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Domingo, 11 de enero de 2015

CONTRATAPA › FOTOGRAFIANDO LA ZONA

Llegaron los camellos

 Por Adrián Abonizio

*Los camellos son oriundos de Norteamérica y se extinguieron durante la última Edad de Hielo, hace 80.000 años. A mediados del siglo XIX el ejército de EEUU tuvo una de las ideas más bizarras de la historia militar: crear un cuerpo de camellos para luchar contra los indios de Florida, el Camel Corps. Los animales fueron adquiridos en el norte de Africa y se llevaron en barco hasta Nueva York, desde donde viajaron por tierra a la lejana California. Sin embargo, los camellos asustaban a los caballos y eran testarudos, lo que no hacía ni pizca de gracia a los soldados. Finalmente, los camellos fueron abandonados a su suerte en el desierto de California, donde procrearon y vivieron hasta bien entrado el siglo XX, aunque no consiguieron reconquistar la plaza dejada por sus remotos antepasados. El último camello vivo fue visto en 1941 en Texas. Posiblemente terminó trabajando de modelo para la conocida línea de cigarillos.

*Su compañero de banco era hijo del veterinario del Zoológico y las más de las veces llevaba a su casa para un mejor cuidado algún animal de trato preferencial. Vimos coatíes, zorritos, un pequeño yacaré y hasta un puma viejo en la celda que había en el fondo y que estaba destinada a curaciones. Lo mas impactante fue aquel 6 de enero en que nuestro amigo, en ausencia de sus padres sacó a la vereda al camello aquél, previamente ataviado con túnicas orientales. Lo hizo por nosotros y fue la gran fiesta de aquella mañana. Cuando el padre se enteró no lo vimos salir ni a la puerta hasta el comienzo de las clases. Debería ser ateo.

*--Pastito para los camellos --recitaban los chicos, quienes en manada salían a arrancar la floresta torva que crecía en los bordes de los zanjones. Una vez extraviados, buscando mejores pasturas para sus camellos mágicos tres pibes cruzaron la zona fronteriza y se adentraron en tierras inhóspitas donde predominaban los insurrectos, los pobres, el chaperío. Se le acercaron dos pibes armados con arcos y lejos de agredirlos se quedaron extrañados por la labor de los otros tres. "¿Pastito para los Reyes? ¿Que Reyes?", les preguntaron.

*Un niño camello le pregunta a su mamá: --Mamá ¿Por que tenemos joroba?

Y la mamá responde: - Porque en el desierto no hay agua y ahí almacenamos la poca agua que bebemos para no morirnos de sed.

--¿Y por que tenemos las piernas tan largas y los pies como bollitos?

-Son para que podamos caminar bien en el desierto

-¿Por que tenemos las pestañas muy largas?

-Porque como en el desierto hay mucha arena, con los vientos se levanta y ellas nos protegen los ojos para que podamos ver bien.

- Mamá: si la joroba la tenemos porque casi no hay agua en el desierto, las patas las tenemos así para poder caminar en el desierto y las pestañas las tenemos largas para poder ver en el desierto, ¿por qué carajos vivimos en un zoológico?

Chiste de mi compañero de la secundaria, hijo del veterinario aquél, cuarenta años después durante una reunión de ex compañeros de primaria.

*Había leído que los fedayines, guerrilleros palestinos de los setenta, para traspasar las líneas enemigas escondiendo armas vestidos de aldeanos, arreaban a sus camellos como animales labriegos. Dentro de sus panzas, vaya a saberse en qué honduras de sus tres estómagos, les habían insertado mediante operaciones una ametralladora o granadas desarmadas. Todo estaba bien siempre y cuando no se le ocurriera al camello tirarse un pedo, pensaba él, de chico, con lógica abrumadora.

*Le habían contado historias sexuales que vinculaban amorosamente a los dueños con llamas, guanacos, vicuñas y con camellos. Las entendía y razonaba con simplicidad: él mismo había comprobado de cerca cómo eran los ojos de aquellos bichos: sedosos, cordiales, curvados, atrayentes. Como los de una mujer. La imagen lo perturbaba pero no lo hacía retroceder sobre la certeza de que mucho de lo escuchado se parecía a la realidad, ya que esos ojazos tornasolados parecían justificarlo todo.

*En algunos lugares del Oriente un jamal - camello hembra-- está mejor considerado de valor que una mujer. Provee de leche, transporta y sirve para huir o atacar en batalla. Una dama requiere de elementos suntuarios, necesita cuidados y además habla, como asevera un guía de los desfiladeros, mientras se agarra con soltura a la rienda de su amado camello. Con lo acumulado en las excursiones al fin de la estación podrá pagar la dote de una bella muchacha, mientras practica con el turista su fingida misoginia.

*Lo que guarda el camello en su joroba no es agua sino grasa. Puede beber 15 litros y luego estar diez días sin beber una gota: tiene un mecanismo de filtro que va recepcionando el líquido muy lentamente. Cuando se encuentra malhumorado tira patadas o se obstina en no avanzar. Es su modo de quejarse de un mundo esclavizante, que lo carga, lo azuza, lo oprime y finalmente, lo termina jorobando del todo.

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