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Sábado, 25 de agosto de 2012

VIDEO › EL GRAN AñO, CON DIRECCIóN DE DAVID FRANKEL

Tres tipos mirando al cielo

Como la especialidad del director son las comedias, convocó a Jack Black, Owen Wilson y Steve Martin para contar la despiadada competencia entre... avistadores de aves. La cuestión “deportiva” está aquí matizada con momentos emotivos y un humor, se diría, involuntario.

 Por Horacio Bernades

Pocas veces una foto habrá sido tan representativa como la que ilustra esta nota: durante dos horas, los protagonistas de El gran año se la pasan avistando aves. ¿Cine experimental, documental de la naturaleza, gag extendido de los Monty Python? Nada de eso. Presentada por una major (la Fox), dirigida por el realizador de El diablo viste a la moda y Marley y yo y protagonizada por tres estrellas en regla, The Big Year se atiene al modelo convencional de cine hollywoodense. ¿Que quiénes son esos tres a los que los binoculares tapan las caras? A la derecha, el señor Jack Black. El de la otra punta es Owen Wilson y entre los dos, Steve Martin. Ah, entonces es una comedia. Mmmhhh, bueno, no exactamente. Aunque tampoco es que deje de serlo... Lo concreto es que la división Video de Fox acaba de lanzarla en Argentina y esta página se dedica a reseñar lanzamientos en dvd. Así que aquí está El gran año.

No es que El gran año sea lisa y llanamente mala, sino que daría la impresión de que a sus propios responsables e intervinientes no les resultó fácil terminar de entender qué debían o podían hacer con ella. La película se basa en el libro homónimo, una crónica de cuando tres de los mayores observadores de aves del mundo (o de Estados Unidos, que en el cine de Hollywood viene a ser lo mismo) se trenzaron en encarnizada lucha, para ver cuál de ellos era the one and only. Primer tema a resolver: el paso de crónica real a film de ficción. Segundo, el género elegido. Como David Frankel dirige comedias, llamó a Black, Martin y Wilson (con el que ya había trabajado en Marley y yo, otra comedia rara, por lacrimógena) y, para adaptar la fuente original, a Howard Franklin, escritor y director de No tengo cambio (con Bill Murray) y La mirada indiscreta, que tampoco terminaba de decidirse entre la comedia y el retro-noir. Finalmente, el objeto de la crónica (gana el que más aves avista) daba para una vieja costumbre hollywoodense: el film de competencia deportiva.

Competencia deportiva en versión Los años locos, ya que tiene lugar del 1º de enero al 31 de diciembre (el big year del título), con los participantes siguiendo la migración de las aves y trasladándose del último confín de Alaska hasta el delta del Mississippi y de la soleada California hasta las Rocallosas. La competencia es, desde ya, despiadada, sin excluir golpes debajo del cinturón y con el personaje de Wilson como Nodoyuna del caso. Como el guionista y el realizador son conscientes de que no pueden pasarse dos horas con tres tipos mirando al cielo, le inventan a cada uno una historia, que por algún motivo se concentra en lo familiar. Arrastrados los tres por su pasión obsesiva, Wilson es capaz de dejar sola a su mujer embarazada, Black disputa con su padre desvalorizador (Brian Dennehy) y tolera a su idische mame (aunque no haga de judía, Dianne Wiest siempre hace de idische mame), con Martin gozando de mujer bancadora. Desde ya que no faltan los momentos emotivos. ¿Y la comedia, dónde está? En la presencia del trío Wilson, Black & Martin, que hasta cuando respiran lo hacen en términos del género.

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La película no llega a ser una comedia, pero lo parece.
 
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