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Martes, 27 de septiembre de 2011

CULTURA / ESPECTáCULOS › PLASTICA ATLAS DE JAIME R., VOLUMEN 1, EN EL MUSEO CASTAGNINO

Para deambular por el mundo

La exposición curada por Marisa Gallo podrá visitarse hasta el 3 de octubre.
La serie que el artista, docente, muralista y escenógrafo rosarino viene produciendo desde comienzos de este siglo sorprende por su calidad, vitalidad y originalidad.

 Por Beatriz Vignoli

"Un atlas, a diferencia de una narración que propone el comienzo y el final de una historia al espectador, nunca se presenta como algo definitivamente completo... Desde hace una década Jaime Rippa se dedica a la construcción de un personal atlas, desde el cual nos propone recorridos para deambular por el mundo", escribe la curadora de la muestra, Marisa Gallo, en su texto de catálogo para la exposición Atlas de Jaime R., Volumen 1 que podrá visitarse hasta el 3 de octubre en la sala central del Museo Castagnino (Av. Pellegrini y Bv. Oroño). El jueves 11 de noviembre del año pasado, por Decreto 34330, el Concejo Municipal de Rosario lo declaró Artista Distinguido de la ciudad; este año, el 8 de este mes más precisamente, la obra de Jaime Rippa fue vista por multitudes que acudieron a la coincidente inauguración de la muestra de Dalí.

Atlas de Jaime R. sorprendió y gustó al público de conocedores locales con la calidad, vitalidad y originalidad de una selecta recopilación de la inmensa serie que el artista, docente, muralista y escenógrafo rosarino viene produciendo desde comienzos de este siglo; esta nueva obra constituye una lograda síntesis de las preocupaciones conceptuales y formales que guiaron sus producciones experimentales desde sus tiempos en la vanguardia local de los años sesenta. Jaime Rippa (Rosario, 1929) combina en sus preocupaciones estéticas y éticas un apasionado interés por el mundo, siempre cambiante, como texto a ser descifrado, y una confianza en la posibilidad de representarlo como signos inteligibles en el espacio. En esto su pensamiento y su poética se nutren tanto del muralismo como del ambientalismo, tanto de la milenaria cultura judía a la que pertenece como de "la estrategia de Wiki y la estructura de navegación del hipertexto".

Lenguaje, espacio y mundo se traman a través de soluciones singulares en su obra desde aquel Laberinto de hilos verticales de techo a piso con el que participó en el Ciclo de Arte Experimental del 29 de julio al 10 de agosto de 1968. En las láminas de este Atlas, Rippa integra el collage, la pintura y el dibujo en unos grandes cuadros apaisados en forma de cajas, cada una de las cuales tiene un fondo de madera y una tapa de vidrio. En el fondo, finas pero densas capas de collages realizados con recortes de periódicos aluden a las versiones que la sociedad global da de sí misma. Si se considera que Rippa perteneció al grupo de Tucumán Arde, se apreciará mejor la importancia que tienen en su trabajo las nociones de investigación e información (Véase http://www.jaimerippa.com.ar/). Pero esos recortes están procesados doblemente: primero a través de manchas de color que los intervienen y luego, gracias al sorprendente efecto de las tapas de vidrio de las cajas, mediante líneas pintadas que arrojan sobre ellos nuevos trazos, símbolos y palabras con los cuales el artista enuncia su propia opinión y construye su propia cartografía. El espacio real entre un plano y el otro expresa una distancia entre lo dado por la cultura del sistema y lo que hace intervenir en ella el sujeto: un individuo con una mirada crítica pero constructiva.

No de otro modo existen hoy los seres humanos en sus peceras virtuales. A sus jóvenes 82 años, Rippa lee el mundo contemporáneo mejor que cualquier nativo de Internet. Páginas y páginas de citas de historia del arte o del mundo se superponen en esos palimpsestos casi rupestres a los que recubren vectores que signan trayectos de lo humano sobre esos vidrios que, lisos por fuera y pintados por adentro, remiten a las pantallas de las computadoras y los televisores. Y lo logra sin renegar de una tradición pictórica moderna del paisaje que desde el impresionismo propone al color como ilusión de espacio.

Un paisajista italiano, Matioli, fue su primer maestro en los años 40. Hoy le contagian su entusiasmo los chicos de las escuelas públicas donde desde 2004 a 2007, como asesor del Fondo de Asistencia Educativa, llevó adelante un proyecto de realización de murales, con la Educación por el arte para prevenir la deserción escolar. También enseña en la UNR, de donde egresó en 1963 con el título de Profesor Nacional Superior de Pintura cuando era la UNL (al año siguiente pasó a integrar el grupo Taller) y en su materia Escenografía transmite su valiosa experiencia como realizador de escenografías para obras en teatros independientes desde 1959 hasta 1962. Como docente se desempeñó entre 1964 y 1995, siendo desplazado de su cargo durante la última dictadura militar y reincorporado en 1984. Un mural suyo de 2002 fue demolido en 2006. Rippa no cree que el arte deba venderse; hace unos años regaló una gran cantidad de sus obras tridimensionales.

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Rippa integra el collage, la pintura y el dibujo en unos grandes cuadros apaisados en forma de cajas.
Imagen: Alberto Gentilcore
 
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