Con una trayectoria sólida que incluye toques y giras con Luis Salinas, José Reinoso, Hamlet Lima Quintana, Néstor Basurto y José Luis Perales, entre otros, el talentoso bajista rosarino Hernán Flores tuvo su primer experiencia como productor en 2013, cuando trabajó junto a Evelina Sanzo en su elogiado Curandera, luego nominado a los premios Martín Fierro. Esa labor terminó resultando determinante para que Flores constatara que su mirada artística estaba afinada y lista para prestarse a la propia obra. Aunque todavía faltaba un espaldarazo, que llegó precisamente de Salinas: "Cuando uno tiene algo para decir lo tiene que decir, y vos estás totalmente autorizado para hablar sobre varias cosas en esto", respondió el enorme guitarrista cuando Flores le comentó la posibilidad de delinear su primer disco solista. Con el atrapante La puerta del amarillo ya editado (a través del sello BlueRoom Producciones), se evidencia que el consejo resultó altamente productivo.

"Después de hablar con Luis me dí cuenta que tenía todo un material y una manera de pensar algunas cuestiones musicales que podía mostrar, así que ahí arranqué --relata Flores a Rosario/12--. En algunos casos tenía melodías sueltas, sin armonía (aunque igualmente tenía esas armonías en la cabeza, sólo tenía que descifrarlo). Todos los temas estaban prácticamente compuestos, lo que hice fue pasar en limpio esa información y ver a quién, de todos mis conocidos, podía invitar para cada música. En algunos casos también esos bosquejos los había hecho trabajando con esos artistas, remitían a esa persona, un momento, un tour. Entonces qué mejor que tratar de que participara algún amigo que tenía que ver con esa foto, con ese momento".

De ese modo fue completándose una interesante lista de invitados, que incluyó a Adrián Schinoff, Diego Patitucci, Jordi Bonell, Walter Pinto Galván, Elvira Rigatuso, Mauricio Renaut, Agostina Bertozzi, Alejandro Luzardo, Aurelio Santos, Chochi Duré, Sanzo y Salinas. Y, también, a quienes mañana a las 21.30 acompañarán a Flores en la presentación oficial del disco en el Gran Salón de Plataforma Lavardén: Alvaro Manzanero (batería), Leonel Lúquez (piano), Javier Valderrama (flauta traversa) y Palmo Addario (guitarra eléctrica).

"Es toda gente con la que me llevo muy bien --distingue el compositor--. Creo que cuando estás con un buen músico te hace tocar bien. Adoro a los músicos que me hacen sentir que toco bien cuando estoy con ellos, porque te sacan lo mejor que tenés. Son así como mis preferidos, porque sé que si estoy con ellos estoy arropado. Cuando toco con esos músicos me desligo de todo y paso directamente al disfrute".

Estilísticamente, aún cuando La puerta del amarillo podría tener cabida dentro de la batea del jazz, la música de Flores parte desde allí para abordar otros géneros: bossa, candombe, folklore, tango y funk se traslucen en las obras del bajista. Sin embargo, es el propio compositor el que reconoce: "No intenté que el disco fuera así de variado. Hice el disco con lo que tenía, entonces después pensé en cómo organizarlo. Así terminé recurriendo a tres interludios, que son como reseteos que hago para poder pasar de un estilo a otro sin que joda tanto. Son ritmos que he tocado con gente que realmente los sabe hacer, entonces por qué no tocarlos en mi disco. Así aparece el candombe, que toqué con José Reinoso, después hay ritmos del sur de Africa, el funky que grabamos con Luis Salinas que es una cosa medio marroquí-flamenca, muy del sur de España. Para mí los temas se lucían en esos rubros, en esas pequeñas casillas, que es donde las melodías se lucen. Es éso en lugar de tratar de encasillar a la música en un lugar, se trata de tener libertad artística".