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Martes, 25 de marzo de 2008

CINE › FESTIVAL NEW CROWNED HOPE EN LA SALA LEOPOLDO LUGONES

Mozart según siete grandes cineastas

El gran compositor es celebrado por un puñado de notables, entre ellos Tsai Ming-liang y Apichatpong Weerasethakul.

En 2006, bautizado como el “Año de Mozart”, la ciudad de Viena produjo el denominado New Crowned Hope Festival y concedió a su director artístico, el reconocido régisseur y director teatral Peter Sellars, la potestad de crear una celebración para conmemorar el 250º aniversario del nacimiento del gran compositor. En lugar de optar por la tradición, Sellars decidió dejar que artistas de los campos de la música, el teatro, la arquitectura, las artes visuales y el cine presentaran creaciones totalmente libres. El objetivo del Festival New Crowned Hope –que todavía hoy sigue circulando por el mundo– es que la música de Mozart sirva de inspiración y trampolín para obras contemporáneas que reflejen los problemas de este nuevo siglo. Con el apoyo de los productores ejecutivos Simon Field y Keith Griffiths, Sellars pidió a siete realizadores no pertenecientes a la cultura occidental que participen en el Festival con sendas películas. Este puñado de notables films –que incluye las últimas obras de Tsai Ming-liang y Apichatpong Weerasethakul, reconocidos como la avanzada del cine contemporáneo– es el resultado de aquella novedosa iniciativa, que a partir de hoy y hasta el próximo lunes se presenta en forma completa, tal como fue concebida originalmente, en la Sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín (Avda. Corrientes 1530), con el auspicio y la colaboración de la Austrian Film Commission y la embajada de Austria en Argentina.

“Decidimos encargar los films a realizadores de diversos países, culturas y generaciones y les pedimos que hicieran eje en algunos de los temas que atraviesan la obra musical de Mozart, en particular tres títulos fundamentales: La flauta mágica, La clemenza di Tito y el Requiem”, explicaron los productores Field y Griffiths sobre los seis largos y el corto que integran el Festival New Crowned Hope: Mozart visto por otros ojos, tal como se denomina aquí en Buenos Aires.

- El festival arranca hoy con Estación seca (Daratt; Chad/Austria, 2006), de Mahamat-Saleh Haroun. Chad, después de la guerra civil. El gobierno ha otorgado una amnistía. Atim tiene dieciséis años y su abuelo le da una pistola para que mate al hombre que asesinó a su padre. Lo localiza rápidamente, pero a lo largo de las semanas, una extraña relación se establece entre ambos hombres.

- Mañana va Media Luna (Niwemang; Irán/Irak/Austria; 2006), del director kurdo Bahman Ghobadi. Un viejo músico kurdo ha esperado 35 años para poder actuar de nuevo en el Kurdistán iraquí y desoye la premonición de su hijo de que algo terrible le espera antes de la siguiente Luna llena. Por otro lado, ha de convencer a Hesho, una cantante que vive en un refugio de montaña con otras cantantes exiliadas, de que se una a ellos. Como las mujeres no pueden cantar en público ante los hombres en Irán, He-sho deberá ir oculta en el autobús.

- El jueves 27 se exhibe Opera Jawa (Indonesia/Austria, 2006), de Garin Nugroho, inspirado en el Ramayana, famoso clásico de la literatura India. “Este film es un réquiem presentado a partir de una combinación de canciones típicas de Java, bailes, vestuario, actuación, arte visual e instalaciones” (Garin Nugroho).

- El viernes 28 es el turno de una auténtica obra maestra, Síndromes y un siglo (Sang Sattawat; Tailandia/Austria, 2006), de Apichatpong Weerasethakul. El último largometraje del gran realizador tailandés se pregunta por la subjetividad de los recuerdos y cómo nuestro sentido de la felicidad puede ser disparado por detalles aparentemente insignificantes. “Un film indescriptible, tan hermoso como enigmático”, escribió Diego Brodersen en El Amante/Cine.

- El sábado 29 está reservado a otra cumbre, No quiero dormir solo (Hei Yan Quan; Taiwán/Austria/Francia, 2006), de Tsai Ming-liang. Inspirado por la situación de los miles de trabajadores extranjeros que después de la crisis económica de los ’90 quedaron varados en Malasia como inmigrantes ilegales, Tsai narra –con un virtuosismo que, como siempre, no precisa palabras– la historia de uno de esos olvidados, interpretado por su actor fetiche, Lee Kang-sheng.

- El domingo 30 será posible hacer un minifestival con cuatro de estos films, programados en forma consecutiva, y el lunes 31 el ciclo cierra con la única película del grupo que tuvo estreno comercial en Argentina, Hamaca paraguaya (Paraguay/Argentina, 2006), de Paz Encina, precedida por el corto Meokgo and the Stickfighter (Sudáfrica/Austria, 2006), de Teboho Mahlatsi. Horarios y más información en www.teatrosanmartin.com.ar/cine.

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No quiero dormir solo, de Tsai Ming-liang, con Lee Kang-sheng.
 
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