Los ojos de Samuel son grandes e inquietos; igual que sus piernas, que buscan estabilidad para dar sus primeros pasos, a bordo de un andador. El bebé, que ahora está por cumplir un año, fue el primer recién nacido en ser sometido a un trasplante hepático en Argentina. Ocurrió en agosto del año pasado, y su historia se conoció en todo el país. Este tiempo se hizo largo para Valeria y Cristian, los padres, pero no dejan de sonreír mientras cuentan que a casi un año desde la operación todo va bien encaminado. Samuel tenía apenas 22 días cuando tuvo que someterse a un trasplante hepático: a la semana de haber nacido con más de tres kilos, en un parto natural, Valeria lo vio amarillo y lo llevó a la guardia del Sanatorio de Niños. "Hemocromatosis neonatal idiopática", silabea la joven de 30 años ante la pregunta de qué enfermedad tuvo su hijo. Hoy, los papás buscan destacar la importancia de la donación de órganos. "Uno nunca sabe cuándo lo va a necesitar, hasta que te pasan cosas como ésta", dicen. En Santa Fe hay más de 60 personas en lista de espera por un hígado. El director del Centro Unico de Donación e Implante de Organos (Cudaio), Pablo Maidana, señaló que la mortalidad de los pacientes que esperan un hígado es del 50 por ciento anual. Además, anunció un programa de trasplante hepático en la salud pública local, para 2015. "Podemos tener los mejores equipos, pero sin donantes, no hay trasplantes", enfatizó.

Son más de las seis de la tarde de un jueves que amenazó con lluvias, y que se mantuvo insoportablemente húmedo. Valeria y Cristian recibieron a este diario en su casa de barrio Alvear. Un frasco de alcohol en gel arriba de la mesa dio cuenta de los hábitos de higiene que debieron adquirir en estos meses, para cuidar a Samuel, que aún está en tratamiento. Con el mate listo, los jóvenes padres relataron que son pareja desde 2008. Valeria quedó embarazada dos años después, y a los ocho meses de gestación, cuando fue a hacerse la ecografía 4D, le dieron la noticia de que algo andaba mal con el corazón de su bebé. Al poco tiempo, el niño nació, pero sobrevivió pocos días. El duelo fue largo.

Después de varios controles y estudios, Valeria volvió a quedar encinta. Samuel nació en agosto de 2013, y pocos días después comenzó su periplo por el sanatorio. "Las células de su hígado estaban muertas, por eso estaba amarillo", recordó Valeria, mientras Samuel le pedía, balbuceando, más pan. La expectativa de vida, en el trasplante, era del 30 por ciento, rememoraron. El bebé estuvo pocos días en lista de espera por el órgano, y su papá, un repositor de apenas 25 años, ya se había hecho los estudios de compatibilidad para ser el donante, cuando llamaron desde Buenos Aires para informarles que había aparecido el "hígado ideal".

El fallecimiento de un niño de corta edad en Buenos Aires permitió que Samuel obtuviera el "hígado soñado", dijo su mamá. Para la pareja, "es triste que se dé de esa forma, y estamos muy agradecidos con esa familia que decidió donar. Se dan sentimientos encontrados", dijeron. Médicos del Sanatorio de Niños viajaron a comprobar que el hígado estuviera en condiciones y lo trajeron a Rosario. "A las ocho de la noche se llevaron a Samuel al quirófano, a las 12 llegó el órgano y a las 6 de la mañana terminó el trasplante. Tuvieron que trabajar con lupas, porque su cuerpito era muy pequeño; y fueron muchas horas de nervios, pero todo salió bien", recuerda Valeria de esos días. "El hepatólogo Alejandro Costaguta se quedó al lado de Samuel hasta que se despertó", destacó Cristian, para dar cuenta de la calidad humana de los médicos que rodearon a su hijo.

Antes de terminar la entrevista, los jóvenes padres no quisieron dejar de agradecerle a la intendenta Mónica Fein que después de la carta que le enviaron haya pavimentado calle Centeno al 3600, donde viven desde hace dos años. Es que la tierra que entraba a la casa, no era nada favorable para la salud del bebé.

Los que esperan

El director del Cudaio reveló que en Santa Fe hay 63 pacientes en lista de espera por un hígado. Un número bastante menor a los pacientes que esperan un riñón, que sobrepasan los 400. Es que "prácticamente el 80 por ciento de los pacientes en la lista de espera del Instituto Nacional Central Unico Coordinador de Ablación e Implante (Incucai), necesitan un riñón, pero justamente porque hay un tratamiento sustituto al trasplante; es importante decir que la mortalidad de los pacientes que esperan un hígado es superior al 50 por ciento. La lista de espera renal es más grande porque la diálisis permite que las personas estén años con ese tratamiento. La lista de los que esperan hígado es menor porque los pacientes mueren, no hay un tratamiento sustituto", detalló Maidana. Al mismo tiempo, dijo que tanto el hígado como el pulmón son "los órganos que más sufren las consecuencias fisiopatológicas de la muerte y son los más difíciles de ablacionar para ser implantados". El riñón, en cambio, "es un órgano más noble". Por ello, "no todos los procesos de donación permiten la extracción del hígado. Santa Fe marca un liderazgo porque es una de las provincias que mayor cantidad de donantes multiorgánicos tiene; y eso habla de la calidad de atención de nuestro sistema sanitario", destacó.

Como novedad, Maidana adelantó que para 2015 comenzará a funcionar "un programa de trasplante hepático en el hospital público del Centenario. Se empezó con la obra edilicia en la terapia intensiva, y ya tenemos al equipo de trabajo", destacó el director del Cudaio. El programa para trasplante de hígado se sumará a los existentes de riñón y córneas, en otros efectores públicos de Rosario y Santa Fe.

En lo que va del año, se realizaron 40 procesos de donación multiorgánica en la provincia, que permitieron 140 trasplantes, y otros 80 trasplantes de tejidos. "De sostener esta tendencia estaremos superando los 50 procesos multiorgánicos de 2013; y seguimos entre las mejores provincias en tasa de donantes", dijo.

Sobre el caso de Samuel, el profesional indicó: "No hubieron otros casos como el suyo. De a poco hay mayor conciencia sobre el trasplante. Podemos tener los mejores equipos, pero si no tenemos donantes, los trasplantes no son posibles", instó.

En pocos días es el cumpleaños de Samuel, que todavía duerme con su mamá. El festejo será entre los más íntimos del grupo familiar. Una familia que no deja de sonreír ante las adversidades. Valeria lo describió como "fuerte y muy alegre". Eso es, quizás, lo mejor que heredó de sus papás.