Los logros deportivos que dejó este año que se está despidiendo fueron varios, pero sin duda hay uno que ubicó al país en un lugar de privilegio. Consagrarse campeón del mundo no es algo sencillo, debido a que ni siquiera el propio Lionel Messi pudo conseguirlo hasta el momento. Por ese motivo, el título que alcanzó la Selección Argentina de Futsal, en octubre pasado, tiene un significado histórico. Con la frustración de la final de la Copa América Centenario todavía presente, el grupo conducido por Diego Giustozzi hizo delirar a los argentinos, que finalmente pudieron disfrutar el sabor del éxito que significa dar una vuelta olímpica con la camiseta nacional.

La definición frente a Rusia disputada en Cali, Colombia, tuvo un alto grado de emotividad. Argentina pudo revertir el resultado, y con goles de Alamiro Vaporaki, Leandro Cuzzolino, Constantino Vaporaki y Alan Brandi (dos), finalizó superando 5-4 a los europeos.

El equipo terminó siendo la gran sorpresa del certamen, ya que no había arribado como uno de los aspirantes principales. La mejor clasificación en mundiales la había logrado en Taiwán 2004, ubicándose en el cuarto puesto. La Selección Argentina apenas se había consagrado en la Copa América, cuando ganó el título en 2003.

El equipo aprovechó que el pentacampeón Brasil –el histórico Falcao se retiró en ese torneo– ya estaba eliminado, y luego de dejar atrás a Portugal, con su máxima figura Ricardinho, el conjunto nacional se pudo consagrar con justicia ante los rusos. A lo largo de la competencia, el seleccionado argentino no tuvo que pasar muchos contratiempos. El obstáculo más complicado terminó siendo Ucrania, en octavos de final, donde necesitó de tiempo suplementario para ganar. Se apoderó del Grupo E, con siete puntos, después de las victorias ante Kazajistán e Islas Salomón y el empate ante Costa Rica. En cuartos goleó a Egipto, y en semifinales hizo lo mismo frente a los portugueses.

En el encuentro decisivo comenzó abajo en el marcador, pero lo dio vuelta y se repuso ante el 2-2 parcial. En ese momento apareció la contundencia para adelantarse 5-2, y parecía que estaba todo definido. Sin embargo, los rusos, con algunos brasileños nacionalizados en su plantel, pudieron descontar y le imprimieron suspenso hasta el final.

El más campeón de todos continúa siendo Brasil, que llegó a la cima en 1989, 1992, 1996, 2008 y 2012. España lo sigue en esa tabla con los títulos de 2000 y 2004. Y ahora Argentina cierra ese grupo de privilegiados con el trofeo obtenido en Colombia. 

De esa manera, el 2016 será recordado como el año donde el fútbol de salón pudo alcanzar lo que a otros seleccionados les viene siendo esquivo.