La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) afirmó que pese a reducir la tasa de homicidios, Honduras continúa siendo el país "más inseguro" de Centroamérica, un flagelo que deja "graves consecuencias" en la población y que se ha exacerbado por la alta presencia de maras o pandillas.

Esta es una de las principales conclusiones del informe presentado esta semana por la CIDH sobre la "visita in loco" que hizo a Honduras en abril de 2023 para observar la situación de derechos humanos en el país.

"Con respecto a la violencia, si bien se ha observado una disminución en la tasa de homicidios, Honduras continúa siendo el país más violento en Centroamérica y el segundo con la mayor tasa de homicidios en América Latina", indicó la CIDH en su informe.

El documento, que contiene 36 recomendaciones al Estado de Honduras, recoge múltiples hechos de violencia especialmente el derecho a la vida, y en él señala que la violencia se exacerbó por la alta presencia de maras o pandillas.

Graves consecuencias de la violencia

La CIDH indicó que la violencia causa "graves consecuencias" en Honduras como el desplazamiento forzado y la violación de derechos humanos, y sigue impactando de "manera diferenciada" en grupos vulnerables, como mujeres, niños y jóvenes.

Desde el organismo destacaron además "los altos índices de asesinatos y otros hechos de violencia" que afectan de "modo disímil" a las mujeres, personas LGBTIQ, defensores de derechos humanos, periodistas y comunicadoras sociales.

"Encontramos asignaturas pendientes, causas históricas que no terminan de resolverse, factores históricos que no terminan de resolverse vinculados con la violencia, vinculados con el crimen organizado, vinculados con la corrupción", sostuvo la presidenta de la CIDH, Andrea Pochak.

Pochak señaló que la desigualdad y la pobreza son las "causas principales de la violencia, la corrupción, la debilidad institucionalidad y en la medida que no se ataque la causa fundamental, no se va a poder revertir la situación de derechos humanos".

La CIDH enfatizó también que Honduras sigue siendo "un país violento" para la defensa de derechos humanos, especialmente para los defensores del medioambiente, la tierra y el territorio.

Advirtió que el mecanismo nacional de protección de personas defensoras de derechos humanos, periodistas, comunicadores sociales y operadores de justicia presenta "varios desafíos que erosionan la institución y su capacidad de dar respuesta efectiva a los riesgos enfrentados por estos colectivos".

En ese sentido, la CIDH instó al Estado a investigar las muertes relacionadas con un conflicto agrario en el Bajo Aguán, en el Caribe hondureño, y fortalecer la Mesa Nacional Interinstitucional de Prevención y Abordaje de Conflictos Sociales.

Estado de excepción

La CIDH manifestó su "preocupación" por la militarización de la seguridad pública y la recurrencia de un estado de excepción por parte de las autoridades de Honduras.

"La Comisión está muy preocupada por la continuidad del estado de excepción, una continuidad que no tiene una revisión profunda, justificada, pues la política de seguridad de un país no puede basarse en la excepcionalidad", expresó Pochak.

Ante los altos índices de violencia, la CIDH recomendó al Estado hondureño adoptar una política de seguridad integral con enfoque de derechos humanos y orientar sus esfuerzos a recuperar la confianza de la ciudadanía en las instituciones para avanzar en la reducción de la impunidad.

Por último, la CIDH destacó "la voluntad y apertura" del Estado de Honduras al escrutinio internacional y reconoció las medidas adoptadas para hacer frente a los diferentes desafíos que impiden a los hondureños "un efectivo disfrute de los derechos humanos".

"Hay avances importantes, palpables, hay una política de Estado que toma los derechos humanos como un eje central", apostilló la presidenta de la CIDH, tras anunciar que Honduras se ha comprometido a crear un mecanismo para seguir sus recomendaciones.