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Viernes, 15 de febrero de 2013

CULTURA / ESPECTáCULOS › ENTREVISTA: LUIS SALINAS Y LA NOCHE DE LOS GUITARREROS

Para compartir lo que se ama

Verano en los museos continúa con esta noche, en la Explanada del Castagnino, con una presencia ilustre. Marcelo Coronel, Luis Baetti y Enrique Gule, completan la noche. "Toco la guitarra para mis amigos, para los que quiero", dice el músico.

 Por Leandro Arteaga

"La guitarra para mí es como tener un dedo más, forma parte de uno, es como un embrujo" dice Luis Salinas a Rosario/12. Y si por una de esas casualidades nunca se lo ha visto u oído, mejor no dejar pasar por alto la posibilidad de esta noche, a partir de las 21, en la explanada del Museo Castagnino (Oroño y Pellegrini), con entrada libre y gratuita, y participar del hechizo colectivo que significan Salinas y su guitarra.

El espectáculo es un hallazgo en sí, pleno de música y de homenaje al instrumento tan querido. Con el título Luna de los Guitarreros, el ciclo "Verano en los Museos" que organiza la Secretaría de Cultura, ofrece la presencia del aclamado músico en compañía -desde presentaciones individuales- de los locales Marcelo Coronel, Luis Baetti, y Enrique Gule.

"Es lo que hablábamos con Tomate (NdR: Juan Manuel Muñoz) un día: cuando se agarra la guitarra es muy difícil llegar a horario a cualquier cosa que uno tenga que hacer. Si tengo una cita y agarro la guitarra, llego más tarde, eso seguro" prosigue Salinas.

-Tiene que ver con la pasión, y está bueno que sea así.

-Seguro. Es la necesidad de tocar. Recuerdo que una vez que me mudé y por distinas cuestiones no tenía la guitarra. No sentí que era mi casa hasta que llegaron las guitarras. Me gusta que estén en el estuche, siempre a mano.

-Admiro la fusión que se produce entre instrumento y músico. Cuando se hace difícil precisar dónde empieza uno y dónde termina el otro.

-Es muy difícil de explicar, también. Como todas las cosas maravillosas que tienen pasión, creación, libertad. Son cosas que suceden, que uno vive, siente, pero que no se puede explicar.

-¿Cómo va a ser el repertorio?

-Como no voy a presentar ningún disco, la idea es tocar variado. Rosario, puedo decir, es uno de los lugares que más acompañó mi libertad artística. La primera vez que fui hice el disco Salinas, un disco de latin-jazz, al año siguiente que fui, hice folklore, también tango, y siempre fue el mismo público. El público rosarino tiene esa cosa de dejarte tocar lo que tengas ganas, no es algo cerrado. Voy a ir junto con Alejandro Tula (percusión), con quien hemos grabado en Cosquín muchas veces, es un compañero de muchos años; Gabriel Luna (piano y teclados), un músico maravilloso; Hernán Flores, bajista de Rosario, con él hemos tocado en España, y es de los primeros músicos que conocí cuando fui a Rosario; y la frutilla del postre es Jota Morelli, uno de los mejores bateristas que dio este país, que ha tocado con Al Jarreau, con Spinetta, con muchísimos. La idea es hacer un poco de música argentina, después ir al latin-jazz, e invitar a mi hijo Juan, que ya tocó un par de veces conmigo en Rosario, y que ya es como un local.

La presencia de Salinas tiene complemento en la de músicos locales. Consultado por Rosario/12, Marcelo Coronel (cuya guitarra le ha llevado a presentarse en países como Canadá, Chile, Estados Unidos, además de participar en ediciones del Festival Guitarras del Mundo) señalaba que "la guitarra siempre estuvo conmigo, como un elemento íntimamente ligado al placer. Durante muchos años fue una cuestión en la que no pensaba en ella como un oficio o medio de vida, sino que simplemente era un juego más, dado por el placer. Así fue, hasta que al término de la secundaria descubrí mi vocación musical, y comencé a estudiar seriamente".

-Pensaba en Salinas y en cómo la música le permitió encontrar otras posibilidades de vida. En tu caso, la guitarra te llevó a recorrer el mundo.

-Eso es verdad, si bien no puedo decir que recorrí el mundo, sí pude llegar a algunos lugares que probablemente no hubiese conocido de otra manera. Me llevó la música, soy un agradecido de que la música y la guitarra me hayan dado esta posibilidad.

-¿Te pasa esto de olvidarte de lo que te rodea mientras hacés música?

-A veces puede parecer como una impostura, pero realmente sucede. Como le pasa a Salinas, él mismo puede tocar tres horas y estar con ganas de una hora y media más, mientras el público está extenuado. A mí me pasa más que nada en la soledad de mi trabajo, con la composición, cuando estoy trabajando con la guitarra, el pentagrama, la computadora, es como que puedo llegar a olvidarme de que tengo que comer, se me pierde el paso el tiempo y me traslado a otro mundo, donde trabajás con la imaginación, con el sonido, y uno pierde conexión con el mundo alrededor.

Por su parte, Luis Baetti -de quien sobresale, entre tanto más, su homenaje a Chacho Muller de título Canción creciente- comenta que a través de la guitarra "siempre he procurado que en lo personal supere un mero acompañamiento. A mí me entusiasma mucho la idea de vincularme con aquella figura germinal de la música popular argentina, que es la figura del payador, el tipo que toca y canta, esa simbiosis, esa soledad hecha en conjunto me parece que es una de las ideas que más fuerza tiene en defensa de lo que me gusta hacer: proyectarme desde esa figura iniciática, la del payador".

-Me hacés pensar en la figura del trovador, del que reparte música.

-Es cierto, creo que si se me convoca para esta noche es porque he hecho del acompañamiento de la guitarra algo más de lo que normalmente se espera de un cantor. Porque, insisto, no me considero un eximio guitarrista.

Mientras que el tercer invitado, Enrique Gule -partícipe en ediciones del Festival de Guitarras del Mundo, así como músico invitado de Hugo Fattoruso- señala que "la guitarra, como la música, me han salvado la vida muchas veces. Ha sido más que una compañera, en mi caso ha sido la gran dadora de vida, porque más allá de que sea hoy mi trabajo y mi sustento, ha estado en momentos muy difíciles y muy alegres también. Gracias a ella tengo muchos amigos, conozco gente maravillosa, y aprendí mucho de la vida, no sólo de la música".

-Algo parecido a lo que suele señalar Salinas, podemos decir que el arte nos salva la vida.

-Totalmente. Por suerte vivo de la música, de la docencia de guitarra, y puedo decir que soy muy feliz gracias a eso.

La noche promete ser bella, de luz lunar, música en el viento. Coronel dice: "Celebro estos proyectos porque nuclean a la gente en torno al arte, al aire libre". Baetti: "El título me parece fabuloso, porque remite a nuestro querido Chacho Muller; su chacarera, que forma parte del disco tributo que grabé, va a estar presente también". Y Salinas concluye: "Lo quiero mucho a Rosario por varias cosas. ¡Si no hubiese ido allí, Juan no estaría! Para mí es un barrio grande, tiene toda una cosa con la música, con el folklore, como la tienen los barrios, que en Buenos Aires se van perdiendo pero que Rosario sigue teniendo. De no ser porque vivo en Buenos Aires, es un lugar donde viviría. Para mí es un placer ir a Rosario a hacer lo que amo, que es tocar la guitarra, para hacerlo con mis amigos, con gente que quiero, para reencontrarme con el público de allí. Sólo se trata de compartir lo que uno ama, nada más".

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Para Salinas, la guitarra es como "tener un dedo más". "Un embrujo" que forma parte de él.
 
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