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Sábado, 13 de junio de 2009

DEPORTES › NOTABLE CONVOCATORIA PARA VER JUGAR A LIONEL MESSI

Un Coloso colmado de pibes

Todos iban detrás de una imagen de la gran figura del fútbol internacional, excusa que sirvió para responder la demanda de tantos otros chicos que tienen sueños diferentes, y que son canalizados por la Fundación Pupi Zanetti y Atlético Madrid.

 Por Alejo Diz

Ante la promesa de tantas estrellas reunidas en un mismo estadio, el Coloso del Parque se llenó de chicos, colmando tribunas, agotando localidades. Todos iban detrás de una imagen de Lionel Messi, de ver por un rato a la gran figura del fútbol internacional, excusa que sirvió para responder la demanda de tantos otros chicos que tienen sueños diferentes, y que son canalizados por la Fundación Pupi Zanetti y Atlético Madrid.

Los equipos salieron a la cancha como lo hacen los grandes grupos de rock, bajo una cortina de flashes que titilaban por los cuatros costados. Las cámaras apuntaban a Messi, pero también a Maximiliano Rodríguez, Javier Zanetti y Guillermo Coria, quien a la misma hora que se daba el gusto de patear con La Pulga debía presentarse en una conferencia de prensa en un hotel céntrico de la ciudad donde, claro está, nunca llegó a tiempo. El Mago, como tantos otros, estaban en el Coloso jugando al fútbol como chicos, y más cuando Messi pasó al equipo de los "amigos de Zanetti", donde jugó el ex tenista.

De un lado, los "amigos de Zanetti", combinado que lució con Lux en el arco, Trotta, Samuel, Garfagnoli, Alfredo Berti, Jonás Gutiérrez, Coria, Lavezzi, Reggi, Denis y el propio Pupi. Del otro, los compinches de Maxi, con Franco bajo los tres palos, Scaloni, Saldaña, quien fue además el ex Ñuls más ovacionado por el público, Vella, Belluschi, Liendo, Quintana, Dezotti, Zamora, Messi y la Fiera.

Todos querían tocar la pelota con Messi, tirar alguna pared, pero nadie puso tantas ganas como Dezotti, que corría con la pelota en los pies, pero también cuando no la tenía con propósito de encontrar el espacio en el área rival. El manager de Ñuls hasta le señalaba el camino a Quintana para llegar al gol. El entusiasmo del Galgo era tal que buscó asociarse una y otra vez con Messi y de una combinación llegó al gol la Fiera, que marcó los dos primeros para su conjunto.

En el equipo de enfrente, Lavezzi andaba con bajo perfil por no jugar en su barrio, pero Coria y Denis hacían lo posible para no perder. El ex tenista no andaba con puntería, el ex delantero de Independiente lucía su oficio, marcando el descuento.

El público quería ver jugar a Messi, verlo correr con su gambeta electrizante y verlo también con la de Ñuls, pero eso de probarse la rojinegra el Barcelona de España no lo permitió. Igual, el estadio bramó para vanagloriarse que "Messi tiene lepra". En eso andaba el público, cuando Reggi marcó el empate y Pablo Granados ingresó por Dezotti, de notable compromiso con el juego. El humorista invitó a Belluschi a tocar en un avance y tras la pared señaló la ventaja con remate cruzado para un Tognarelli, por entonces en el arco, y con el vientre fuera de forma para ensayar la volada.

Lavezzi hizo de las suyas en el parque y ofreció su grito para el equipo de Zanetti. La cuenta iba empatada en tres. Dezotti se resistía a sentarse en el banco y seguía el partido pisando la línea lateral. Tenía algo más para dar. O mejor dicho, aún más ganas de jugar. El Galgo pedía por reingresar cuando llegó el momento más bizarro de la noche, con Hijitus (el que hace las morisquetas con Tinelli) y Pachu entraron en juego. Eso sí que Messi no lo resistió: la Pulga clavó un zurdazo en el ángulo para dejar a los amigos de Maxi cinco a cuatro en ventaja ante dos goles anotados anteriormente por Real. Luego llegó un último gol de Granados. La figura del Barcelona, tras su grito, dejó la cancha, y con él se fue el fútbol, porque minutos después Horacio Elizondo pitó el final. Marcelo Bielsa se quedó en Chile y Diego Maradona en Buenos Aires. Figuras que nunca aparecieron. Pero el fin estaba cumplido: miles de chicos colmaron el Coloso para cumplir el sueño de ver a Messi jugar y otros tantos recibirán lo que necesitan, y que Zanetti y Rodríguez se encargarán de llevar.

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El estadio bramó para vanagloriarse que "Messi tiene lepra".
 
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