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Sábado, 11 de febrero de 2006

Maderas jurásicas

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La última moda en diseño sofisticado es la madera petrificada. Si suena raro y frívolo es simplemente porque es raro y frívolo: el sector más alto del mercado norteamericano es un bicho insaciable que no para de revolver por cosas que sean bellas, raras y caras. Y la madera petrificada es todo eso.



Técnicamente hablando, la madera petrificada es piedra y no madera. Dura, pesada y quebradiza como piedra, tiene sin embargo colores y vetas de la madera que alguna vez fue. Como sabe cualquiera que alguna vez haya tenido un pedazo o lo haya visto –de preferencia lustrado o al menos mojado–, es un material extraordinariamente atractivo.



La madera petrificada es rara, porque tienen que darse varios factores para que el proceso se cumpla. Primero, las piezas de madera tienen que quedar bajo el agua o el barro, de un modo razonablemente rápido, como en una inundación. Pero el barro o el agua tienen que tener un alto contenido de sílice, sea natural o provisto por elementos externos, como la ceniza. Con un poco de suerte y una porción demencial de tiempo, la fibra de la madera absorbe el sílice y se fosiliza, en lugar de pudrirse y disolverse.



Estamos hablando de un material que se formó después de centenares de miles de años.



Los muebles en madera petrificada son la sencillez misma, porque es un material durísimo y muy pesado. Simplemente consisten en tocones de troncos cortados con mechas de diamante, o en lajas montadas sobre alguna base, todo en su forma natural. El precio en Nueva York es de varios miles de dólares, por la moda y por la extrema rareza de la madera petrificada. Hay pocos bosques o troncos petrificados en el mundo, y la mayoría ya fue transformada en reservas ecológicas o está en Parques Nacionales. La poca que queda disponible solía venderse como souvenir, quebrada en pedacitos.



Quienes tratan con este tipo de piedra se dividen en dos bandos. Están los sinceros, que admiten que la fascinación pasa por la demencial antigüedad de la madera petrificada. Y están los insinceros, que citan a Nakashima y sus piezas de forma libre, cada una distinta a la anterior. Como sea, la madera jurásica es el nuevo fetiche y ya hay un laboratorio norteamericano que anunció que tiene listo un método para petrificar madera en cosa de días, con un baño de sílice y ácidos, más un baño de gas argón.

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