21:39 › "PENSABA CON EL CORAZóN Y SENTíA CON LA CABEZA"

Pierre Boulez será siempre "un hombre del futuro"

La noticia de la muerte del compositor francés, conocido como uno de los creadores de la música de vanguardia del siglo XX y también por haber dirigido a algunas de las orquestas más prestigiosas del planeta, quien falleció ayer a los 90 años en su residencia de Baden Baden, en Alemania, generó una cadena de reacciones en el mundo entero. Mientras el presidente François Hollande destacó que había "hecho brillar la música francesa en el mundo", el director y pianista argentino-israelí Daniel Barenboim lo difinió como "un hombre del futuro".

"El mundo ha perdido a uno de sus compositores y directores más importantes y yo he perdido un amigo y un colega cuyo espíritu creativo nunca dejaré de admirar", afirmó Barenboim, actual director musical de la Staatsoper de Berlín, quien coincidió por primera vez con Boulez en 1964 en un concierto en la Filarmónica de la misma ciudad.

En aquella ocasión, Boulez se encargó de la dirección y Baremboim tocó el primer concierto para piano de Bela Bartók y, a partir de ese momento, se desarrolló entre los dos una estrecha relación. "Durante medio siglo fuimos amigos, pero siempre nos tratamos de usted, lo que yo interpreto como una muestra de admiración y respeto", indicó Barenboim.

Boulez logró vivir, según Barenboim, una paradoja estética al "pensar con el corazón y sentir con la cabeza". "Nos ha dejado el regalo de poder comprender esa experiencia a través de su música. Siempre le estaré agradecido por eso y por muchas cosas más", aseguró Barenboim.

"Como compositor y director de orquesta, siempre quiso reflexionar sobre su época", señaló Hollande en un comunicado del Elíseo, que hizo notar que la Filarmónica de París, inaugurada hace ahora un año, "le debe mucho".

Pierre Boulez había nacido el 26 de marzo de 1925 en Montbrison, en el centro de Francia, en el seno de una familia burguesa pero sin relación particular con la música, en la que fue precoz: comenzó a tocar el piano a los seis años y tres después era capaz de interpretar algunas piezas de Frédéric Chopin.

Estudió primero matemáticas en Saint Etienne y luego en Lyon, pero en 1943 (con 18 años) decidió instalarse en París donde no tuvo éxito para ingresar al Conservatorio Nacional. Así, comenzó a recibir clases de armonía de la mano de Olivier Messiaen, quien observó sus capacidades y le abrió nuevos horizontes.

Pero Boulez se fue distanciando de Messiaen, con el que mantuvo diferencias acerca de la concepción musical, y en 1946 compuso su primera sonata para piano, una obra radical, mientras se ganaba la vida tocando piezas ligeras en el Folies Bergère.

Ese mismo año entró en la compañía de teatro Renaud-Barrault, con la que colaboró durante una decena de años. En 1957 estuvo por primera vez al frente de una orquesta sinfónica cuando hizo una sustitución de Hermann Scherchen, para luego llegar a ser director de la orquesta de Cleveland (1967-1972), de la Sinfónica de la BBC (1971-1975) y de la Filarmónica de Nueva York (1971-1977), donde sucedió a Leonard Bernstein.

Volvió a Francia para fundar el Conjunto Intercontemporáneo, el primer grupo permanente en el país de música contemporánea, y un año después se puso al frente del Instituto de Investigación y de Coordinación Acústica de Música (Ircam).

Allí trabajó en el desarrollo de instrumentos de transformación del sonido en tiempo real, apoyándose en investigaciones científicas.

Volvió a finales de los años 1970 a la Ópera de París y se convirtió en una personalidad ineludible para el diseño de la política musical francesa: fue consultor en la construcción de la nueva ópera de la plaza de la Bastilla y luego en la Ciudad de la Música, también en París.

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