A horas de la confirmación de los candidatos que protagonizarán la elección bonaerense del 7 de septiembre, la danza de nombres anticipa un escenario sin grandes sorpresas. Con nombres rutilantes, sí, pero sin nuevas referencias en el horizonte inmediato.

En un escenario polarizado en el que todos creen estar jugándose demasiado, los caciques territoriales serán los principales responsables de las ocho campañas que, en paralelo, se dispondrán en la provincia de Buenos Aires.

Los intendentes llevarán la batuta de las listas locales y seccionales en Fuerza Patria, de la misma forma en que el argumento del poder territorial fue lo único de lo que pudo agarrarse el PRO para que La Libertad Avanza le permita tener incidencia en los trece partidos que comanda.

Pondrán la cabeza de las listas para los concejos deliberantes y pelearán por la participación en las nóminas seccionales, que manejará La Libertad Avanza. Con un armado en apariencia menos conflictivo, los 26 intendentes de la UCR decidirán los armados principales para conservar las mayorías legislativas en sus municipios. Lo mismo sucederá con los vecinalismos, que buscarán imponer su voluntad en armados con vocación antigrieta.

Teresa García, Luis Vivona, Gustavo Soos, Facundo Tignanelli, Carlos “Cuto” Moreno, Fernanda Díaz, Susana González, Mariana Larroque, María Fernanda Bevilacqua, Aldana Ahumada, Agustín Maspoli, Flavia Delmonte Alejandro Celillo, María Elena Defunchio, Gabriela Demaría, Matías Ranzini, Adrián Urreli, Emiliano Balbín, Anahí Bilbao, Maricel Etchecoin, y Daniela Reich no podrán reelegir. Por esa razón, sus nombres no formarán parte de las nóminas que terminarán de conformarse en las próximas 72 vertiginosas horas.

En una discusión por las listas que comenzó con el lanzamiento de la candidatura de Cristina Fernández de Kirchner, que luego frustró la Justicia, todos los demás nombres están disponibles.

Más allá de la atracción que puedan generar los candidatos y candidatas de cada uno de los espacios, los nombres no suelen ser determinantes en una elección de medio término. Con dos gestiones en la mira, la provincial que comanda Axel Kicillof y la nacional que ordena Javier Milei, el peso estará en la representación de cada uno de esos modelos que encontrarán su traducción institucional en la legislatura bonaerense.

Por las particularidades del caso, también influirán en el debate las gestiones que llevan adelante los 135 jefes y jefas comunales de la provincia, ya que se eligen también concejales y consejeros escolares.

La pregunta entonces es: ¿importan los nombres?

Tan poca importancia parece darle el oficialismo nacional a sus candidatos que el primer spot de campaña invita a sus electores a buscar “el águila de La Libertad Avanza” en las boletas de cada una de las elecciones que se replicarán a lo largo del país. Entre ellas, la bonaerense.

“Este es el símbolo que eligió Javier Milei para que sepas quiénes son sus candidatos en tu provincia. Cuando la veas, sabés que representa las ideas de la libertad y el cambio y cuando la elijas, sabés que estás dándole más fuerza a Javier Milei”, dice el spot, que asegura que el águila representa “un sello de garantía” para, entre otras cosas, “elegir lo nuevo sobre lo viejo”.

Sin embargo los responsables de terminar de armar las listas en la provincia de Buenos Aires no parecen estar tan cruzados por esa garantía que el sello del águila se propone. El acuerdo con el PRO sentó en la mesa de decisiones a Cristian Ritondo, Diego Santilli y Guillermo Montenegro, tres referentes de reconocida trayectoria en la política nacional. La victoria interna del sector de Karina Milei y los primos Martín y Lule Menem sobre el esquema de Santiago Caputo, corrido de la discusión bonaerense, tampoco pone a la novedad como bandera del lado más determinante del armado.

“Esta es el águila de los que pelean por vos contra los mismo políticos de siempre”, cierra la invitación libertaria a acompañar listas que, salvo escasas excepciones, estarán integradas por políticos de reconocida trayectoria en cada uno de sus distritos.

Lo que La Libertad Avanza desecha para hacer coincidir con el relato que le permitió a Milei llegar a la Casa Rosada, será reivindicado por el peronismo que gobierna y que se plantea una campaña en la que todo lo hecho desde la gestión se ponga en valor para enfrentar a la escuadra libertaria que renienga de cualquier evento que encuentre su cauce desde la acción política.

La renovación, en el caso de Fuerza Patria pero también de los eventuales proyectos centristas como el Somos Buenos Aires que integra el radicalismo o el Hechos. de la familia Passaglia, viene acompañada de un proceso de aprendizaje histórico que reivindica la política, la militancia y los años acumulados en la administración pública.

La del 7 de septiembre será entonces una batalla de modelos, con los mismos actores de siempre. Con viejos soldados estatales ocupando las listas de la fuerza que se propone destruir el Estado y con referentes gubernamentales que proponen una renovación reivindicando los lugares que ocupan desde hace ya tiempo. 

El candidato volverá a ser el modelo, el debate por las listas pasará a un plano secundario y los nombres se reacomodarán en la cancha a partir de diciembre, cuando la discusión definitivamente se haya reseteado.