turismo

Domingo, 8 de agosto de 2010

BRASIL. ESTADO DE SANTA CATARINA

Termas tropicales

La región litoralense de Santa Catarina ofrece un excelente circuito de aguas termales. Además del relax, la visita se completa con las siempre atractivas playas, los mejores mariscos del Atlántico y las luces de una de las capitales más cosmopolitas de Brasil.

 Por Pablo Donadio

Los viajes temáticos suelen ser una buena alternativa para muchos ávidos viajeros, independientemente de la edad. Ahora, ¿qué mejor viaje que uno apuntado específicamente al cuidado del cuerpo? Por eso una región del litoral de Santa Catarina, en Brasil, atrae a turistas locales y extranjeros por sus complejos con aguas termales, spa y terapias alternativas. Toda una oportunidad para un placentero descanso que combina las paradisíacas costas del Atlántico y los sabores de los mejores mariscos del continente.

AGUAS BALSAMICAS A primera vista sus playas, su color, el sonido siempre alegre de su música y los sabores regionales opacan un poco una de las mayores riquezas de Santa Catarina. De las profundidades de la tierra brotan fuentes termales de una calidad tal, que quienes dirigen el spa del supercomplejo Caldas da Imperatriz Resort & Spa explican que nada deben envidiar a las mejores del mundo. Por eso arriban allí, y a otros tantos complejos y balnearios próximos, miles y miles de visitantes al año. En el lobby del hotel el castellano con, y sin tonada caribeña, se confunde con el portugués, y el espacio parece casi un congreso latinoamericano. Si bien no es un viaje “gasolero”, hay que tener en cuenta que estos complejos del sur de Brasil en temporada baja suelen ser en comparación, igual o más baratos que un spa en pleno Buenos Aires. Aquí hay gente mayor, parejas y familias enteras, que aprovechan para relajarse y renovar el cuerpo con las sales y los minerales de esas aguas sulfurosas, mientras sus hijos menores se entretienen en el hotel y los adolescentes aprovechan a pleno la playa cercana. Y están los que llegan, más allá de cualquier edad, por alguna dolencia, ya que las propiedades terapéuticas de estas fuentes, con temperaturas que superan en algunos casos los 38 grados centígrados son benéficas para el reumatismo, la artritis, los problemas de estómago, intestino y piel, y desde luego, para el cansancio, el insomnio y la tensión estresante de la ciudad.

Las principales termas de Santa Catarina están equipadas con completa infraestructura turística, propiciando una atmósfera de tranquilidad y relajación, pero también cuentan con servicios de gastronomía y salidas turísticas. Entre las más populares, se destacan Gravatal, Aguas Mornas y Caldas da Imperatriz, muy cercanas a la costa, y Piratuba, Aguas de Chapecó y Sao Carlos, en el oeste del estado. Además, hay innumerables fuentes diseminadas por todo el territorio, que sólo unos pocos lugareños conocen y son parte de ese legado que la tierra les ha provisto, junto a la pesca.

Uno de los accesos al hotel emplazado en pleno morro.

COMO REYES Ubicado en el municipio de Santo Amado da Imperatriz, a 35 kilómetros del Aeropuerto de Florianópolis y rodeado de la exuberante selva de la Sierra do Tabuleiro, el Plaza Caldas da Imperatriz Spa y Resort deslumbra de entrada: escondido en pleno morro, parece haber sido construido sin tocar un solo árbol. Las aguas termales y minerales de gran calidad llegan a sus 138 departamentos y once suites a unos 38 a 39 grados. Además. los huéspedes cuentan con la opción del hidromasaje y varias piletas en el subsuelo. Explican aquí que las aguas de esta región surgen de terrenos precámbricos, retenidas por rocas micaesquistos y gneiss, lo que hace que, al surgir a la superficie, arrastren consigo grandes cantidades de minerales y componentes con calidad medicinal, internacionalmente reconocidas como de las mejores del mundo, igualando las famosas termas de Vichy, en Francia. Su spa ofrece tratamientos de embellecimiento, aromaterapia, gommage, algaterapia, nutrición facial, hidratación capilar, adelgazamiento y sesiones de masajes. Ubicado en una región subtropical y costera, el complejo tiene enormes extensiones de parque (con una laguna interna, puentes colgantes, un viejo molino, un vivero de orquídeas y vertientes salvajes diseminadas por ahí) para pasear y olvidarse de las tensiones del trabajo cotidiano. Cuentan además (y se lee en un inmenso cartel con fotos y recorrido cronológico) que sus aguas balsámicas fueron unas de las primeras encontradas en Brasil. La propia colonización de Santo Amaro da Imperatriz estuvo ligada al descubrimiento de las fuentes termales: en marzo de 1818, el rey Juan VI determinó la construcción de un hospital, lo cual significó la primera creación de una estancia termal en el país. Unos años después, producto de la visita de la pareja imperial Teresa Cristina María de Borbón y Pedro II, se construyó un edificio con dormitorios y baños con acceso directo a las aguas. En homenaje a la emperatriz, la localidad llamada entonces Caldas do Cubatao fue rebautizada como Caldas da Imperatriz. Además de las aguas, el complejo ofrece a quien lo desee un cuidadoso plan alimentario y actividades que suman diversión, como las caminatas, la elongación, la gimnasia, la hidrogimnasia y la danza.

El viejo molino del Caldas da Imperatriz también hace que fluyan las aguas termales.

FLORIPA, LA GRANDE Claro que por más relajante que sea la propuesta, la visita a las termas no puede dejar de tener al menos una pasada nocturna por la gran capital catarinense: Florianópolis. Con su gran diversidad cultural, étnica y geográfica, la ciudad invita entre otras cosas a una cena inolvidable da cara al Atlántico, con los mejores mariscos del país, además de cine, teatro y música local en vivo. Si la visita es de día, ineludibles son sus 42 playas, una más linda que la otra aunque ninguna como Bombinhas, “capital del buceo sureño”. Por diminuta que parece en el mayúsculo escenario nacional, Floripa posee un interesantísimo recorrido histórico-arquitectónico, encantos naturales y una hospitalidad extrema, quizá una de las razones de su crecimiento, del 340 por ciento, en las tres últimas décadas. Así es considerada por la mayoría de los brasileños como la capital con mejor calidad de vida del país, con un completo desarrollo turístico y recientemente polo informático de excelencia. A su vez, algunas playas ubicadas entre la isla y el continente como Tapera do Sul o Cacupé se abren a un mar que golpea con suavidad, mientras otras como Joaquina o Do Santinho, de olas más poderosas, son desafiadas por los amantes de las tablas para sus habituales espectáculos. El otro gran atractivo es su moderno y cuádruple puente, que conecta la porción continental con “la isla”, como los locales llaman a la península. Allí la mole llamada Pedro Ivo Campos es un espectáculo en sí mismo, con carriles que cruzan las bahías Sur y Norte, subiendo y bajando en sentido contrario a las manos del tránsito, como inmensas víboras de cemento. Mientras se lo transita, se ven las riendas del otro puente, el antiguo colgante Hercílio Luz, convertido hoy en paseo de compras, donde pueden adquirirse por unos reales, algunas artesanías en madera y las clásicas hamacas de hiloz

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Interiores del Caldas da Imperatriz, uno de los hoteles termales más antiguos de Brasil.
Imagen: Pablo Donadio
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