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Martes, 23 de septiembre de 2014

CULTURA / ESPECTáCULOS › PLASTICA. LA COLECCIóN GAMBARTES. UN HOMENAJE A EMILIO ELLENA

La América del cartógrafo

Organizada por la familia del artista plástico rosarino Leónidas Gambartes en memoria del coleccionista y mecenas, la muestra reúne 31 obras del artista, en diversas técnicas, junto a carpetas de obras y piezas de Ghillioni y Nigro.

 Por Beatriz Vignoli

Que una muestra de arte sea el testimonio de una amistad (y que sus imágenes y palabras tramen como huellas esa historia) es algo para celebrar, ya que resulta raro en estos tiempos tan competitivos. Tal es la muestra que hasta fin de mes puede visitarse en la sala central de la planta baja del Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino (Avenida Pellegrini y Boulevard Oroño). La colección Gambartes. Un homenaje a Emilio Ellena fue organizada por la familia del artista plástico rosarino Leónidas Gambartes en memoria del coleccionista y mecenas Emilio Ellena, leal amigo suyo fallecido hace dos años, el 23 de septiembre de 2011.

Además de 31 obras de Gambartes en diversas técnicas (principalmente pinturas en cromo al yeso y dibujos) que formaron parte de la colección Ellena, se exponen carpetas de sus obras que fueron editadas por Ellena. La muestra se completa con una pintura de Emilio Ghilioni, un collage de Adolfo Nigro, un opúsculo catálogo artesanal con textos de Rafael Sendra y Emilio Ellena, y un libro catálogo de 318 páginas editado por el Museo Castagnino+Macro con la colaboración de la Fundación Foro del Sur y organismos oficiales locales y provinciales.

Emilio y Eva, se titula el retrato múltiple de 95 x 95 cm que pintó al óleo Emilio Ghilioni en 2010. Allí, a modo de un interior de taller y sobre un fondo ocre dorado otoñal que evoca el de los íconos bizantinos, se representan varias imágenes como cuadros dentro del cuadro: un retrato inconcluso del mecenas, una obra de Gambartes, otra obra del uruguayo Joaquín Torres García y un retrato de Eva Villalón, esposa de Emilio Ellena. El retrato de Eva, por su lugar elevado y central en la composición, remite por analogía al que Augusto Schiavoni incluía en su cuadro Con los pintores amigos (1930) y que según investigadores representaría a la madre del artista. Ellena comenzó a coleccionar obra de Joaquín Torres García en los años 60 y cuenta en un testimonio que Gambartes "salió una sola vez del país. Fue a Montevideo y visitó el taller de Torres García". El juego de alusiones se continúa en el collage homenaje de Adolfo Nigro que también forma parte de la muestra.

El testimonio de Ellena sobre Gambartes, titulado Memoria, se reproduce en el libro junto a textos de otros prestigiosos autores, y también se incluye en la muestra. Expresa una mirada cercana sobre un artista que literalmente podía mirar sólo de cerca. Gambartes se ganó la vida como cartógrafo durante treinta años hasta que obtuvo, en octubre de 1962 (cuatro meses antes de jubilarse), una pensión por incapacidad que le permitiría dedicarse de lleno a la pintura, lo que sólo pudo hacer durante pocos meses ya que falleció el 3 de marzo de 1963. Se llevó a la tumba la fórmula precisa de su singular técnica del cromo al yeso.

El secreto añade espesor, aura y más misterio aún a las escenas de magia cotidiana que representó en esa técnica con su estilo telurista de expresiva síntesis; estilo que solamente un crítico, Rafael Sendra, asocia con su labor diurna de mapeo. Había pertenecido a las principales agrupaciones de artistas de su época (Refugio, la Mutualidad de Artistas Plásticos, el grupo Litoral), había ganado varios premios oficiales y había viajado por todo el país investigando las costumbres de los pueblos originarios. Cuenta Ellena que estaba suscripto a la revista The Studio. Cabe agregar que quizás por allí se encuentre la conexión con la escuela telurista de Chicago, con la que su estilo guarda notables semejanzas.

En su período juvenil, Gambartes cultivaba (al igual que sus colegas de la Mutualidad, como Antonio Berni) diversos tipos de síntesis entre realismo y surrealismo. Las obras de la muestra pertenecen a su período maduro, regionalista, donde recibe la influencia de Paul Klee.

"Hablo en el lenguaje de la pintura que es universal, pero hablo como un hombre de América, como un argentino, de sus recuerdos y de sus mitos; del hombre y su geografía, de su vegetal y mineral; con la responsabilidad que significan para mí los signos todavía indescifrables de las viejas culturas nativas y la presencia indudable de la sensibilidad contemporánea. Aspiro a ser yo y nuestro paisaje físico cultural impregnado de vivencias populares". Así respondía Gambartes en una entrevista realizada para la revista Atlántida en 1960, reproducida en el catálogo de la exposición con que el Museo Castagnino conmemoró en 2003 los 40 años de su fallecimiento. El año pasado, al cumplirse medio siglo, el Club Editorial Río Paraná y el Club del Dibujo produjeron en el Castagnino una muestra de sus cartones e ilustraciones, que incluía sus viñetas de los signos zodiacales y su serie surrealista de refranes.

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Leónidas Gambartes dibujando. La imagen fue tomada en agosto de 1936
 
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