La líder conservadora alemana, Angela Merkel, fue nombrada oficialmente canciller para un cuarto periodo consecutivo durante una ceremonia en el Palacio de Bellevuefue precedida por la votación en la Cámara baja.

Una gran parte de los presentes en el Parlamento alemán contuvo seguramente ayer el aliento durante un instante hasta que el presidente de la Cámara legislativa, Wolfgang Schäuble, anunció el resultado de 364 votos a favor de la mandataria, de los 688 votos válidos de los diputados presentes en el Bundestag. Asimismo, hubo 315 votos en contra, nueve abstenciones y cuatro votos no válidos.

El resultado supone que 35 miembros de los partidos del nuevo gobierno votaron en contra, se abstuvieron o no estuvieron presentes, mientras el apoyo a Merkel superó sólo en nueve votos la mayoría absoluta necesaria que necesitaba para la investidura. Este exiguo apoyo no decepcionó a la mandataria. “Debo decir que estoy sencillamente feliz por la confianza”, declaró en un programa de la televisión pública alemana ARD. 

Tras meses de infructuosas negociaciones para reeditar una gran coalición de gobierno con los socialdemócratas, finalmente la líder demócratacristiana asumió ayer su cuarto mandato que extenderá así a 16 años su gobierno y la convierte en la mujer con más años al frente de la principal potencia europea. “Asumo la elección” manifestó Merkel ante el presidente federal de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, y el presidente de la cámara Wolfgang Schäuble quien le deseó “fuerza y éxito” para afrontar las “grandes tareas” de la legislatura.

Casi seis meses después de las elecciones generales en las que la Unión Demócrata Cristiana (CDU) resultó la más votada, Merkel recibió ayer el apoyo de 364 diputados de los 692 presentes en el Parlamento, mientras que 315 votaron en contra, 9 se abstuvieron y 4 emitieron un voto nulo. La votación, que fue seguida desde la tribuna por primera vez por su marido, Joachim Sauer, se daba por segura gracias a la mayoría absoluta que otorga la alianza de gobierno.

La CDU, la Unión Social Cristiana (CSU) y el Partido Socialdemócrata (SPD) tienen en conjunto 399 escaños en el Bundestag, con lo que 35 diputados de la gran coalición no votaron ayer la candidatura de Merkel.

Tras conocerse el escrutinio, la canciller recibió los aplausos de los parlamentarios y de los invitados a la sesión, entre los que se encontraban ministros de la pasada legislatura y futuros miembros del gabinete.

Posteriormente, Merkel juró nuevamente como canciller en un acto realizado en la residencia oficial del presidente. “Juro que dedicaré mis fuerzas por el bien del pueblo alemán, para aumentar sus beneficios, evitarles perjuicios, velar por la Constitución y las leyes del Estado, cumplir minuciosamente con mis obligaciones y ejercer justicia para todos”, remarcó.

Por su parte, el presidente federal de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, aplaudió que se haya puesto fin “al tiempo de inseguridad e incertidumbre”, en referencia a la extensa demora que llevó sellar un nuevo acuerdo de gobierno. Para ello “no es suficiente un refrito de lo antiguo”, declaró justo antes de nombrar oficialmente a los 15 ministros que acompañarán a Merkel. “Este gobierno debe probar su eficacia de manera nueva y diferente”, afirmó Steinmeier, quien recordó la importancia de hablar con los ciudadanos, para lo que es necesario contar con “diálogos abiertos”. 

Tras arduas negociaciones, Merkel consiguió poner fin a los casi seis meses de bloqueo político que siguieron a las elecciones del pasado 24 de septiembre, que dejaron un panorama fragmentado y pocas opciones de formar un gobierno estable por la caída de los dos grandes partidos –conservadores y socialdemócratas– y la irrupción del ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD).

La líder europea volvió a recurrir a los socialdemócratas para su cuarta legislatura, con quienes ya se alió en su primera (2005-2009) y tercera (2013-2017), tras la firma formal este lunes del nuevo pacto de gobierno.

La gran coalición deja como primera fuerza de la oposición a AfD, con 92 escaños; seguida del Partido Liberal (FDP), con 80; La Izquierda, con 69; Los Verdes, con 67, y dos independientes, escindidos de la derecha radical.

Cuando tras los comicios los socialdemócratas anunciaron que se iban a la oposición, Merkel trató de formar un tripartito con liberales y verdes, pero las negociaciones descarrilaron tras cinco semanas de contactos.

Entonces jugó un papel clave el presidente del país, Frank-Walter Steinmeier, ex líder del SPD y ex ministro de Relaciones Exteriores de Merkel en su primer y tercer mandato, que presionó a los socialdemócratas para que reconsiderasen su postura.

El entonces líder del SPD, Martin Schulz, escuchó a Steinmeier y abrió la puerta al diálogo, que derivó en negociaciones formales y, finalmente, en un acuerdo de coalición que recibió el visto bueno de las bases del SPD en una consulta entre los casi medio millón de militantes del partido.

No obstante, este giro minó su credibilidad y Schulz terminó abandonando la presidencia de su partido y renunciando a ser ministro en el nuevo ejecutivo.

En el nuevo Ejecutivo le corresponden seis ministerios a la CDU (entre ellos, Economía y Defensa), otros seis al SPD (como Exteriores, Finanzas y Trabajo) y tres a la CSU, de los que destaca Interior. La investidura de Merkel ayer, dio comienzo al cuarto gobierno de la líder alemana, que ha logrado mantenerse en el puesto, adonde llegó por primera vez en 2005. 

El primer mandato fue con el SPD, el siguiente gobernó con el Partido Liberal como socio menor y ya en su tercero, que finalizó el pasado mes de septiembre, retomó el modelo inicial de sellar una coalición con los socialdemócratas. Esta alianza entre los dos principales partidos del país será la que rija ahora hasta 2021.

Thorsten Faas, un profesor de ciencias políticas de la Universidad Libre de Berlín, dijo que es probable que la coalición dure como está previsto hasta 2021 y señaló que los partidos gobernantes han demostrado que pueden trabajar juntos. “Creo que este gobierno tiene una fundación firme, que es necesaria para trabajar en tiempos inciertos, dijo Faas a la televisión ZDF. “Creo que ahí hay un motivo de optimismo.