El mundo en mis zapatos, así se llamó la comedia unipersonal que en 2017 interpretó Brenda Fabregat, dirigida por Eloísa Tarruella. Y aunque ambas realizaron la dramaturgia, las situaciones que se contaban al público estaban basadas en experiencias vividas por la actriz. En estos días, volvió a escena el mismo personaje que confesaba sus miedos e inseguridades a cambio de despertar la solidaridad emocional en la platea: El mundo en mis zapatos 2 se está presentando en el Centro Cultural de la Cooperación (Corrientes 1543), con música original de Federico Pascarella, diseño de luces de Ricardo Sica, escenografía y vestuario de Gabriella Gerdelics.

Brenda y Eloísa se conocen desde la infancia ya que sus familias solían visitarse desde que sus respectivos padres, los periodistas Aquiles Fabregat, ya fallecido, y Alejandro Tarruella, trabajaban en la redacción de la mítica revista Humor. Dedicada a la dirección cinematográfica pero también ligada al teatro, Eloísa pensó en dirigir a Brenda mientras leía los comentarios humorísticos que su amiga posteaba en las redes sobre experiencias de su vida. Así surgió El mundo…obra que daba cuenta sobre los fracasos cotidianos de su protagonista, Brenda Martínez.

Fue luego de la pandemia que surgió en ambas artistas la idea de trabajar con el mismo personaje. Señalan en conversación con este diario que como no se trata de una secuela no importa el hecho de no haber visto el primero para ver el nuevo espectáculo. Ahora, la misma Martínez acaba de cumplir cuarentipico y esto la lleva a evocar a algunos de los personajes que dejaron un sello inolvidable en su vida, para bien o para mal. Su discurso va y vuelve en el tiempo, se oye y se ve en escena el efecto del rebobinado que se instala como un loop temporal. Pasa por la experiencia del Tinder, conoce lo que llaman ghosteo y entabla charlas con su aspaventosa tía paraguaya. Brenda camina con sus zapatos desgastados por los tropiezos, pero sabe levantarse y dar pelea.

Según cuentan actriz y directora, en este nuevo unipersonal hay saltos en el tiempo, como en el anterior, aunque ahora el tema del transcurrir temporal actúa como eje. Además, señalan las autoras que en la obra está muy presente el vínculo fatal que se establece con las redes sociales. Ambas coinciden en que el ritmo que va marcando la tecnología en la vida actual les recuerda las distopías de Black Mirror. Las dos ponen de ejemplo el primer capítulo de la tercera temporada de esa serie, el que dirigió Joe Wright, donde se retrata un mundo hecho de seres obsesionados con mejorar su popularidad en las redes y en ampliar su esfera de influencia sumando votos de lo que llaman “gente de calidad”.

-¿En qué se parecen ambos unipersonales?

Brenda Fabregat: -Los dos se inspiraron en anécdotas de mi vida, aunque otras son totalmente ficcionales. En los dos hay saltos en el tiempo. Pero en el nuevo, lo fundamental reside en que el personaje acaba de cumplir cuarenta y cin…importancia, como ella dice (risas).

Eloísa Tarruella: -Sí, lo que atraviesa las dos obras es el transcurrir del tiempo, aunque aquí está muy presente la idea de que es necesario retroceder para avanzar. Es en ese presente en que Brenda Martínez está festejando su cumpleaños.

B.F.: -Cuenta sus fracasos, porque en verdad no hay humor sin conflicto. Pero lo troncal es que se habla de la resiliencia, de la decisión de ir hacia adelante. De lo importante que es tener ilusiones para continuar en el camino.

-¿Cómo cambió el personaje en estos años que pasaron?

B.F.: -Ya tiene dos chicos, habla de sus experiencias con el chat de mamis y con las aplicaciones de citas, un súper mercado amoroso, como dice el personaje, lleno de góndolas vacías de emociones y de contenido. Habla sobre los perfiles que ponen los hombres que son, de verdad, un horror. Y no lo digo como una crítica dirigida a ellos sino al género humano, por la modalidad líquida y efímera que existe hoy en la forma de relacionarse. De ahí que se aplique “la ley de hielo”, el “descarte”, el “ghosting”…

E.T.: -Es que la mitad de nuestra vida transcurre atravesada por la virtualidad. Es por eso que todos nos sentimos interpelados por esta obra. Habla, además de la idea de que no existe el presente sin que esté atravesado por todas las situaciones que fueron vividas, porque todos somos los que fuimos.

-¿Se puede decir que este unipersonal continúa la tradición de las confesiones y los monólogos femeninos que comenzaron a verse en los ’90?

E.T.: -No, porque no son solamente monólogos: los textos están articulados y hasta abordan distintos géneros. El personaje no solamente narra sino que atraviesa la situación, con mucho apoyo en lo visual y lo sonoro, formando un clima cinematográfico que hace que el espectador se implique. Y no solamente el público femenino: trabajamos mucho para no hacer un espectáculo solamente para mujeres.

*El mundo en mis zapatos 2, Centro Cultural de la Cooperación (Corrientes 1543), los sábados a las 21 hs.