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Sábado, 29 de enero de 2011

Museos sin sede

 Por Facundo de Almeida*

El Consejo Internacional de Museos (ICOM) define a los museos como “una institución permanente, sin fines de lucro, al servicio de la sociedad y abierta al público, que adquiere, conserva, estudia, expone y difunde el patrimonio material e inmaterial de la humanidad con fines de estudio, educación y recreo”.

En virtud de estos criterios, podemos decir que dos importantes museos de la ciudad de Buenos Aires ya no cumplen con su función, a pesar de que ningún funcionario se haya atrevido a anunciar públicamente su virtual cierre.

El Museo del Cine, perteneciente al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, siempre tuvo mala suerte y deambuló a lo largo de los años de un lugar a otro hasta perder definitivamente su espacio con la obra de ampliación del Museo de Arte Moderno, recientemente inaugurado en forma parcial.

Es la única colección pública donde se conserva el acervo cinematográfico de nuestro país y, como es evidente, su constante traslado a edificios sin adecuadas condiciones de conservación pone en riesgo permanente las películas y documentos originales, además de impedir que se cumpla con una de las características que le otorga el ICOM a los museos: que sean accesibles al público.

Es llamativo que se prolongue esta situación cuando, por otro lado, el Poder Ejecutivo porteño avanza con la creación de un polo cinematográfico con enormes excepciones impositivas para las empresas del sector, muchas de las cuales ya están instaladas allí. También las autoridades culturales porteñas se jactan de que la ciudad cuente con un prestigioso festival de cine que va por su decimotercera edición.

Sin embargo, la semana que pasó, la fiesta de fin de año de la institución y la presentación del calendario 2011 se realizaron en una productora privada.

Otra institución que desde hace años ha dejado de cumplir varias de sus funciones es el Museo Nacional de Arte Oriental, que tiene como objetivo la difusión del conocimiento de las culturas asiáticas, africanas y de Oceanía. Fue creado en 1965 sobre la base de compras directas, legados y donaciones de colecciones particulares y de embajadas de países asiáticos acreditados en nuestro país.

En la actualidad cuenta con un acervo de más de 3000 piezas, una biblioteca especializada de 1500 libros, una hemeroteca con 2500 revistas y publicaciones periódicas y una videoteca con más de 150 documentales.

Y a pesar de que el sitio web de la Secretaría de Cultura de la Nación aún hoy indica que en 1996 “fueron concedidos en forma definitiva, para funcionamiento de la nueva sede del Museo, los edificios ubicados en la calle Riobamba 983-993 de esta ciudad, debiendo los mismos ser reciclados para tal fin”, y que “la apertura de los pliegos para la adaptación y adecuación edilicia se realizó el 14 de diciembre de 1998”, lo cierto es que en ese inmueble funciona actualmente la Casa Nacional del Bicentenario.

En alguna oportunidad hubo intención de que este museo se instalase en la ex cárcel de mujeres de la calle Humberto Iº 378, pero esa opción fue descartada y actualmente circulan versiones que indican que ese edificio colonial construido en 1735 será destinado a otros fines.

La colección del Museo Nacional de Arte Oriental –que no es accesible al público– ocupa hoy varios sectores muy importantes del Palacio Errázuriz, sede del Museo Nacional de Arte Decorativo, transformando así parte de ese inmueble en un depósito.

La ocupación de espacios del Museo Nacional de Arte Decorativo desvirtúa además la función de este edificio y atenta contra la labor de restauración que lleva adelante la institución desde hace algunos años, que ha permitido hacer accesibles al público las habitaciones de los integrantes de la familia Errázuriz Alvear.

Un último comentario indica que el Museo de Arte Decorativo podría emplazarse en algún espacio del ex Correo Central, aunque todavía no hay información oficial sobre esa decisión.

Sobre el destino del Museo del Cine porteño, sólo ha trascendido que una encumbrada funcionaria de Cultura habría sugerido distribuir la colección entre los otros museos porteños, de acuerdo con la temática de cada elemento. Esperemos que este rumor sea sólo un mito urbano y que pronto se anuncie con precisión cuál será la futura sede.

* Lic. en Relaciones Internacionales. Magíster en Gestión Cultural. Docente del Master en Gestión Cultural en la Universidad de Alcalá de Henares y del Programa de Conservación y Preservación del Patrimonio en la Universidad Torcuato Di Tella, http://facundodealmeida.wordpress.com

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