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Miércoles, 17 de octubre de 2007

TELEVISION › RECLAMO DE ACTORES

Un conflicto sin final anunciado

Los intérpretes argentinos coinciden con la pelea hollywoodense ante los productores para mejorar el salario.

 Por Emanuel Respighi

La ficción audiovisual a nivel mundial se está jugando por estos días algo más que la típica carrera por conocer qué libretos se realizarán el próximo año y qué actores conformarán los elencos de esas películas o series. Corroborando la afirmación de que el entretenimiento es una de las industrias que mejor se adaptó a la globalización cultural, tanto en Hollywood como en la Argentina la “huelga” cada vez se vuelve más una posibilidad cierta entre los actores, guionistas y directores, amenazando con retrasar más de lo debido el comienzo de varias producciones en puerta. El reclamo de los trabajadores de la meca del cine y de la escena local es, llamativamente, el mismo: aumento salarial, mejoramiento en las condiciones de trabajo y la contemplación de ingresos por la venta de las películas y programas al exterior, así como también por su explotación comercial en nuevas plataformas como los celulares e Internet.

La planificación de ficción televisiva para la temporada 2008 se encuentra en stand by. Y ya no se trata de cuestiones de cartel, sino más bien de una negociación entre productores y canales con los actores, quienes están pugnando por una actualización salarial de sueldos mínimos que no se produce desde 2005. Sin embargo, la negociación de paritarias no sólo se encuentra estancada en el Ministerio de Trabajo, sino que además tomó carriles mediáticos propios de la época, que incluyó una solicitada en la que la Cámara Argentina de Productoras Independientes de Televisión (Capit) y la Asociación de Telerradiodifusoras Argentinas (ATA) aclaran que las “pretensiones desmedidas” de la Asociación Argentina de Actores (AAA) “están poniendo en grave riesgo el desarrollo de ficción en la Argentina”.

El conflicto que enfrenta a los actores con los productores tiene como ejes de discusión (trunca por ahora) la actualización de las condiciones laborales de los actores, en particular en la fijación de salarios mínimos y de las horas que insume una jornada laboral. Mientras que el gremio actoral pide un aumento de alrededor del 150 por ciento en los haberes de todas las categorías televisivas (bolos, tiras diarias, unitarios), Capit y ATA propusieron un aumento del 40 por ciento en julio pasado y no se movieron de esa cifra. Además, los actores quieren fijar la jornada laboral en tira de 8,45 horas, mientras que los productores contraproponen 10 horas más una de comida. Obviamente, las diferencias en este punto parecen irreconciliables.

“Las pretensiones desmedidas de la AAA en cuanto a los incrementos solicitados, junto al pedido de reducción en la jornada de trabajo y la decisión sindical de impulsar unilateralmente una iniciativa legislativa incompatible con la realidad que caracteriza esta actividad, sin lugar a dudas restringirían aún más el desarrollo de la ficción para la Argentina”, subrayó Capit y ATA en una solicitada publicada recientemente. Incluso, en el texto se detalla que, “en la actualidad, los promedios de ingresos de los actores son: por bolo, $200 por cada día de grabación, y por contrato mensual, el 31% gana $4000, el 56% entre $8000 y $15.000, y el 13% más de $20.000”.

Por su parte, la AAA no se quedó atrás y respondió a la solicitada con otro comunicado que se distribuyó en los medios. En el mismo, el gremio actoral sostiene que la solicitada de Capit y ATA, “además de contener una serie de datos falaces, es una muestra más del chantaje permanente que ejercen los empresarios del sector sobre los actores con la amenaza de no realizar ficción si reclamamos por nuestros derechos. Los productores acomodan a su gusto las cifras para justificar lo que se ha dado en llamar la ‘economía informal’, eufemismo que intentaría explicar, entre otras cosas, el trabajo en negro, combinado con la evasión fiscal y previsional, el abuso en el horario de trabajo de los menores y la persistente negación a discutir en paritarias, lo que los ubicaría fuera de la ley”.

La AAA, además, señala que “las cifras y porcentajes volcados en la solicitada intentan crear la falsa imagen de los actores nadando en el lujo. Cuando dicen que el bolo diario se paga 200 pesos, nos preguntamos: ¿por qué no lo homologan? El mínimo está fijado en 92 pesos y un gran porcentaje de los actores que trabaja a bolo en TV cobra los mínimos. Los porcentajes esgrimidos por los empresarios dan la idea de una planta fija de trabajadores, sin tener en cuenta la discontinuidad de nuestro trabajo”. A su vez, los actores reconocen que “la falta de ficción es un hecho”, pero aclaran que “no es responsabilidad de los actores ni es causada por sus salarios mínimos. Nos preguntamos: ¿no habrá una pretensión de eludir las responsabilidades que implica ser empresario, entre otras cumplir con el trabajo en blanco y el respeto de los trabajadores actores?”. Por tal motivo, la AAA convoca a una asamblea extraordinaria a realizarse el lunes próximo, “para debatir esta situación y proponer las medidas a adoptar”.

En Hollywood, en tanto, la situación es igual de dramática. Con la masificación de las nuevas tecnologías, los derechos de autor procedentes de la exhibición de producciones de cine y televisión comienzan a tener cada vez menos alcance a la hora de la facturación individual de actores, directores y guionistas. En la lucha por una regulación o beneficio económico que los ampare del uso indiscriminado de sus producciones, el Sindicato de Guionistas, el Sindicato de Directores y el numeroso Sindicato de Actores de Hollywood están evaluando la posibilidad de realizar un paro para el próximo 1º de noviembre. La primera piedra la tiró el Sindicato de Guionistas, ya que el próximo 31 de octubre se le vence el convenio con la Alianza de Productores de Cine y Televisión. También se sumaron los sindicatos de Actores y Directores, a los que dentro de ocho meses, el 30 de junio de 2008, se les vence su contrato. Dicha huelga afectaría de manera directa a más de 236.000 personas en Los Angeles y podría frenar la realización de superproducciones previstas. En esta situación, las series de TV también se verían perjudicadas, considerando que en noviembre es el momento en el que se renuevan las temporadas. Según anunciaron desde los gremios, mañana será el día en el que se conocerá la medida de fuerza que se tomará y su alcance.

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Los actores admiten que el reality desplazó a la ficción de la pantalla.
 
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