciencia. La mano de George Miller (director de la saga Mad Max y de ambas Babe) se deja ver en más de un momento de miedo, como el ataque de una foca asesina, y en la tendencia a dejarse llevar por el delirio. En este punto, es memorable una banda de pingüinos latinos (antes habían aparecido unos pajarracos predadores que hablaban como Los Soprano) que andan por el Polo como por las calles del barrio y que recuerdan a aquellos gangsta-penguins de Madagascar. A partir del momento en que adoptan al protagonista como uno más, hay diversión asegurada por un rato largo, con Robin Williams haciendo varios personajes (entre ellos un susurrante gurú del sexo, alla Barry White) y confirmando que debería dedicarse a las voces y nada más. Pero de eso no podrá enterarse el público argentino, imposibilitado de oír las voces originales.

7-HAPPY FEET, EL PINGÜINO

Happy Feet. EE.UU., 2006.

Dirección: George Miller.

Guión: G. Miller, John Collee, Judy Morris y Warren Coleman.

Coreografía: Savion Glover.

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Mumble hace lo que ningún otro pingüino: baila.
 
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