La reactivación industrial que muestran las estadísticas oficiales y privadas no se traduce en creación de empleo. En enero las actividades manufactureras contabilizaron 14.400 trabajadores menos que en el mismo mes del año pasado y una reducción de 800 posiciones frente al mes anterior. Con esas cifras, las actividades fabriles contabilizan la destrucción de 67.040 puestos desde el recambio presidencial. El dato acumulado representa el 5,6 por ciento del total de la ocupación sectorial. Los registros administrativos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) muestran, sin embargo, que la sostenida caída del empleo industrial es compensada por la incorporación de asalariados en actividades con mayor inestabilidad y salarios más bajos. Con esa paulatina transformación en la estructura laboral, por primera vez en una década la cantidad de trabajadores manufactureros se vio superada por el rubro Comercio y reparaciones.

Además del sector Comercio y reparaciones, el contrapeso para la destrucción de empleo en las industrias manufactureras a lo largo de los últimos veinticinco meses proviene de otras actividades como construcción, hoteles y restaurantes y servicios de salud. Durante la gestión de Cambiemos la totalidad del sector privado acumula un alza de 31.000 trabajadores registrados. El dato global para enero sin estacionalidad marcó una caída mensual de 4100 asalariados pero en la comparación contra el mismo mes de 2017 mostró una mejora de 73.400 trabajadores. 

Los datos oficiales incluyen al resto de las categorías ocupacionales registradas como monotributistas, autónomos, empleados públicos, trabajadoras de casas particulares y monotributistas sociales. La información para enero muestra la creación de 202 mil empleos frente al mismo mes del año anterior. La cifra representa una caída mensual de 40 mil empleos que sin estacionalidad se reduce hasta 14 mil trabajadores. El desempeño de enero se explica, fundamentalmente, por la habitual desvinculación de docentes y otros empleados públicos durante los primeros meses del año. Cerca de 66 de cada 100 trabajadores nuevos se insertaron en posiciones inestables y de bajos ingresos como monotributistas, que dan cuenta de la debilidad del proceso de creación de empleo.

Los informes distribuidos ayer en la dependencia que encabeza Jorge Triaca incluyeron el membrete de la Subsecretaría de Políticas, Estadísticas y Estudios Laborales aunque la dependencia fue eliminada a comienzos de mes con el decreto que modificó el organigrama del Gobierno. Esa área era hasta el mes pasado la responsable de desarrollar, producir y publicar estadísticas e investigaciones sobre la situación del mercado de trabajo, las relaciones laborales y la seguridad social. Al ingresar a la cartera laboral los ex trabajadores del área repartían un comunicado titulado “Triaca contra las estadísticas laborales”, donde advierten sobre “el desplazamiento de sus funciones bajo el eufemismo de la reducción de la planta política, de cuadros técnicos que con más de 20 años de antigüedad se venían desempeñando en puestos de coordinación y dirección sosteniendo las distintas líneas de trabajo con absoluta idoneidad y compromiso para sus tareas”. Los cambios y desplazamientos, señalan los trabajadores, esconden “una maniobra que le permite al ex subsecretario José de Anchorena y su equipo mantener su situación con similares ingresos bajo cargos creados para ese propósito”. En el encuentro que mantuvieron directivos del ministerio con periodistas, los voceros del Triaca enfatizaron que “los servicios estadísticos no van a interrumpirse sino que se van a realizar más encuestas e investigaciones”.