21:31 › SCIOLI EN CONFERENCIA DE PRENSA

"Hay que bajar la edad de imputabilidad para los delitos graves"

Una mujer y tres jóvenes, dos de ellos menores de edad, fueron detenidos hoy en el partido de La Matanza en el marco de la investigación del crimen del ingeniero Ricardo Barrenechea, asesinado ayer durante un asalto en su casa de Las Barrancas de San Isidro.

A raíz del caso, el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, se manifestó a favor de impulsar la baja de la edad de imputabilidad para quienes cometan delitos graves, en tanto que en el municipio sanisidrense se declaró el estado de emergencia en seguridad.

Uno de los reclamos de los vecinos de San Isidro era el regreso de los gendarmes a custodiar la villa La Cava, como lo hacían desde abril de 2006, lo que se concretó esta tarde.

En tanto, el fiscal de Martínez, Gabriel Garbos, quien investiga el crimen de Barrenechea, ordenó 11 allanamientos que la policía bonaerense realizó en la villa Puerta de Hierro, de Ciudad Evita, en La Matanza, donde apresaron a un chico de 15 años, su madre de 32, otro adolescente de 17 y un tercer joven mayor.

Fuentes judiciales y policiales informaron que entre los detenidos no están el autor material del crimen ni el ladrón que redujo a la familia víctima, quienes permanecen prófugos.

Según los mismos informantes, los sospechosos no tendrían vinculación directa con el crimen y, de hecho, a la mujer apresada se le atribuye el acopio de municiones y armas que fueron incautadas en los procedimientos.

Los pesquisas indicaron que entre las armas secuestradas se halló una pistola calibre 45 muy similar a la empleada en los ataques cometidos contra Barrenechea y su hijo Tomás, de 18 años, quien permanece internado por la herida de bala.

Los operativos continuaban esta tarde ya que la policía procuraba localizar al autor material del crimen y uno de sus principales cómplices y el auto Volkswagen Gol gris con vidrios polarizados que aparentemente utilizó la banda para movilizarse.

Además, el fiscal Garbos ya tiene incorporados a la causa dos identikits de los asesinos realizados en base a los datos aportados por la empleada doméstica de la familia Barrenechea.

En tanto, el Concejo Deliberante de San Isidro realizó este mediodía una sesión extraordinaria en la que se declaró el estado de emergencia de ese partido y los bloques reclamaron más cantidad de policías, patrulleros y la permanencia de los efectivos de Gendarmería Nacional en la villa La Cava.

En la sesión también estuvieron presentes miembros de distintos foros civiles y organizaciones, y familiares de víctimas como Juan Carlos Blumberg y Eugenio Schenone.

En la puerta del Concejo se concentraron decenas de vecinos que portaban carteles que decían: "Basta de muerte" y "reclamamos seguridad", entre otros.

El intendente de San Isidro, Gustavo Posse, dijo tras la sesión que para solucionar la problemática actual de San Isidro en materia de seguridad "hay que poner el esfuerzo de todos" y destacó que la declaración de emergencia ya cuenta con "adhesiones de muchos representantes de otros municipios".

"Esperamos que haya una reacción positiva de las autoridades, que son las que tienen la responsabilidad primaria", dijo Posse, y añadió que mantiene comunicaciones con el ministro de Seguridad bonaerense Carlos Stornelli, "quien agrega cada vez más personal" en el municipio.

Por otro lado, los restos del ingeniero fueron inhumados esta mañana en el cementerio Jardín de Paz de Pilar, situado sobre el kilómetro 32 de la ruta Panamericana.

Barrenechea (46) fue asesinado ayer a las 6.30 en su casa de Perú 725, de la localidad de Acassuso, a metros de la avenida Del Libertador y lindera con el Banco Río en el que se registró un cinematográfico asalto en enero del 2006.

Varios delincuentes ingresaron con fines de robo a la vivienda donde descansaba el ingeniero, su esposa y sus cuatro hijos.

Se cree que los delincuentes irrumpieron en el lugar tras saltar una reja y por la puerta principal, aunque se desconoce si para entrar utilizaron una copia de las llaves, si destrabaron el pestillo de la puerta mediante una tarjeta plástica o si contaron con la ayuda de alguna persona que les permitió el paso.

Una vez adentro, los asaltantes sorprendieron a la empleada doméstica y se dirigieron a la planta alta, donde se hallaba descansando la familia a cuyos integrantes amenazaron y exigieron dinero.

En circunstancias aún no establecidas, el ingeniero fue herido a balazos y murió en el lugar, mientras que su hijo mayor, Tomás, fue lesionado en una axila y aún está hospitalizado.

Al ver esta situación, los delincuentes huyeron en un auto que estaba estacionado a pocos metros de la casa asaltada.

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