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Domingo, 6 de junio de 2004

SOLANO LóPEZ (1984)

La vanguardia y las cavernas



Antes de irte hiciste El Eternauta II...

–Sí, durante el ‘76. Después de la republicación
exitosa de El Eternauta I, Record nos propuso hacer la continuación.
Empezamos con una transposición en el tiempo de doscientos años,
una historia de ciencia ficción y la aventura a partir de allí...
La historia comenzó a desarrollarse y me di cuenta que, utilizando la
transposición temporal, el argumento trataba temas que tenían
mucho que ver con lo que estaba pasando en ese momento en el país. Cosa
que, parece, en la editorial no se habían avivado...

O no les interesaba o hacían como sí no...

–Yo creo que en realidad no se avivaban. Un día hablé con
Scutti el tema y le dije que yo no estaba de acuerdo con el planteo ideológico
del tema, que si no se hacía algo, yo no seguía.

¿A qué altura del relato fue?

–Cuando aparecen los pibitos salvadores de los cavernícolas, el
pueblo de las cuevas. Los viejitos no hacían nada por rebelarse y ellos
sí hacían punta...

En El Eternauta II hay un concepto elitista de la vanguardia que llevaba adelante
la liberación del pueblo, marca el camino al resto.

–Además, era mi drama particular... En ese entonces yo discutía
con mi hijo en el desayuno esos temas y luego me sentaba al tablero a discutir
con Oesterheld... Yo pedí una especie de careo para tratar el tema. Se
lo dije: no estaba dispuesto a seguir el tema si la historia mantenía
esa orientación ideológica. Él dijo que no se había
dado cuenta que fuera así...

Se hizo el gil, el maestro. –Se hizo el gil. Dijo que iba a ver qué
podía hacer. Se revivieron algunas cosas, se cambiaron otras, pero el
sentido general, lógicamente, quedó. Sin embargo, el original
era mucho más pesado todavía.

A mí lo que más me choca en El Eternauta II es la espantosa idea
del sacrificio personal visto con tanta frialdad, la deshumanización
de los iluminados de la vanguardia revolucionaria que, porque van más
allá, son capaces de discriminar vidas y muertes.

–Constituirse en jueces de vidas y muertes de quienes los rodean. Eso
me chocó mucho. Y tal vez por eso el trabajo no me gusta, está
mal hecho, mal dibujado...


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