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Lunes, 12 de agosto de 2013

CIUDAD › RESCATARON E IDENTIFICARON A TRES NUEVAS VíCTIMAS Y SON 18 LOS MUERTOS

El tiempo suspendido en Oroño

Ana Rizzo, de 65 años; Oclides Ceresole, de 76 y Maximiliano Fornarese, de 34, fueron las tres personas encontradas sin vida. Todavía hay tres sin aparecer. Continúa el trabajo, como las muestras de solidaridad y aliento a los rescatistas.

 Por Lorena Panzerini

Es domingo en Salta y Oroño. Un domingo diferente: en el bulevar no hay calle recreativa y varios vecinos señalan que concurrieron a las urnas "con tristeza". Las nubes pasan rápido por esa esquina, empujadas por la brisa que enfría el aire del sexto día de búsqueda en lo que fue el edificio de Salta 2141. En medio de la mañana fresca de agosto, la solidaridad da su toque de calidez a las miradas pendientes y expectantes de los que esperan, con café y chocolatada. Temprano, las novedades no son buenas por el hallazgo del cuerpo de Maximiliano Fornarese, de 34 años. Por la noche, se confirmaron otras dos víctimas: Oclides Ceresole (76) y Ana Rizzo (65). El número de fallecidos ascendió a 18, mientras que se continúa con la búsqueda de tres personas. "Acá estamos suspendidos en el tiempo", lamenta María Emilia, una joven voluntaria que iría a votar "más tarde". Sentada en una reposera sobre la calle, la muchacha refleja el sentimiento compartido con los familiares de los que todavía no aparecieron, quienes miran fijo la lona gris frente a la cochera del supermercado, que los separa de los escombros. Allí, donde la esperanza está viva.

Además de la angustia colectiva, el domingo refleja dolor profundo y ansiedad. Son las 9.40, y es inevitable recordar la mañana del martes, cuando a la misma hora cambió para siempre la vida de cientos de personas. Cuando la muerte injusta e incomprensible golpeó en las vidas de muchos rosarinos.

Las autoridades y la mayoría de los candidatos para concejales y diputados nacionales que compitieron ayer en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) se mantuvieron en silencio durante los últimos días de campaña. Un silencio que contagió a la ciudad por el respeto a las víctimas de la tragedia y a los familiares de los buscados. Tal vez por eso, ayer para algunos las elecciones primarias fueron "un trámite, una obligación", reflejó Jorge, un vecino de la zona, que no puede olvidar el escenario que encontró cuando volvió el martes a su casa.

Nancy pasó por la esquina del bar frente a la zona cero y se paró con su hija a ver las decenas de dibujos pegados en la vidriera, que chicos de varias escuelas hicieron para los "héroes" de la tragedia. "Fui a votar a pesar del duelo que nos mantiene a todos muy tristes. La solidaridad es grande e importante", dijo acongojada.

"Me siento bien estando acá, no puedo estar en mi casa sin ayudar". Así se expresó Juan, un joven paisajista que desde el martes a la noche está como voluntario en la esquina, al lado de la carpa del Ejército de Salvación, para ayudar "en lo que sea necesario". Abrigado de pies a cabeza, el muchacho relató que vive en un edificio sobre calle Balcarce, antes de llegar a Salta, y que la mañana de la explosión salió corriendo de su departamento, y cuando advirtió dónde había ocurrido el siniestro no dudó en acercarse lo más que pudo a la zona del incendio, pero un bombero le pidió no avanzara, ya que "había riesgo de otra explosión". Desde entonces tiene su reposera apostada en esa esquina. Según Juan, la noche es el momento más triste. "Es cuando se escucha el trabajo que hay adentro, y luego se ve al camión sacando los escombros, y uno ve cómo ahí se va parte de la vida de muchas personas", dijo entre sollozos.

En medio del clima de luto y dolor, mucha gente que permanece en Salta y Oroño salió a votar y volvió rápidamente. Sobre el bulevar, en la cuadra que va hacia Jujuy (en dirección al río Paraná), tres oficiales de la policía atendieron un puesto para certificación del no voto, donde para las siete de la tarde, se habían justificado unas 300 personas que no concurrieron a las urnas, incluido el personal de otras provincias que llegó a Rosario con su ayuda.

Por la tarde, cuando la luz del sol entraba como la de una linterna desde Alvear, hacia la cuadra del desastre, familias enteras pedían ingresar al predio a dejar donaciones. Verónica se acercó con sus hijos Alejo (12), Bautista (7) y Mora (8), quienes le pintaron dibujos a los bomberos y se los entregaron en mano al grupo que descansaba y tomaba mates. "Los vamos a pegar adentro del autobomba", dijo uno de ellos. Los chicos se fueron contentos por haber dejado una dosis de alegría para sus "héroes".

Más temprano, hasta Angel, el jefe de rescatistas de la brigada federal fue sorprendido con la llegada de su familia, que vino a darle apoyo desde Buenos Aires, por unas horas, ya que hoy debían regresar a sus actividades diarias.

Por la mañana estuvo por tercera vez el ministro de Defensa, Agustín Rossi, en la zona cero. "Estamos haciendo un trabajo muy ordenado entre todos los sectores. Los más de cien agentes que tenemos se quedarán el tiempo que sea necesario".

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Los rescatistas se confortan con las muestras de afecto que les acercan los niños rosarinos.
Imagen: Andrés Macera.
 
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