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Otro triunfo

Quiero sumarme a festejar un triunfo que hace felices a todos los hombres y mujeres de buena voluntad. No un triunfo deportivo, aunque eso también nos alegra. Nuestro seleccionado de fútbol puede ganar, empatar o perder, nuestra propia vida puede tener fracasos y triunfos todos los días, pero no todos los días una abuela encuentra a su nieta buscada durante 30 años. No todos los días alguien, como esa muchacha en Córdoba, recupera nada menos que su identidad. Ese es el gran triunfo de la humanidad contra la lesa humanidad y yo y otras y otros todavía esperamos seguir festejando nuevos triunfos.

Rubén Vedovaldi

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Sistemas

La noticia de por sí causa indignación. Un Juez estableció que un

automovilista que atropelló a un cartonero deberá pagar treinta mil pesos. Pero en no resarcimiento a la víctima de su impericia de chofer sino para

compensar los gastos ocasionados al sistema judicial. Es decir que la víctima real del atropello ni siquiera percibirá una compensación material a su desgracia. ¿Esto ocurre en la Argentina que se jacta de su prosperidad y calidad institucional? Sí y mucho más porque lo que cuenta para el sistema no son las vidas humanas sino el funcionamiento de la maquinaria de manipulación. Lo importante para los jerarcas no es asegurar la alimentación, la vivienda, la salud y la educación colectiva, sino la

continuidad de los negocios. Para que el sistema de explotación y dominación persista es necesario que periódicamente haya delegación de voluntades. Esto se llama eufemísticamente elecciones, compulsas electorales, renovación de cargos. Claro, nada más peligroso para el sistema que las personas discutiendo cara a cara, deliberando, resolviendo y actuando por sí mismos. La democracia directa, las asambleas. Los diversos sistemas utilizan diversos combustibles, el sistema social

imperante al igual que los monstruos mitológicos se alimenta de seres

humanos, preferentemente: niños, ancianos y pobres.

Carlos A. Solero

Miembro de la APDH Rosario