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Lunes, 23 de junio de 2008

SANTA FE › CROSETTI RELATA EL CRIMINAL ATAQUE SUFRIDO EN ARMSTRONG

Prueba de la barbarie

Una semana después de sufrir una brutal agresión de ruralistas, el senador del departamento Belgrano afirma que, sin la intervención de la policía, los piqueteros lo habrían matado.

 Por Juan Carlos Tizziani

Desde Santa Fe

"Si no interviene la policía, me matan". El senador Alberto Crosetti (PJ-Belgrano) aún está impactado por la feroz golpiza que sufrió hace una semana en un piquete de productores rurales, en el cruce de las rutas 9 y 178, en la zona de Armstrong. El hecho tuvo su repercusión política el jueves, cuando el Senado se solidarizó con el legislador y condenó la metodología de la "violencia, el agravio y el escrache" que proliferó en el conflicto agropecuario y en los bloqueos a las rutas santafesinas que desabastecieron de alimentos y combustibles a las grandes ciudades. Crosetti lo puede contar porque por dos policías pusieron el cuerpo entre él y los agresores, aguantaron una lluvia de patadas y puñetazos y lo refugiaron a bordo de una camioneta patrullera, a la que turba atacante también intentó volcar. Uno de los policías terminó en el hospital.

Lo curioso es que Crosetti también es uno de los senadores del PJ que más defendió los intereses de las cámaras empresarias del campo en la Legislatura. "Yo soy parte del sector", llegó a decir.

Como lo hizo muchas veces en los 100 días del lockout agropecuario, Crossetti llegó al piquete de Armstrong, el sábado a la tarde, con parte de su familia. Pero los ruralistas estaban tan enardecidos por la detención dirigente de la Federación Agraria de Gualeguaychú, Alfredo De Angeli, que comenzaron descargar su bronca contra él. Del insulto pasaron a la agresión directa. Y cuando uno de los atacantes amenazaba con golpearlo con una botella y otro con un ladrillo, intervinieron dos policías que lo condujeron hasta una camioneta, mientras llovían los puñetazos y las patadas. "Creo que si los policías no intervienen a tiempo hubieran terminado con mi vida", le dijo a Rosario/12.

"Lo que sucedió fue un acto de barbarie que nunca pensé que podría vivir en este país. Yo fui al piquete, como lo hice muchas veces, a compartir el reclamo de los productores agropecuarios, pero siempre con la salvedad, que tal vez pueda enojar, de que no compartía el corte de rutas. Lo dije desde un primer momento, el 13 de marzo, dos días después del conflicto, que era parte del sector, pero jamás iba a compartir un corte de ruta. Ni el que hizo (Luis) D'Elía en su momento, ni el que hizo Castells cuando tomó algún lugar y tampoco el corte absoluto. Dije que compartía el estado de asamblea permanente, el corte de ruta simbólico de quince minutos, las sentadas que demoraran a los que transitan 15 o 20 minutos o una hora, pero jamás un corte que provoque desabastecimiento o impida la libre circulación de los ciudadanos de este país. Esta postura la tuve a lo largo de los 100 días de conflicto. Es más: el primer mes, no aparecí por ningún piquete porque tenía esa postura y debía ser consecuente con lo que pensaba. Si eso enojó a alguno, creo que estamos en un país donde hay libertades, cada uno puede expresarse y creo que yo, como funcionario público, tengo la obligación de ser sincero y leal con mis convicciones", explicó Crosetti.

"El sábado, tres horas después de los incidentes en Gualeguaychú, se desató una violencia inusitada en Armstrong que yo no quiero se repita en el país con ninguna persona. Me tocó a mí", agregó.

-¿Usted cree que lo podrían haber matado?

-Estoy convencido y denuncio eso. Por la agresividad con que atacaron también a los dos policías que me defendieron. A uno de ellos, lo empujaron y cayó al suelo. Y todos sabemos, lo que grave que pueden ser las patadas y los golpes a una persona que está en el suelo. Incluso, un policía le quitó a uno (de los agresores) una botella con la me iban a golpear en la cabeza y a otro un ladrillo. El subjefe de Policía me protegió entonces hasta una camioneta, mientras nos pegaban patadas y puñetazos. Estoy seguro que si en un empujón me hacen caer, corría la misma suerte del policía que cayó al suelo y que fue muy golpeado. Creo terminaban con mi vida. Porque había ensañamiento criminal de gente que estaba anarquizada -relató.

-¿Cuantas personas había en el piquete?

-Muchas. Alrededor de 300 personas. Un buen número que cuando se inflama la situación me parece que es para que alguien la pase mal. Y después que me subieron a la camioneta de la Policía, los agresores hasta quisieron dar vuelta la pick up y prenderle fuego. Yo estaba arriba y la gente quería volcarla. Oí que gritaban: "Vamos a prenderle fuego". No me preocupé tanto por mí como por mi familia, que pudo salir del lugar en dirección contraria al móvil policial.

-¿Una turba?

-Yo creo que también hubo un aprovechamiento de las circunstancias políticas. Eran todos opositores y lograron que el resto de la gente se exaltara de tal manera que no midieron las consecuencias. Tal vez, la justicia del reclamo, en ese momento habían detenido a De Angeli, todo eso conspiró, pro nada justifica un estado de violencia de tal magnitud.

-Es paradójico porque usted comparte los reclamos del sector agropecuario.

-Por eso digo que fue utilizado ese momento por algunos pícaros para hacer politiquería barata. O mejor dicho, actos criminales, porque yo lo enmarco en esos términos. Lamentablemente, existe esa miseria humana.

-¿Que pasó con los policías?.

-Uno estuvo internado y todavía tiene que ir a Rosario para hacerse unos estudios más de ecografía y tomografía por los golpes que recibió. Y el otro es el subjefe de Armstrong que también recibió golpes y patadas.

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Crosetti la pasó mal el sábado 14, en el corte de las rutas 178 y 9, uno de los más duros.
 
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