A los 84 años se apagó la vida del sociólogo, ensayista y escritor Umberto Eco. Referente ineludible cuando se abordan estudios de Semiótica, U. Eco había nacido en la ciudad de Alessandria, región de Piamonte (Italia), el 5 de enero de 1932.

Desarrolló su actividad como profesor en las universidades de Bolonia, Turín, Florencia y Milán. Dictó seminarios en universidades de Latinoamérica y en Estados Unidos de Norteamérica.

Entre los libros más importantes de Eco traducidos al castellano figuran Obra abierta (1962), Apocalípticos e integrados (1965), La estructura ausente (1968), Tratado de semiótica general (1975), El super‑hombre de masas (1976), Desde la periferia al imperio (1977) Lector in fábula (1979), Semiótica y filosofía del lenguaje (1984), Los límites de la interpretación (1990), Seis paseos por los bosques narrativos (1990), La búsqueda de la lengua perfecta (1994), Kant y el ornitorrinco (1997) y Cinco escritos morales (1998).

En el año 1980, U.Eco dio a conocer su primera novela, El nombre de la rosa, a la que le siguieron El péndulo de Foucault (1988), La isla del día antes (1988), Baudolino (2000), El cementerio de Praga (2010).

Además de su actividad académica, literaria y ensayística, Umberto Eco colaboraba con artículos en revistas de circulación masiva y periódicos.

Analista de la cultura de masas, o bien de lo que los pensadores de la Escuela de Frankfurt como T.W. Adorno y M.Horkheimer denominaron la industria cultural, Umberto Eco irrumpió en el escenario intelectual con su polémico libro Apocalípticos e integrados. El volumen reúne una serie de ensayos que abordan cuestiones tales como la estructura del mal gusto, la lectura de comics, el mito de Superman, el papel de los medios audiovisuales en las sociedades contemporáneas como instrumento de información y/o manipulación de la llamada "opinión pública".

Eco plantea la cuestión de las posturas contrapuestas frente a estos fenómenos de la cultura de masas: la de los apocalípticos que ven en su emergencia la "anticultura", y la de los integrados que consideran con optimismo en una magnífica extensión de las expresiones culturales.

U.Eco fue un implacable crítico de la postmodernidad, realizando afirmaciones tan agudas como la siguiente: "Con el simulacro posmoderno, la realidad ficcional o virtual aparece más real que la misma realidad".

Carlos A. Solero

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