› UNO SE MUESTRA AGRADECIDO, EL OTRO, COHIBIDO

Mañana, en el campeonato español, se enfrentarán dos tipos audaces

Un asado y 11 horas de charla se cristalizarán en el estadio de San Mamés, cuando Josep Guardiola se encuentre con su "creador", el actual técnico del Athletic de Bilbao. La historia es conocida, aunque pocos detalles hayan trascendido: tras retirarse como jugador, Josep Guardiola enfiló en 2007 rumbo a la Argentina. Habló con varios entrenadores, entre ellos, con César Luis Menotti, pero ninguna conversación de las de aquel viaje lo marcó tanto como la que tuvo con Marcelo Bielsa.

"Allí hubo discusiones acaloradas, consultas en el ordenador, repaso de técnicas y puesta en escena de posiciones", dijo alguna vez el escritor y cineasta español David Trueba, íntimo amigo del entrenador del Barcelona y acompañante en aquel viaje con escala en el campo de Bielsa en plena Pampa Húmeda. Casi cinco años después, Bielsa y Guardiola volverán a verse las caras, y lo harán en un escenario y circunstancias inmejorables. El argentino dirige desde principios de temporada al Athletic de Bilbao, y tras un comienzo complicado en el que recibió duras críticas, su equipo enhebró una serie de partidos en los que gana y gusta. Del Barcelona de Guardiola alcanza con decir que está marcando una época en el fútbol mundial.

Bielsa es, en cierto modo, el "creador" de Guardiola. El español ya estaba convencido de apostar por el juego solidario de presión casi asfixiante y circulación rápida del balón, pero encontró en Bielsa nuevos argumentos y nuevas perspectivas. Y pocas frases explican mejor esa filosofía compartida que una lanzada por Guardiola la temporada pasada. "Yo tengo una cierta admiración por Marcelo Bielsa. Él siempre dice que cuando no se marcan goles no hay que mirar hacia los delanteros, sino a la línea defensiva. Cuando no se marcan goles es porque no hemos generado juego. Y si no te hacen goles, se lo tienes que agradecer a la delantera".

Guardiola se extendió hoy en cuanto a su relación con Bielsa: "Le agradeceré siempre que me recibiera en su casa cuando no tenía equipo. Hablamos de fútbol. ¿Influencia? Quizá Johan Cruyff y Carlos Rexach han tenido más influencia en mí". Y aunque Guardiola aclarase que es su decisión, también es Bielsa en cierta forma el "culpable" de la decisión de Guardiola de no dar entrevistas. El argentino considera que elegir entre medios grandes y pequeños es injusto y discriminatorio, pero puede pasarse una eternidad respondiendo preguntas y analizando el fútbol en una rueda de prensa. Lo mismo hace Guardiola.

El argentino Javier Mascherano, reconvertido por Guardiola en defensa central del Barça tras ser "5" toda su vida, tiene autoridad para comparar a los dos entrenadores. Al fin y al cabo Bielsa lo hizo debutar en la selección argentina cuando el mediocampista no había jugado aún un sólo encuentro en la primera de River Plate. "Los dos piensan más en la portería contraria que en la propia y en cómo hacer daño en ataque. Bielsa es más directo, más vertical. Guardiola busca más la pausa", analizó Mascherano.

Bielsa, de 56 años, y Guardiola, de 40, comparten filosofía de vida -las 24 horas pensando en el fútbol- e "ideología" a la hora de jugar, pero no son clones. A Bielsa, por ejemplo, un columnista le echó en cara hace dos meses que su estilo de vestir era una "falta de respeto" hacia el Athletic. Más allá de que la afirmación implica no conocer nada de la historia y las intenciones de Bielsa en sus diferentes equipos, ahí sí hay un abismo con Guardiola, que por momentos parece protagonizar un desfile de moda con sus permanentes y cuidados cambios de vestimenta.

El partido de la noche de mañana promete mucho, y en él habrá un hombre que, con un hilo invisible, también vincula a los dos entrenadores: Leo Messi. La gran figura del fútbol mundial es de Rosario e hincha de Newell's. Como Bielsa. Messi, el hombre que podría darle su tercer título mundial a la Argentina y que sigue siendo discutido por muchos en su país, está comenzando a soltarse fuera de la cancha. "Nunca lo tuve como entrenador, pero me hubiera gustado tenerlo", dijo esta semana.

Casi al mismo tiempo, Bielsa confesaba algo inesperado: le genera temor llamar por teléfono a Guardiola, tanto es el paradójico respeto por el entrenador que contribuyó a crear: "Llamar a Guardiola inhibe porque no todo el mundo debería atreverse a llamarle. Yo estoy entre los que se sienten cohibidos por la gran dimensión de su obra".

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