El régimen sirio anunció ayer que había logrado finalizar la evacuación del penúltimo bastión rebelde en la región de Guta Oriental, y prometió que continuar  luchando hasta reconquistar la totalidad de esta región a las puertas de Damasco. Más de 45.000 rebeldes y sus familias fueron evacuados de Guta Oriental. El último autobús transportando a rebeldes partió de la ciudad de Arbin, en el sur de Guta, dejando atrás un paisaje apocalíptico de edificios devastados por la ofensiva del régimen de Bashar Al Asad. Actualmente, los rebeldes solo están presentes en un único sector, alrededor de la gran ciudad de Duma.

El ejército sirio prometió “continuar combatiendo para rescatar del terrorismo’’ esta última zona rebelde, donde no avanzan las negociaciones con Rusia para una evacuación pactada de los insurgentes. Damasco y su aliado ruso califican de “terroristas’’ a todos los rebeldes que se levantaron contra el régimen. “Las negociaciones continúan, no han cesado’’, señaló sin embargo ayer por la noche a el jefe de la oficina política del grupo rebelde Jaish al Islam que controla Duma, Yaser Delwan. “Se han hecho propuestas de una parte y de otra pero seguimos sin llegar a un acuerdo. Pero el ambiente es positivo’’, agregó.

La toma de Guta, que el régimen controla en un 95 por ciento según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), significaría una victoria importante para el presidente Al Asad en la guerra que azota Siria desde 2011. “Se trata de una victoria estratégica (...) y de un giro (en el conflicto). La victoria de Guta es un clavo en el féretro de los terroristas’’, declaró a la televisión estatal un oficial del ejército sirio desplegado en la región, que fue una de las primeras en movilizarse en las manifestaciones contra el régimen en 2011.

Gracias a una devastadora ofensiva lanzada el 18 de febrero, que mató a más de 1.600 civiles según el OSDH, las fuerzas de Al Asad reconquistaron casi la totalidad del antiguo feudo rebelde, asediado desde hace cinco años.