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Lunes, 12 de julio de 2004

FúTBOL › EL NEXO EXISTENTE ENTRE EL TITULAR DE BOCA Y ALGUNAS NEGOCIACIONES QUE SON, AL MENOS, EXTRAÑAS

La pista del dinero conduce a Macri

Crónica de episodios, un tanto silenciados, que involucran amenazas telefónicas propinadas entre el ingeniero y el intermediario Gustavo Mascardi, extrañas operaciones con futbolistas juveniles que viajan por el mundo o continúan su carrera en River, negocios que la AFIP debería investigar en mercados emergentes como China y Rusia.

 Por Gustavo Veiga

El desparpajo cotiza en alza. Mauricio Macri sostiene que “Boca está bien en un país que no está bien”, sin que le tiemble un músculo de la cara. En su reino parecería que todo florece, cuando no es así. Hay conflictos por dineros que siguen de largo, mientras el club genera divisas por la transferencia de jugadores que Carlos Bianchi no hubiera sugerido vender. Estos episodios, un tanto silenciados, involucran amenazas telefónicas propinadas entre el ingeniero y el intermediario Gustavo Mascardi, extrañas operaciones con futbolistas juveniles que viajan por el mundo o continúan su carrera en River, negocios que la AFIP debería investigar en mercados emergentes como China y Rusia, y otras lindezas por el estilo.
Los éxitos que el Virrey y sus muchachos consiguieron en todos estos años disimulaban prácticas que, ya en julio de 1997, Enrique Nosiglia –el hombre que contribuyó como nadie a ungir por primera vez al presidente boquense re-reelecto– denunciaba con estas palabras: “Mascardi parece ser el dueño de todos los pases de los jugadores. Después nos vinimos a enterar de que Gustavo Arribas, amigo íntimo de Mauricio, es socio de Mascardi y número cinco en el equipo que tiene Mauricio en la quinta Los Cardenales”. El presente nos remite al pasado y el pasado nos permite comprender el presente. Aunque claro, algunas figuritas han cambiado.

Una voz en el teléfono

Personajes glamorosos del show business, Macri y Mascardi se entendieron muy bien hasta que los negocios bifurcaron sus caminos. Al dirigente se le atribuye haber participado con dinero propio en las compras de dos iconos de la escudería del intermediario: Martín Palermo y Juan Pablo Angel. Uno goleador de Boca y el otro de River.
Corría el 16 de septiembre de 1998 cuando se constituyó un fideicomiso por 5 millones de dólares que controlaba Arribas, el nexo indispensable entre las partes. Este mandató a Deportes Siglo XXI SA –la compañía de la familia Mascardi– la adquisición del delantero colombiano, cuya transferencia le costó 2 millones. Después, Angel llegaría al club de Núñez por 500 mil dólares más... ¡pero sólo por la mitad del pase!
Un tanto venido a menos en su actividad de intermediario, Mascardi gerencia ahora el fútbol de Ferro y suele confesar en la intimidad lo que antes omitía: cómo hizo Macri mediante los buenos oficios de Arribas para solventar el pase de Palermo en 1997 (unos 3.500.000 dólares). Esta y otras infidencias son posibles porque los dos viejos amigos se reclaman cada uno por su cuenta. Lo grave es el camino que eligieron para resolver sus disputas. Los contestadores telefónicos de ambos recibieron amenazas que no respetan el horario de protección al menor. Y es más: Mascardi sospecha que las presuntas infidelidades comerciales de un ex empleado suyo, Fernando Osvaldo Hidalgo –hoy devenido en su competidor del mercado futbolero–, tienen relación directa con el jaleo que lo separa del ingeniero.
El intermediario denunció por administración fraudulenta a Hidalgo en el Juzgado de Instrucción Nº 49 del doctor Facundo Cubas. La causa lleva el número 17291/04 y en ella Mascardi sostiene que aquél le ocasionó un “perjuicio económico descomunal” y, entre varios episodios, cita el desvío de su clientela futbolística (acusa a Hidalgo de haberse llevado a Juan Sebastián Verón, Hernán Crespo, Claudio López y Claudio Husain, entre otros) y la utilización de fondos de Deportes Siglo XXI para gastos absolutamente personales. Su ex empleado, según Mascardi, derrochaba sumas considerables en free shops como en florerías, donde pagó indistintamente con tarjetas American Express o Visa de su propiedad, durante los últimos años.
“Es preciso anotar que cuando Hidalgo ingresó a la empresa, poseía un automóvil Fiat 600 y luego de ese momento comenzó a cambiar sus autos a modelos cada vez más costosos, a un ritmo difícil de sostener para un asalariado. Comenzaron las interminables compras de relojes, lentes, ropas de costos normalmente inaccesibles, lo cual obviamente causó, como mínimo, curiosidad entre los demás empleados de la empresa”, argumenta Mascardi en el escrito de 23 carillas que presentó ante el juez Cubas.
El 29 de octubre de 1996, el intermediario que hoy se siente damnificado afirmaba en una entrevista que le realizó la revista El Gráfico: “En mi actividad hay mucha corrupción”. Por entonces, ¿a qué episodios se refería? O, ¿a quiénes aludía?

La cantera de ACE

ACE Sociedad Anónima, la empresa que distribuye por el mundo los preciados productos de la cantera boquense, continúa haciendo de las suyas. Controlada por Lucio Bernasconi, un ex directivo que tuvo a su cargo el fútbol amateur del club y que se dedicaba simultáneamente a colocar juveniles en el exterior, ACE llegó a funcionar con una partida de 180 mil pesos que le asignaba la propia Comisión Directiva boquense. Hoy tendría varios jugadores desperdigados por Inglaterra y otros destinos en los que intentó abrir nuevos mercados.
Ernesto Mastrángelo, el ex director técnico del semillero xeneize que hoy conduce al plantel profesional de Chacarita, se preguntó a fines de mayo en el diario deportivo Olé: “Quiero saber qué pasa con los jugadores de inferiores que de un día para otro se van del país: Cristian Ledesma, Leo Verón, Mauro Zanotti. ¿Se les da el pase? ¿Boca gana algo...?”. El, que ganó cinco títulos como delantero de aquel equipo conducido por Juan Carlos Lorenzo entre 1976 y 1978 y la misma cantidad como entrenador del fútbol amateur en el 2003, terminó despedido de manera inexplicable. Y se fue acusando: “Nosotros somos sanos, pero hay gente que trabaja entre los chicos que no lo es”.
Una curiosidad abona la tesis de que algo extraño sucede entre River y Boca. Varios chicos que jugaron en la cantera boquense ahora defienden la camiseta de la banda roja. Y, en algún caso, también se dio la situación al revés. Pablo Ledesma quedó libre en las inferiores del club de Núñez, Bianchi lo puso en la Primera y hoy es publicitado como un genuino crack surgido en La Boca. Además, ciertas reuniones que suele mantener Bernasconi con Gregorio Zidar –uno de los vicepresidentes de Boca– y Mario Israel –el dirigente de más peso en River después de José María Aguilar– no serían ajenas a operaciones con jóvenes talentos futbolísticos.
Al fin de cuentas, todo queda entre primos. Alfredo Davicce, el ex presidente de River que ahora intenta reacomodarse en la política interna, tenía cuotapartes en el Fondo Común de Inversión que ideó el hiperactivo Macri para adquirir refuerzos. O sea, mientras gobernaba al club de Núñez, podía sentirse dueño en un determinado porcentaje de varios jugadores de Boca.

Comida china y crema rusa

La búsqueda de mercados no convencionales indujo a los dirigentes boquenses a expandirse por territorios que se abrieron al fútbol en los últimos años. En febrero del 2001, el vicepresidente primero Pedro Pompilio y el secretario Luis Buzio firmaron un contrato con el chino Yi Zhou, domiciliado en Juncal 1624, PB, Capital Federal, para que un combinado de jugadores amateurs disputara un partido amistoso en China entre el 19 y el 28 de mayo de 2001.
En la cláusula tercera del acuerdo, el organizador, o sea Yi Zhou, se comprometía a abonarle a Boca “por su participación en el primer partido, la suma de U$S 90 mil en concepto de cachet, pagaderos de la siguiente forma: 27 mil antes de la firma del presente; U$S 63 mil que deberán estar acreditados en el club antes del día 14 de mayo de 2001...”. El contrato de nueve artículos no finalizaba allí, porque sostenía que “en caso de disputarse un segundo partido amistoso”, el cachet convenido era “... de U$S 50 mil que deberá ser abonado mediante giro bancario a realizar por elorganizador al Nothern Trust International Bank - ABA 026001122 - One World Trade Center Nueva York NY - UDI 140259 Account 106229-20010 n/o Merrill Lynch Sub Account 168-07G96...”. También se establecía que si las partes acordaban un tercer partido, el importe sería de 30 mil dólares a desembolsar en la misma cuenta y 48 horas antes del encuentro en cuestión.
Boca, según el punto 6º del contrato, aceptaba pagarle a Sergio Greco, un intermediario cercano al técnico José Omar Pastoriza y que es apoderado de la compañía Sport World International, el 20 por ciento de lo que recibiera el club en concepto de honorarios por haber intervenido en la operación. Este tipo de convenios, con cuentas en el exterior adonde se giraba el dinero, no se discutían en Comisión Directiva, según la oposición que lidera el ex vicepresidente Roberto Digón. El actual director del Banco Provincia de Buenos Aires se ha convertido en el adversario más temido para la conducción del club, debido al nivel de información que posee. Compartió ocho años con el oficialismo, que le permitieron conocer todos sus secretos. Pero en Boca no sólo se ensayaron estas fórmulas para generar negocios en China. ACE, su apéndice, también colocó en el fútbol de ese país al delantero Alfredo Moreno y un par de chinos, Yao Li y Guoxu Li, vinieron a probarse a Boca a principios del 2004. El primero regresó a su país tan rápido como habían llegado. Las prácticas que conducía Bianchi fueron demasiado duras para él. El otro, todavía está ligado al club.
Sin embargo, la avidez por ganar dinero rápidamente activó los mecanismos para captar nuevos mercados. Y allí estaba siempre listo el ignoto Ernesto Petrini, uno de los comisionados del ingeniero, para avanzar sobre la estepa rusa. Ahora, con la transferencia de Clemente Rodríguez al Spartak Moscú, será posible hacer más y mejores negocios o potenciar los que ya había. Evgeni Smolentsev, apoderado de ese club moscovita, acaba de brindar una conferencia de prensa conjunta con Macri sobre los planes que trazaron para el futuro próximo.
El emergente y acaudalado fútbol eslavo, que realiza sus operaciones de contado, tiene en su campeonato a otros jugadores que pasaron por Boca, como Gustavo Pinto y el goleador Héctor Bracamonte, un adelantado engranaje del comercio xeneize. Recuérdese que el delantero jugó en el Badajoz de España, el emprendimiento que llevaron a cabo en su momento Marcelo Tinelli y el ingeniero, quien habría delegado su participación española en Nicolás Caputo, otro de sus hombres de hierro.
Poco importa entonces el estatuto que rige la vida de Boca y, sobre todo, su artículo 47º, inciso E, que dice: “Para ser integrante de cualesquiera de los órganos institucionales se requiere: no tener participación en forma individual o como integrante de sociedades que realicen transferencias de deportistas profesionales y/o contratación de técnicos de cualquier deporte”.
¿Cómo probar que Arribas, Hidalgo, Mascardi, Bernasconi, Petrini o Caputo reportan o han reportado a un mismo jefe en el intrincado fútbol globalizado? Esa es la pregunta del millón, que sólo podría responderse si se sigue la pista del dinero.

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Los Negocios de Mauricio Macri al frente de Boca no siempre son del todo claros.
 
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