El examen que tuvo el seleccionado argentino el viernes pasado, al jugar frente a Italia sin Lionel Messi, fue aprobado por la producción que ofreció el equipo a nivel colectivo. Sin embargo, cuatro días más tarde dio varios pasos hacia atrás, y la ausencia del capitán dejó un vacío enorme. El envión positivo le duró muy poco al conjunto nacional, apenas 15 minutos. A partir de ahí, terminó padeciendo la superioridad de los españoles, que golearon con un juego colectivo para el elogio. La Selección volvió a sembrar dudas ya no sólo en su funcionamiento, sino en el nivel individual de algunos de sus integrantes, que serán analizados hasta último momento para definir si viajarán al Mundial de Rusia.

La diferencia entre ambos quedó reflejada claramente: un equipo español que sabe muy bien cómo es su funcionamiento, y con la premisa de tener la posesión de la pelota. Pero sobre todo, con la sapiencia suficiente para ocupar los espacios libres y esperar la descarga de un compañero. Argentina no pudo contrarrestar esa premisa, y más allá de que intentó trasladar la pelota por abajo, cometió errores conceptuales que le costaron muy caro.

Además de ello, las fallas en la precisión cuando los jugadores tenían que entregar la pelota fue otro de los puntos que desencadenaron la derrota. Rojo, en tanto, ocupó el lugar de segundo marcador central, y se lo notó incómodo en los movimientos. Como no supo cómo complementarse con Otamendi, quedaron lugares donde los atacantes de España se movieron con tranquilidad. El quinto gol del equipo local, convertido por el ingresado Aspas, se dio por la falta de entendimiento entre ambos, que no supieron rechazar un envío del arquero De Gea.

Javier Mascherano fue otro que tampoco rindió de la mejor manera. Su regreso al equipo fue como volante central, compartiendo esa función con Biglia, y nunca pudo prevalecer ante los volantes españoles. Cuando se juntaban Iniesta, Thiago Alcántara y Asencio, el ex Barcelona no podía interrumpir ese circuito y evidenció falta de reacción ante la velocidad de sus adversarios.

Higuaín estuvo cerca de marcar a los siete minutos, pero su remate se fue por arriba del arco. Enseguida de esa acción llegó el primer gol de Diego Costa, y todo se empezó a desvanecer para Argentina. A diferencia de lo que sucedió ante los italianos, la línea que integraron Banega, Meza y Lo Celso no tuvo fluidez en el armado de juego, y apenas el chico de Independiente fue el que pudo aportar algo diferente. El desempeño de Tagliafico continuó siendo regular, y es una opción interesante para el lateral izquiedo. El ex Banfield se desprendió con acierto, y envió centros al área con criterio. 

El gol de Otamendi para descontar, en el primer tiempo, provocó alguna expectativa para la segunda parte. Pero la ilusión se rompió rápidamente y la debacle terminó dominando la escena.