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Lunes, 13 de julio de 2015

OPINIóN › SIETE DíAS EN LA CIUDAD.

Tempestades políticas

Carrió no dejó títere con cabeza en su paso por Rosario. Mucho más medios que política. Parte del radicalismo provincial fuerza una decisión distrital para no entregarse tan mansamente a Macri. Fein prepara su viaje al Vaticano pero no descuida el prolongado armado frentista de su gabinete.

 Por Leo Ricciardino

La estela que Lilita Carrió dejó en Rosario esta semana señala claramente la diferencia entre quienes sólo son candidatos de los que son dirigentes con peso y responsabilidad territorial y, eventualmente, también candidatos. Convertida casi en una caricatura de sí misma, Carrió volvió a desparramar sus críticas por cada medio que pasó y fue subiendo la apuesta hasta señalar que Antonio Bonfatti y Hermes Binner eran "los responsables del narcotráfico por acción u omisión" y que ella ya había vaticinado "hace muchos años" que esta ciudad se iba a convertir "en la Chicago argentina". Mote que, por otra parte, lleva para bien o para mal desde hace décadas, al calor de sus historias tejidas en los '30 y '40.

Carrió no dice nada nuevo, los santafesinos debatimos hace años las responsabilidades de los dos gobiernos socialistas en el nombramiento de un jefe de Policía como Hugo Tognoli, la irresponsable manipulación de la computadora personal del asesinado Luis Medina, la instrucción de la causa Los Monos a manos del juez Juan Carlos Vienna, el juicio abreviado para esta misma banda criminal y un sin número de elementos que los medios locales han mensurado con responsabilidad y profundidad para tratar de acercarse lo más posible a la verdad.

Pero a Carrió no le interesa la verdad, a la diputada le interesa ponerse ella bajo las luces y delinear una falsa figura de fiscal de la patria. Algo que en algún momento de su carrera política hizo efectivamente, pero que abandonó hace tiempo carcomida por su propio gran ego.

No se trata aquí de defender o atacar al socialismo, sino de intentar que las cosas se prueben o descarten para que tengan un valor efectivo.

Parece mentira la cantidad de políticos a los que el ego ha transformado en meras máscaras de los procesos o los debates. Basta mirar la caída sin remedio de Pino Solanas, la soledad política en la que transcurrió hasta desaparecer el propio Miguel Bonasso, un dotado para el periodismo pero lejos de poder soportar ser parte de conjuntos más amplios. La misma Carrió centrando su carrera sólo en su odio hacia el oficialismo, a los ex aliados como Binner y su proyección meramente personal. Es claro que está muy lejos de ser aquella mujer que había llegado a sacar la mayor cantidad de votos en Rosario para la presidencia de la Nación.

El perfil de Carrió es el preferido entre los que quieren sólo denostar al gobierno nacional. Pero de tan exagerado, beligerante y en múltiples direcciones, el mensaje se pierde. Es como que la gente ya sabe que Carrió va a desparramar mugre en varias direcciones, con lo cual se pierde el efecto, la sorpresa y hasta la calidad de la crítica. Y si gana (Carlos) Zannini tendrá que irse del país, como ella prometió.

Otro dato curioso en Carrió es que casi ya no le contesta nadie. La mayoría advierte el sentido de sus dardos y prefiere no entrar en batalla para no aumentar la parodia. Por eso el socialismo recurrió a un comunicado oficial de su partido para responderle, para preservar a sus dirigentes de ingresar en el barro que siembra la diputada para las discusiones.

El otro dato, no menor, a tener en cuenta es que Carrió se pasó a la derecha. En sus ansias por disputarle al kirchnerismo ha aceptado hace tiempo que cualquier alidado resulta lo mismo. Por eso se enojó con Binner, por eso destruyo UNEN y por eso le dijo a Pablo Javkin que se equivocó y que tendría que haber sido candidato a intendente por el PRO.

Radicales doblados

El mendocino Ricardo Sanz comparte los postulados de Carrió y por eso alimentó la alianza con Mauricio Macri. Por eso también es tan difícil verlos a ambos acompañados de muchos dirigentes cada vez que pisan Santa Fe. Habría que preguntar por ahí quién quiere una foto al lado de Carrió. Algunos más, por una cuestión orgánica más que por convicción, estuvieron dispuestos a fotografiarse con el radical que llegó a decir que la gente se gastaba en alcohol y juego la Asignación Universal por hijo. Ni Miguel Del Sel llegó tan lejos.

El vicegobernador radical Jorge Henn no aguantó más y no sólo no lo fue a recibir a Sanz al aeropuerto en Santa Fe en una visita pasada, sino que dijo públicamente a los radicales que "votar por Sanz, es votar por Macri". Sanz lo desafió públicamente a debatir para ver quien era más progresista. Pero ahora, se sumó a la polémica una histórica y respetada dirigente radical de la provincia, hija de un célebre gobernador: Griselda Tessio que fue vicegobernadora de Binner se sumó a Henn y aseguró que ella tampoco votaría por Sanz y que lo haría por Margarita Solbizer. Pero además pidió un compromiso por demás incómodo: Que el máximo referente partidario en la provincia, Mario Barletta tome un posicionamiento único para orientar al distrito. Es decir, dejar de lado la postura que dejaba libre a los radicales orgánicos santafesinos a votar a quien quisieran en las presidenciales. Una posición que favorece las negociaciones y que se facilitó a partir de la decisión del socialismo de ir con Binner como candidato a Senador Nacional con la "sábana corta". Es decir, si pegar la boleta a la de ningún candidato a presidente lo cual representa también una apuesta de riesgo para el propio Binner que debe enfrentar a Omar Perotti que va unido a Scioli Zannini y a Carlos Reutemann que quedará pegado a Macri Michetti.

Acuerdos en stand by

A nivel local, la intendenta Mónica Fein prepara su viaje al Vaticano para la semana próxima donde será recibida por el Papa Francisco junto a otros 50 alcaldes de distintas ciudades del mundo. La cumbre en la que Fein será la única representante argentina será un escenario propicio para discutir temas urbanos a futuro, basados más que nada en los proyectos sustentables.

Pero mientras atiende el frente externo, la jefa de la ciudad no descuida el proceso de integración al que se somete el Frente Progresista. En ese marco, las reuniones parecen avanzar dos casilleros en una oportunidad y retroceder cuatro a la siguiente. Por ejemplo, el socialismo aún no ha podido convencer a Javkin de que se integre al Ejecutivo local dejando su banca en el Congreso de la Nación. Y es que muchos están repensando esta situación de que una figura de peso pueda anular a varios secretarios que hoy toman decisiones y también están aquellos que temen que una gestión de Javkin en un área específica sea demasiado exitosa como para ponerlo solo a disputar la intendencia por todo el Frente en 2019.

Por otra parte, el concejal electo Horacio Ghirardi fue contundente al señalar que "no hay nada resuelto todavía" respecto de la candidatura de María Eugenia Schmuck como presidente del Concejo a partir de diciembre. Habrá más capítulos de esta apasionante negociación.

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