Eduardo Bermúdez dijo que iba a renunciar a la presidencia de Newell's en el despacho del juez que entiende en el Fideicomiso, Hernán Bellizia. Pero ayer, en Tribunales, el mandamás leproso no sólo que no llevó su dimisión al magistrado sino que se llevó tarea para resolver: el club debe tener su balance aprobado por los socios. "Le voy a pedir a los tesoreros que expliquen el balance, yo de eso no entiendo", planteó Bermúdez para eludir cualquier responsabilidad. El libro contable del club no se rectificará, pero se evalúa volcar en el próximo balance los números que la oposición objeta, con la atención en préstamos por la institución por 40 millones de pesos.

Bermúdez visitó al juez Bellizia por algo más de dos horas acompañado de los únicos dos dirigentes que responden a sus órdenes: el prosecretario Juan José Concina y el vocal Ricardo Ansaldi. El presidente no llevó su renuncia, no la puso a disposición y ni siquiera puso en duda su continuidad al frente de Newell's. "Bermúdez le llevó al juez la información de la última asamblea. El balance fue rechazado por los socios y lo interiorizó de la situación. Nada más. Después hablaron de otras cosas menores y hasta revisaron los resultados que arrojó la contratación de los jugadores que trajo esta dirigencia", confió uno de los auxiliares de Bellizia que participó en el cónclave. "El juez no le pidió nada al presidente ni le dio ninguna orden. Solo le dijo que tiene que resolver el problema del balance, el club no puede estar sin balance", agregó.

Es por eso que Bermúdez, al finalizar el encuentro, asumió implícitamente la tarea designada por Bellizia y apuntó a los responsables: "Le voy a pedir a los tesoreros (por Alberto Suaro y Carlos Cantarelli) que me expliquen el balance, yo de eso no entiendo nada". Lo que todavía no se explicó en Newell's del balance son los 40 millones de pesos registrados (ver edición del pasado 25 de marzo) por operaciones financieras mal declaradas. El club tomó deuda bajo condiciones leoninas y se sospecha que, incluso, se pagaron intereses por sobre lo firmado.

Bermúdez desafió a Sauro y a Cantarelli, quienes forman parte del sector rebelde de la dirigencia. En verdad, el mandamás leproso solo se habla con Concina y Ansaldi, aunque este último cumple una función testimonial en la Comisión Directiva.

El presidente no se habla con los dirigentes hace tiempo y las consecuencias se reflejan en el deterioro institucional que sufre el club. Pero los sectores enfrentados deberán dejar a un lado las heridas porque Newell's necesita un balance aprobado. El que se rechazó por asamblea no se rectificará. La salida que los directivos podrán considerar cuando retomen las conversaciones es registrar en el balance que cerrará el 30 de junio considerandos y números que están bajo sospecha de los socios opositores.