“Hoy decidimos salir a la calle. Mostrar lo que hacemos, hablar con la gente. Porque esto que está pasando es muy grave y necesitamos que se entienda”, dijo Marcelo Echenique, director regional del INTA para Salta y Jujuy. Declaró rodeado por técnicos, becarios, investigadoras, productores, estudiantes y sindicalistas que se agruparon ayer en la plazoleta IV Siglos de la capital salteña para realizar una jornada nacional de visibilización y defensa del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), en el marco de la acción federal “Viví la ciencia”.
Principalmente, se buscó mostrar el avance del decreto presidencial 462/2025, que elimina la autarquía del INTA y lo transforma en un organismo desconcentrado dentro del Ministerio de Economía de la Nación, bajo la órbita de la Secretaría de Agricultura. La medida -presentada como parte de la "reforma del Estado" impulsada por el presidente Javier Milei y el ministro de Desregulación Federico Sturzenegger- implica un cambio estructural del organismo, que pierde su independencia administrativa y financiera y queda bajo control político directo del Poder Ejecutivo.
En Salta y Jujuy, la jornada se convirtió en un acto colectivo de defensa del rol estratégico del INTA. Las mesas de exposición sobre semillas, agroecología, producción animal y ensayos genéticos convivieron con las charlas espontáneas de vecinos y vecinas que se acercaban a preguntar por qué se movilizaban. La respuesta era una sola: "Si desaparece el INTA como lo conocemos, el Estado desaparece en muchísimos territorios”.
Una amenaza real
El lunes 7 de julio se publicó el decreto de intervención del INTA. "Se terminó la autarquía del Instituto y pasamos a ser un organismo desconcentrado del Ministerio de Economía", es "una pérdida de independencia, pero también de federalismo”, resaltó Echenique ante Salta/12.
Explicó que ante esta nueva disposición, todas las decisiones pasan por una sola persona: el presidente del INTA, designado por Casa Rosada. Precisamente, dos días después de que se conociera la pérdida de la autarquía del Instituto, el Gobierno nacional publicó el decreto 466/2025, que nombra como presidente al ingeniero agrónomo Nicolás Bronzovich, con rango y jerarquía de secretario. En tanto que la ingeniera agrónoma María Beatriz Giraudo Gaviglio fue designada consejera técnica del INTA con carácter "ad honorem".
Ante la modificación en la composición del consejo directivo, se eliminan los consejos regionales, lo que genera un vacío en la representación de otros sectores agrícolas, o las mismas provincias. "Esto no es menor", advirtió Echenique, significa que "la lógica nacional de la gestión pública reemplaza el conocimiento local que históricamente ha guiado nuestras acciones en territorios tan diversos como el norte de Jujuy o los Valles Calchaquíes”, explicó.
El decreto podría dejar sin trabajo a más de 130 personas en Salta y Jujuy, entre técnicos, investigadores y becarios. Además, 24 agencias de extensión rural y oficinas técnicas quedarían cerradas, lo que desmantelaría un sistema único en su tipo en América Latina, de transferencia tecnológica y asistencia técnica territorial desde el Estado.
Durante la jornada, también se hizo presente el vicegobernador de Salta, Antonio Marocco, quien dialogó con los directivos y técnicos del INTA, también manifestó su preocupación por el vaciamiento del sistema científico-técnico y aseguró que “hay que trabajar en el Congreso para ver si esto puede cambiar”.
"La gente votó a Milei, pero está destruyendo todo el Estado”, lamentó el vicegobernador, y valoró como necesaria la jornada de visibilización. Además, se comprometió a hablar con legisladores nacionales por Salta, y expresó su voluntad de visitar próximamente la Estación Experimental de Cerrillos.
Lo que está en juego
Virginia Navamuel es secretaria general de APINTA Salta, el gremio de los trabajadores del INTA. Durante la jornada sostuvo que las nuevas disposiciones demuestran "una intervención encubierta". Dijo que el decreto no solo pone a un presidente designado por el gobierno central "a cargo de todo", sino que "elimina nuestro consejo directivo, deja sin efecto la figura del director nacional, y nos deja sin representación real dentro de la institución". Sostuvo que por eso se trata de "un ataque a la ciencia, a la técnica y a sus trabajadores" ante el que están desprotegidos.
El gremio señaló además la necesidad de interpelar a los legisladores nacionales por Salta, para que "no avalen este decreto", que "lo rechacen, que entiendan que el INTA no es militancia política, como quieren instalar desde el Gobierno. Es conocimiento científico, es soberanía y es futuro”.
Durante la jornada, la solidaridad no fue exclusiva de los trabajadores del INTA. También estuvieron presentes investigadoras de CONICET, docentes universitarios, sindicatos como ADIUNSA y APUNSa y organizaciones de pequeños productores, quienes destacaban que el vínculo con el INTA no es sólo técnico sino histórico, humano y colectivo.
Frente al avance del decreto 462, trabajadores y trabajadoras del INTA ya anunciaron que profundizarán las acciones de visibilización y articulación con legisladores nacionales y con la comunidad. “Vamos a defender la ciencia, la extensión, la soberanía y la presencia territorial. Porque sin el INTA, el campo popular y productivo queda desamparado”, concluyó Virginia Navamuel.
En ese marco, desde la CGT Regional Salta, junto a la CTA Autónoma y la CTA de los Trabajadores, convocaron a una movilización el próximo 21 de julio a las 17 frente al Cabildo Histórico, bajo la consigna “Basta de ajuste al pueblo. En defensa de los trabajadores”, con eje en la defensa de la salud, la educación, las universidades, los organismos científicos y los derechos de los jubilados.
La frutilla del conocimiento
Uno de los testimonios más resonados fue el de Oscar Tapia, productor frutillero y vicepresidente de la Asociación de Productores Frutilleros del Valle de Lerma. En diálogo con Salta/12 contó que empezaron a producir frutillas en Rosario de Lerma hace más de doce años. "Era un sueño, pero fue el INTA el que nos dio el empujón, el asesoramiento, los contactos para traer los plantines, el conocimiento para adaptar el cultivo a nuestra zona", recordó.
Hoy son más de 10 productores, con 12 hectáreas de frutilla salteña. "Sin el INTA, eso no habría pasado. Y sin el INTA, no sabemos si va a seguir”, lamentó. La historia de Tapia no es única. En toda la región, las agencias del INTA trabajan con comunidades campesinas e indígenas, con mujeres rurales, con jóvenes, con cooperativas y con municipios.
A veces, como subrayó Eloísa Ferro, técnica del INTA de San Carlos, ese acompañamietno se hace en condiciones de aislamiento: “Trabajamos donde no hay electricidad ni agua para consumo. Donde el único Estado presente somos nosotros. Si cierran el área de extensión, el Estado desaparece de esos lugares. No es una metáfora, es real. Y el impacto sería gravísimo", expresó ante Salta/12.
Ferro insistió en la articulación permanente con escuelas, municipios, organizaciones de mujeres, y la apuesta por procesos de transformación y comercialización local de alimentos, es decir, por el desarrollo territorial sustentable. Dijo que el INTA está en el día a día de la producción. "No solo desde el laboratorio, sino desde la chacra, desde el tambo, desde la feria”.
El decreto que transforma al INTA también disuelve organismos clave como el Instituto Nacional de Semillas (INASE) y el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV). Todos ellos habían sido señalados por el Gobierno como espacios “cooptados por la Agenda 2030”, una forma de deslegitimar su perspectiva de sustentabilidad, derechos humanos y género en el agro.
Los cambios también prohíben al INTA crear “servicios de extensión, campos demostrativos o explotaciones piloto”, lo que atenta contra la esencia misma de su trabajo, que es la investigación aplicada y la transferencia de conocimientos al territorio. Es por eso que desde APINTA manifestaron que el único propósito "es reducirnos a un brazo técnico sin poder de decisión, sin anclaje territorial, sin soberanía científica. Un INTA mudo, obediente y concentrado en Buenos Aires”, insistió Navamuel.
El norte también existe
En Salta y Jujuy, la desaparición del INTA como organismo autónomo implicaría el desmantelamiento de estaciones experimentales clave. En Yuto, el INTA lleva años desarrollando programas de mejoramiento genético en cultivos tropicales como mango, palta y pitaya. En Abrapampa, ha sostenido junto a comunidades originarias el manejo sustentable de vicuñas y la cría de llamas. En Cerrillos, trabaja desde hace décadas con horticultores del Valle de Lerma.
“Cuando hablan del ‘progreso del sector agroindustrial’, lo hacen desde una mirada centralista y empresaria. Pero el INTA no es eso solamente: es también soberanía alimentaria, arraigo rural, conocimiento popular, trabajo cooperativo”, insistió Echenique. Por ello, la jornada “Viví la Ciencia” fue una oportunidad para mostrarlo y manifestar una alerta a la sociedad.
Entre las mesas de difusión y los puestos interactivos, también se repartía un folleto con la consigna “¡ABAJO AL DNU!”, que sintetiza el rechazo al decreto 462/2025 y la destrucción de "lo que funciona!". "El INTA es un orgullo nacional con más de 60 años de historia, trabajando junto a productores, comunidades y territorios. Investiga, acompaña, capacita y genera tecnología para un campo productivo, soberano y sostenible”.
El volante denuncia que el decreto implica degradar al INTA bajo el pretexto de estar “sobredimensionado”, sin presentar pruebas reales ni soluciones concretas. Además, señala que fue publicado un día antes del vencimiento de las facultades delegadas de la Ley Bases, lo que calificaron como “desmantelamiento disfrazado”.