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Una especie de lugar seguroUna especie de lugar seguroUna especie de lugar seguroUna especie de lugar seguroUna especie de lugar seguroUna especie de lugar seguro
CONTRATAPA

Una especie de lugar seguro

Escribo desde Dinamarca, recién llegada, sin dormir y shockeada por la noticia de la muerte de Mario, aunque los amigos y los compañeros la esperábamos a pesar de que la crisis de salud fue muy repentina. No importa mi circunstancia: lo menciono para atajarme de...
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Caras y Caretas presenta: "Crónicas Argentinas: El Choripán"

Humor

Por Nora Veiras

La nota que nunca quisiera escribir. Estoy devastada. Durante años compartimos escritorio, mesas de radio y algún que otro programa de televisión. Mario generaba buen clima, mantenía la batuta y hacía que cada uno diera lo mejor de sí. Una gran persona. Con él se podía contar siempre.

Su mirada aparentemente despistada envolvía una sagaz observación de todo lo que pasaba y de los protagonistas de lo que pasaba. Matizaba con humor cada situación. Se atropellan en mis recuerdos escenas desopilantes. Van sólo dos anécdotas a modo de muestra. 

Estábamos en la redacción de Página en la calle Belgrano. Mario atiende el teléfono fijo y era su mamá, poseedora de esa tragedia judía agudizada con los años.

–Marito, te llamo porque me voy a suicidar, no da para más.

–Mamá, ¿tenés algún problema de papeles? Yo soy tu hijo abogado, si no llamá a mi hermana, que es tu hija psiquiatra.

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