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Lunes, 22 de septiembre de 2003

TENIS › EL CORDOBES VENCIO A FERRERO, EL MEJOR DEL MUNDO

Agustín Calleri jugó el partido de su vida, pero Gaudio no vio la luz

Calleri reemplazó a Zabaleta, jugó como nunca, puso 2-2 la serie contra España, pero la definición quedó en manos de Gaudio, que siguió jugando muy lejos de su nivel y desperdició la chance de pasar a la final de la Davis. “Nunca vi la luz en el partido con Moyá”, admitió más tarde.

Agustín Calleri jugó el partido de su vida y dejó abierta la ilusión. Tras derrotar en el patio de su casa a Juan Carlos Ferrero, el número uno del mundo, el cordobés igualó la serie ante España y obligó a que el pase a la final de la Copa Davis se decidiera en el quinto punto. Allí le cayó la responsabilidad a Gastón Gaudio, que al igual que el viernes estuvo muy lejos de su nivel y sin la fortaleza anímica necesaria para afrontar una eliminatoria de esta relevancia. De esa forma cayó casi sin oponer resistencia ante Carlos Moyá y dejó al equipo argentino sin la posibilidad de acceder a la segunda final de su historia. Con este resultado, España se medirá con Australia, que en la otra semifinal venció a Suiza gracias a la victoria de Lleyton Hewitt sobre Roger Federer.
“Fue el partido más importante de mi vida.” Así, sin eufemismos, Calleri calificó la victoria que obtuvo sobre Ferrero, cuando todavía, además, existía la chance de dar vuelta la serie. Y razón no le falta al cordobés. Con un servicio demoledor, con winners a las líneas durante todo el juego y con una asombrosa solidez mental para superar los momentos adversos, el tenista argentino nunca dejó reaccionar a su rival para finalmente llevarse el punto por 6-4, 7-5, 6-1. “Esto es como ganar la semifinal de un Mundial. No sé si podré dormir. Ganarle al número uno en su tierra es monstruoso. Mandé siempre en el juego y salió todo como lo habíamos planeado”, afirmó Calleri.
Con la felicidad por la victoria, el cordobés aseguró que la clave del éxito estuvo en haber levantado los cinco sets points en el segundo parcial, ya que eso desmoralizó al español. “Creo que lo marcó y que no le gustó nada que el público argentino gritara tanto. Mejor para nosotros”, indicó Calleri, que igualmente puntualizó que notó que el número uno del mundo no estuvo en su verdadero nivel. “No actuó bien. Ya el viernes contra Gastón había dudado mucho en el primer set. Quizá tenía mucha presión”, aseguró el argentino, que a lo largo del encuentro conectó 109 tiros ganadores.
Con la serie igualada y con toda la presión del lado de los españoles, Moyá y Gaudio salieron a resolver al segundo finalista de la Davis. Y a pesar de los antecedentes coperos, con doce triunfos en catorce partidos, el de Adrogué volvió a defraudar, con lo que ahora la estadística se le volvió en contra: Los tres juegos que disputó como visitante terminaron en derrotas. Una marca que seguramente obligará a replantear su futuro en el equipo argentino, en especial con la tarea de Calleri, la confirmación de Arnold para el doble y las posibilidades de Nalbandian y Coria.
De entrada quedó en claro que Gaudio no tendría chances. Prolongando la racha que traía desde el viernes, cuando perdió 14 games consecutivos ante Ferrero, el argentino perdió los cinco primeros juegos. Con semejante ventaja, Moyá se quedó con el parcial y se sacó de encima los fantasmas que podía traer de la primera jornada, cuando había jugado muy mal ante Zabaleta. A esa altura, su confianza estaba por la nubes.
A medida que avanzaba el encuentro, la esperada reacción de Gaudio no apareció. Es más, volvió a exhibir la misma actitud que había mostrado ante Ferrero, sin siquiera enojarse por los puntos perdidos. Agrandado por la escasa resistencia de su rival, el español no tuvo inconvenientes para definir el partido 6-1, 6-4, 6-2 en menos de dos horas de juego. “No vi la luz nunca en el partido con Moyá. Y no pasó por mi golpe de revés, sino porque me cargó mucho a la derecha y me tiró para atrás. Mentalmente entre 100 puntos después de la gran victoria de Agustín. Lamentablemente, este fin de semana me tocó jugar mal a mí y perdí”, señaló Gaudio.
De esa manera quedó atrás una oportunidad, que tal vez no se haya escapado ayer, sino que se empezó a perder el viernes. Incluso, así lo sintió Mariano Zabaleta, que todavía no pudo digerir su caída ante Moyá en la primera jornada. “Me dolía el corazón por no poder jugar, más que el hombro o las piernas el otro día. Siento un poco de culpa por mi partido del viernes, porque si yo le ganaba a Moyá, hoy estaríamos en la final”, señaló el tandilense. Una pena.

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