El 59 por ciento de los argentinos está a favor de despenalizar el aborto, es decir, seis de cada diez personas. La misma proporción opina que la Iglesia Católica debería mantenerse al margen de este debate. La encuesta fue realizada por la consultora Quiddity entre el 3 y el 5 de marzo pasado, por vía telefónica, a 1561 hombres y mujeres mayores de 16 años y de diferentes edades, nivel educativo y religión a lo largo de todo el país. Amnistía Internacional (AI) y el Centro de Estudios de Estado y Sociedad (Cedes) impulsaron el estudio, con miras a la discusión de distintos proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo que comenzará el martes en el Congreso de la Nación.  

“Mucho se ha hablado sobre si la sociedad está o no preparada para debatir sobre el aborto. Las opiniones son contundentes: para la población es un tema importante e incluso la mayoría acuerda con la posición de despenalización”, señaló Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina. El resultado desestima a varios dirigentes políticos, quienes señalan que para la población se trata de una discusión secundaria: el 70 por ciento de las personas entrevistadas considera como muy o bastante importante que el Congreso debata la despenalización del aborto.

El estudio también revela el avance en la agenda de género. La mitad del total de los encuestados evalúa que los legisladores deben dar importancia y priorizar los derechos de las mujeres. “Los números revelan que el debate que próximamente afrontará el Congreso sobre la despenalización del aborto en la Argentina se transformó en un asunto social masivo. El 98 por ciento de los entrevistados por lo menos ha escuchado hablar sobre su tratamiento”, Mariana Romero, investigadora Cedes-Conicet.

Por otra parte, el aborto no aparece como una realidad ajena de quienes participaron de la encuesta. Casi cinco de cada diez entrevistados dice conocer a una mujer que interrumpió voluntariamente su embarazo, dato que se repite en todas las clases sociales. “Desde el pedido de educación en las escuelas, el tratamiento en el Congreso y hasta el reconocimiento sobre personas que ya han interrumpido el embarazo dan cuenta de esto: la sociedad pide apertura y debate”, sostuvieron en un comunicado desde AI.

Respecto al rol de la Iglesia Católica, el 63 por ciento de las personas encuestadas opina que la institución debe “mantenerse al margen” y que tiene “poco o nada” de interés en que haya realmente educación sexual y reproductiva en las escuelas. El 73, afirma que la Iglesia Católica realiza poco o ningún esfuerzo en que haya educación sexual y reproductiva. Sobre este último tema la coincidencia es mayor: más del 90 por ciento acuerda con incluir educación sexual y reproductiva en las escuelas primarias y en las secundarias.