rosario

Viernes, 1 de agosto de 2008

CONTRATAPA

La reincorporación

 Por Daniel Greco

"Che, salió un baile 'posta posta' en Don Bosco", dice Pichincha.

"Dejálo", dice Enzo. "Estamos impresentables, sin Edgardito nos falta sonido, nos falta 'punch', nos falta... medio repertorio".

"Yo tengo el teléfono", dice Cachito. "Lo podríamos llamar. Sólo por esta vez. Como 'contratado'. Acá está el teléfono: 4.....".

"Vos le hiciste explotar los bafles, le sacabas puchos, le hiciste crecer la panza a disgustos. Pichincha lo llevó a tocar a unos andurriales... Ese tipo es muy delicado, no se arremangaba más a cargar equipos en los bailes... Tenía los días contados", concluye Enzo.

"Bueno, pero por una vez no se va a negar", dice Cachito. "Acá está el teléfono: 4....."

"Llamálo vos -dice Enzo- a vos te da más bola".

"Bueno, pero le pagamos menos, como 'contratado', como un grupo que contrata a un músico invitado.....¡Como los Rolling a Darryl Jones!" se entusiasma Cachito.

...

Son las 23:30 de un viernes helado. Cachito llama a Edgardito. Disca 4.....

-Hola ¿quién es? -dice una voz airada.

-Yo, Cachito, dice Cachito.

-Ah, ¿qué querés a esta hora... querido?

-Mirá loco, ¿vos nos harías pata por un baile?

-¡¡A esa orquesta de mierda no vuelvo!!, esgrime.

-Pero por esta vez... Hay buena guita.

-¿Dónde es? -dice Edgardito aflojando.

-No sé -dice Cachito vagamente. "Allá... en la barranca de todos", agrega.

-Bueno, pero por esta vez... ¡¡A esa orquesta de mierda no vuelvo!! -repite Edgardito.

-Está bien, te dejo porque me parece que estás medio dormido -dice Cachito.

-¡¡No. Estoy bien despierto!!, ruge Edgardito mientras Cachito cuelga.

...

El ambiente "cantinero" es más cómodo para tocar que el "bailantero". Es una cuestión de sonido. Uno escucha lo que toca. Y saca a relucir temas inaceptables en el ambiente de la bailanta. Boleros , fox trot, pasodobles. ¡Hasta tango! Que si nos pudiera escuchar el maestro Pugliese... ¡Nos recagaría a patadas en el culo! Pero es sólo para bailar, es improbable que nos escuche un tanguero... Porque, a esa hora el tanguero está descabezado, abrazado a una percanta y con un par de trolis de totín entre pecho y espalda. No tiene la claridad mental para distinguir una semifusa de una cucaracha de cocina. Entonces nos relajamos y tocamos. Ni siquiera dividimos el show en entradas. Paramos entre tema y tema, tanteamos el ambiente y hasta Cachito prende un pucho mientras toca, como un Keith Richards hecho del virtuosismo que le sobró a Brian May... Tocando "puede seeeeerrr / por tu carácter o tu voluntad....." Solo Edgardito transpira bajo la precaria iluminación. Lo agobian los problemas económicos, laborales, personales... Y Cachito, que tiene la virtud de sacarlo de las casillas, de extraerlo de sus dominios, de importarlo de su domicilio, de importunarlo a altas horas de la noche, en definitiva, de levantarlo de la cama para traerlo a tocar en un baile de gente mayor donde, como músicos, aportamos una sonrisa, entregamos la alegría y recibimos las puteadas por el volumen alto.

Mientras toca Nuestro juramento y Amor imposible con recatado virtuosismo como un Ian Stewart hecho de papel maché piensa: "¿Qué hago acá? ¿Cuánto me tocará de esto? ¿Por qué atiendo las llamadas de Cachito?".

Yo, más relajado al no tener que patear el bombo para que suene como Ringo en Washington, América.....Washington, me disperso en pensamientos más intrascendentes como "qué hora es / qué vamos a comer /quién te vendió esa cara / por qué la compré yo / ooooooó".

Al terminar, los que apreciaron nuestro arte musical parecen contentos, satisfechos, exultantes... definitivamente escabiados.

Ya se acerca el Presidente de la Comisión Directiva con nuestros emolumentos, nuestros honorarios, nuestro... botín.

Y para recibirlo, ahí, nimbado por la luminiscencia de un reflector como un Santo, un Apóstol, un Iluminado por la Justicia, el más venerable y, por lo tanto el que parece el más responsable, el líder de la banda está... Edgardito.

Que toma el todo y lo divide en partes iguales.

Luego de recibir su parte, Cachito masculla resignado su sentencia de sutil Emperador: "La ambición es mala consejera".

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