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Lunes, 10 de noviembre de 2014

CIUDAD › HAGAN JUEGO SEñORES

Siete días en la ciudad

No es tanto el tiempo que falta para las elecciones que se vienen. Los que demoran sus lanzamientos es porque tienen el grado de conocimiento en la sociedad para hacerlo. Pero los aprontes están a la orden del día. La seguridad como eje de campaña y la necesidad de los resultados.

 Por Leo Ricciardino

A pesar de que la arquitecta María Eugenia Bielsa aseguró que el apuro por las candidaturas es un tema "de algunos candidatos y de la prensa, no de la gente", hay posicionamientos que ya empiezan a verse incluso en declaraciones propias de la ex vicegobernadora. "(Carlos) Reutemann no debería ser excluido" de las conversaciones en pos de la unidad del peronismo santafesino de cara al 2015, apuntó en la nota que concedió a Rosario/12. Con lo cual Bielsa se ubica junto a Omar Perotti entre los precandidatos que no tendrán problemas en hacer guiños hacia el ex gobernador para tratar de recuperar aquel ADN del peronismo santafesino que parecía haberse perdido tras las gestiones del Lole y de Jorge Obeid.

El kirchnerismo mismo se muestra más permeable a evitar choques con ese pasado político que, con razones y fundamentos, llegó a denostar en Santa Fe. Es que la necesidad tiene cara de hereje, una frase que se ajusta muy bien a una fuerza política que cayó al tercer puesto electoral después de haber gobernado por años la provincia.

No se pudo, no se supo o no se quiso ungir a un líder que sintonizara absolutamente con el gobierno nacional. La máquina de ganar elecciones en la que se había transformado el kirchnerismo no logró abrir una sucursal aquí, como tampoco pudo hacerlo en otras provincias.

¿Es hora acaso de resignar determinadas posiciones y aún convicciones para retomar, aunque sea en parte el camino del éxito electoral? Puede que no sea tan dramático, pero algo de eso hay. También hay que decir que los exitosos gobernadores peronistas de ayer cumplieron con su cuota de mezquindad política, temerosos de ser pasados a retiro antes de tiempo. Ni Reutemann ni Obeid se preocuparon nunca por un liderazgo en serio en Rosario. El cálculo era sencillo: cualquier caudillo rosarino ungido desde Santa Fe podría haber disputado con posibilidades la intendencia y, de ganarla, sería un fiero competidor interno para esos mismos jefes políticos los cuatro años siguientes. Mejor fue ajustar la matemática electoral, cosechar lo mínimo suficiente en el sur de la Bota y asegurarse los mayores porcentajes en la capital provincial y todo el norte. Así fue. Pero el esquema se agotó y vino un viento del sur que terminó por desalojarlos. Eso fue lo que pasó y lo que ahora parece tan difícil revertir para el peronismo.

Tal es la situación del peronismo provincial que el socialismo se dedicará a levantarle el ánimo. Ya lo hizo Miguel Lifschitz, que auguró una mayor cosecha de votos para el PJ en detrimento del PRO de Miguel Del Sel. Es a éste a quien el socialista ve como su verdadero rival y por ende, intentará esmerilarlo todo lo que pueda. En rigor, el cómico de la legua debería estar más que preocupado por las intenciones de Reutemann que se parapetó en su despacho del Senado y disparó munición gruesa contra todo el socialismo. Y al parecer, acertó más de una vez en el corazón del oficialismo, a juzgar por la virulencia y la discrecionalidad con la que salieron a responderle.

Es curioso cómo se dan las situaciones: Mientras el PS necesita "levantar" al peronismo para restarle posibilidades a Del Sel, el PJ recurre a su principal jugador para desgastar a la gestión socialista de cara al 2015. Reutemann, como siempre, sólo piensa en él. Pero su necesidad puede ser esta vez de mucha ayuda para el resto de los candidatos.

Rigurosamente vigilados

El gobernador Antonio Bonfatti no pudo ocultar su satisfacción cuando el secretario Sergio Berni le confirmó a él, y la ministra Cecilia González a la intendenta Mónica Fein, que Gendarmería y Prefectura no tienen plazo para retirar efectivos de Rosario. ¿Cómo no va a ponerse contento si cuenta con una vigilancia que cuesta un millón de pesos por día? Esto lleva a otra reflexión: ¿Cómo podría la provincia con su policía siquiera acercarse a disponer de una fuerza con semejante estructura? Por más que se prometió un aumento del 60% en el presupuesto provincial para el rubro Seguridad (será el segundo detrás de Educación), no es imaginable determinar qué pasaría en Rosario si es abandonada por las fuerzas federales.

Será, sin dudas, el principal tema de la campaña política que se avecina y el oficialismo lo sabe. Con todo, no ha podido mostrar los resultados que esperarba a esta altura. Más bien todo lo contrario: A pesar de la presencia de las tropas federales, continúan los homicios y los asaltos violentos.

Si bien es claro que no existen las soluciones mágicas para esta problemática, el gobierno no puede seguir ocultando que no ha logrado ni siquiera ponerle un freno efectivo a la violencia. Las explicaciones se han agotado y debería poder exhibir otros resultados al corto plazo para tener posibilidades de defender medidas, nombramientos y estrategias.

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