“Fueron 3030 mujeres las que murieron por abortos inseguros desde la vuelta de la democracia, todas muertes evitables. Y también 135 que cada día se internan en hospitales públicos por problemas relacionados con una interrupción de embarazo: dos de cada 10 tienen 19 años o menos. Están en juego nuestras vidas”, planteó la periodista de Página/12 Mariana Carbajal, integrante del colectivo Ni Una Menos. Como otros oradores, Carbajal recordó que el aborto clandestino es un problema que afecta principalmente a las mujeres de bajos recursos. “Siempre han accedido a un aborto seguro, clandestino pero seguro, aquellas que consiguen el dinero. Las que se mueren son las más vulnerables. Pero ninguna va a alegremente a abortar”, aseguró la periodista, que enumeró algunos de los motivos por los que una mujer decide no continuar con su embarazo.

Carbajal cerró su exposición mostrando una foto de María Campos, una mujer de 37 años que murió en febrero pasado luego de someterse a un aborto inseguro. Tenía seis hijos. "Esta es una selfie de María Campos rodeada de sus cinco hijas. La mayor de 15, la menor de 3. La mató la criminalización del aborto. Si hubiese podido acceder a un aborto en un hospital no hubiera recurrido a la sonda que le causó la infección generalizada. Diputados y diputadas de ustedes depende que no haya más Marías", finalizó la periodista.

A favor de la despenalización también se pronunciaron el escritor Alejandro Katz y el médico de la División Ginecologia y Obstetricia del Hospital Italiano Mario Sebastiani. Para Katz, la discusión sobre el aborto “no debería ser la condena moral” de la práctica sino “qué protección se brinda a las mujeres". En el mismo sentido, Sebastiani aclaró que los valores morales "no deberían entorpecer las políticas públicas". "No existe la prevención del embarazo no deseado sino legalizamos el aborto. ¿Cómo podemos hablar de salud pública si tenemos el aborto penalizado?", remarcó el médico.

"Penar la interrupción voluntaria del embarazo implica que la mujer no es sujeto de derecho, que es una cosa", sostuvo la diputada mandato cumplido María Elena Barbagelata, una de las primeras oradoras de la mañana. Barbagelata integró la comisión redactora de la última reforma al Código Penal, y desde ese lugar propuso que se quitara la penalización del aborto. "La penalización solo genera un trato cruel hacia las mujeres, como el caso Belén. Lo que se castiga en definitiva es la decisión de no querer ser madre", siguió con su discurso la ex legisladora y remarcó que la penalización es “discriminatoria ya que sólo se aplica a las mujeres”. "El derecho a la vida de una mujer supone el derecho a no morir por la interrupción de un embarazo", finalizó.

Vanina Biasi, referente del Plenario de Trabajadoras, hizo énfasis en el trasfondo político del debate. "Estamos discutiendo sobre la base del fracaso de la política del aborto clandestino, una política que ha mantenido el Estado argentino", puntualizó la dirigente de izquierda, quien celebró que justamente el colectivo de mujeres llegó a esta instancia “como un actor político”.

"El ejercicio de la libertad no puede estar librado a la buena fortuna ni a usa situación de privilegio. Por eso las normas tiene la obligación de proteger los derechos", remarcó a su turno Natalia Gherardi, directora del Equipo de Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), quien recordó que aborto legal rige desde 1921 en los casos de violación y cuando corre peligro la salud de las mujeres.

Al término de las exposiciones, una diputada le preguntó al médico Sebastiani por los sitios webs que dan información sobre cómo hacer un aborto utilizando misoprostol. “Me saco el sombrero. Habría que hacer un homenaje al colectivo de mujeres que acompañan a otras mujeres a interrumpir un embarazo. Resuelven los problemas de la clandestinidad”, remarco el médico.